Los Cachorros Salvan A Chase-Una Historia de Paw Patrol

Capitulo Seis

Ryder estaba sentado en su colchon en el ultimo piso del Lookout. No pudo quedarse dormido por culpa de Chase. Quería asegurarse de que estaba a salvo, pero no pudo. Chase podía protegerse a sí mismo, pero eso no impidió que Ryder se preocupara por Chase. Recordó cuando Chase vino a su casa. Estaba repitiendo todos los momