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Puedo ver como el paisaje va cambiando mientras avanzo.
Comienzo a distinguir pinos, que cubren el suelo con sus agujas café. Lo que me admira son los lagos que aparecen cada cortos intervalos, valles que bañan las montañas y que son traspasados por rayos de luz,inundando mis ojos del puro placer a lo nuevo.
No conozco muchas ciudades. Que más da decirlo solo conozco la mía, nunca encontré el pretexto para salir de allí.
Muchas veces me sentí ofuscada al pensar que pasaría el resto de mi vida allí. Una vida tan monótona y previsible.
Mamá me encontraba angustiada mirando por la ventana.
- Nunca nadie te dijo que debas quedarte aquí por el resto de tu vida.-
Le miré el rostro, que ya poco recordaba.
- Es lo que todos esperan.-
Le dije a punto del llanto.
Y era cierto papá quería que estudie en la universidad local, Lin, hasta Dan.
Me tocó el pelo.
- Ellos que sigan esperando-
Aunque haya tenido el consentimiento de mi madre (que poco valía ahora) me costó anunciarles la noticia a todos (como ya ven a Dan).
Cuando todos me fueron a despedir a la única parada del autobús, Linsey se acercó y trató de darme un abrazo, se lo correspondí solo un poco.
Megan hizo cara de disgusto y Logan se rió de ella.
Pero Lin tomo eso como que ya todo estaba bien. Y claro que no lo estaba, pero fingí y voy a seguir fingiendo hasta que verdaderamente la perdone.
Los caminos comenzaron a tener cada vez más curvas y mirar el follaje en constante movimiento no me ayudaba en mucho. Por lo que cerré la ventana y procuré dormirme.
Me desperté con la cabeza apoyada en un hombro que no era el mio.
Movi mi cabeza centrando mi vista hacia donde había estado durmiendo y me encontré a una mujer entrada en edad mirándome con cara de pocos amigos.
Bajé mi vista hacia su brazo.  ¿Sabían que babeo cuando duermo?
Intenté quitarle la sustancia con la palma de mi mano, pero lo empeore desparramandolo por todo el brazo.
La mujer me taladraba con la mirada.
Le sonreí y mire nuevamente hacia la ventana.
Bien, parecía una loca que iba por la vida babeando ancianas y sonriendoles como respuesta.
"Viaje con Caitlyn, una experiencia mojada"

Comencé a reír al recordar esos estúpidos anuncios qué había en el periódico escolar, tan parecidos y que de los que Megan se había burlado tanto.
Hasta una vez los había usado como material de broma para una chica que se había acostado con su novio.
-Te quiero y por eso no quiero que leas el periódico.
Me dijo quitándome lo de las manos.
Todo el mundo susurraba y me miraba a mí y a Megan.
Logan llegó corriendo trayendo las buenas nuevas.
- Perdona Cat, pero Megan eres una genia.
Le arrebaté mi periódico de sus manos y ví.
Habia una foto mi hermana besándose con su ex novio.
Debajo había una inscripción que citaba : 
" ¿Quiere dejar a su patético novio y no sabe como hacerlo?
Llame a Linsey y ella lo arreglará.
Para discutir el precio por favor comunicarse con 771..."
Esa noche mi hermana recibió llamadas de todo el instituto, insultandola, pidiéndole que terminen con sus novios por ella, hasta un chico la llamo para preguntarle si podía engañar a su novia con ella.
También se paso toda la noche llorando.
Fue cruel, lo admito pero ella sabia en lo que se metía. Era el novio de Megan Daw, la bromista del curso. No debería haberlo hecho.
Hoy me pregunto si Dan no fue el que llamó a mi hermana.
Ahora pasábamos por un hermoso lago con el agua más celeste que nunca haya visto. El cielo despejado parecía un espejismo del agua. O el agua un espejismo del cielo. El autobús dió un giro tan repentinamente que hizo que mi estómago diera un vuelco, y no del bueno.
Comencé a divisar la ciudad, intentando mantener mi almuerzo dentro de mí.
Podía ver edificios de gran altura, casas de piedra y techo de tejas en diferentes colores. Podía notar como la ciudad que se alzaba frente a mis ojos era una combinación entre modernidad y un pueblo con historia.
Eso era lo que quería, modernidad, algo nuevo para ver cada día.
Al instante que llegamos a la parada salté de emoción, pegando un codazo a la mujer del lado. La pobre víctima se agarró su hombro adolorida murmurando algo como "adolescente estúpida".
Deje de sonreír y me di media vuelta sin disculparme ofendida. Yo no parecía tan niña, sabía que para mi edad era un poco baja y que mi pelo rubio con mi flequillo hasta mis ojos me aniñaban un poco.  ¡Pero no me faltaban curvas! (para envidia de Linsey)
Vieja papeletas.
Acomodé mi bolso de mano en mi hombro derecho, me levanté busque mi mochila en el estante superior a los asientos, guardé mi celular en el bolsillo de mi pantalón y anudé la vieja jersey de mi madre en mi cintura.
Parecía una turista de vacaciones. Sin contar mi cara de recién levantada y mi cabello alborotado.
Procuré no pensar en eso y salir por fin de este autobús tan ofuscante.
Para ser principio de marzo había una brisa fresca y constante que me puso la piel de gallina.
Corrí con muchas miradas clavadas en mí hacia la parada de los taxis. Pero no me importa nadie me conoce y eso es lo que tanto había buscado anonimato.
Divisé la fila de coches amarillos y negros a la izquierda del edificio pero al tomar iniciativa el jersey resbaló de mí. Al agacharme la mochila se fue hacia adelante de mi cabeza imposibilitandome ver y oí el ruido seco de mi celular cayendo al pavimento.
Genial.
Unas manos devolvieron mi mochila a mi espalda. Levanté mi móvil antes de que ocurriera otro desastre. O yo provocara otro desastre.
Me encontré agradeciéndole a una mujer de cabello extremadamente liso, caía sobre sus hombros sin efectuar ninguna modificación. Un simple y prolijo vestido color marrón chocolate y unos zapatos cerrados de tacón alto. Sus ojos grises me inspeccionaron con una seriedad que no me hizo sentir para nada incómoda. Su boca ladró hacia un costado, reconocí una sonrisa tras esa mueca.
-No es nada. ¿Tomas el taxi?
-¿Qué? Oh, sí.
Intenté acomodar mi cabello en un moño, pero algunos mechones escaparon cayendo rebeldemente sobre mi frente.
- Si no me equivoco, te dirijiais a Deavonhear.
Pasó su mano por el cabello como buscando rastro de alguna falla en su perfecta melena.
La miré sorprendida, su acento español entonaba las eses demasiado como para pasarlo inadvertido.
- Sí, ¿Cómo lo sabe?
- Te he visto el libro de geología cuando se abrió tu mochila.
¿Estaba abierta?
- Trabajo allí, soy la Srta. Brown profesora de escritura descriptiva.
Alabada seas, estaba conociendo a la profesora de mi materia preferida.
Le estreché la mano sin pensarlo. Pareció sorprendida.
-Soy Caitlyn Stuart, estudiante de primer año en Deavonhear.
Se sentía realmente bien decir aquello.
La Srta. Brown me sonrió sinceramente.
- ¿Quieres que te lleve?
Iba negarme amablemente, que nadie me conociera era una cosa, pero llegar a la universidad en el coche de un profesor daba que hablar.

Pero no tenia auto, los taxis me asustaban y quería llegar pronto por lo que respondí:

- Sí, claro.

Me hizo un leve ademan para que la siguiera. Caminamos hasta la salida de la parada de autobuses donde aguardaba un Ford Torino. Si la Srta. Brown fuera una auto seria ese. Perfectamente pulcro, elegante y original el descapotable rojo nos esperaba sobre la acera.

Mete su mano en la cartera bordo que cuelga de su hombre y saca unas llaves y unos anteojos de sol Ray-band que ubica sobre sus ojos.

-Sube.
Dice quitándole el seguro al auto.
-Ahora Caitlyn,- comienza a arrancar- ¿qué estudiaras en Devonhear?
Froto mis manos nerviosa, se que es una pregunta tonta y que toda mi familia ha hecho desde que supieron que me aceptarían, pero a ellos era fácil mentirles, pero ella era una profesora de allí la vería si tenía que cursar su materia.
Solté lo que en verdad creía:
- Sinceramente no lo sé.
- ¿No lo sabes? ¿Y como te han admitido? ¿Siquiera te han admitido?
Sonaba confusa y yo lo estaría si me digieran que una chica se muda hacia la universidad dejando su ciudad y no sabe aun que carrera seguir. Los únicos que sabían eran Logan y Megan.
- Si me han admitido. He enviado solicitud a todas las carreras de la universidad.
- ¿Todas? Has de haber estudiado mucho.
- Hace dos años que rindo exámenes para ser admitida.
Eso era cierto, bueno todo lo que le había dicho era cierto. había estado estudiando tarde y noche durante dos años para poder escapar de allí, todavía no sé como me arregle para seguir siendo novia de Dan. Hice una mueca al recordarlo.
- ¿ Y tus padres saben de esto?
-Padre, pensé
- Les he dicho que estudiaría lengua y literatura.
- ¿Nunca probaste con pruebas para descubrir tu vocación?
- Sí, treinta y cinco veces, todas me han dado un resultado diferente.

Patetic MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora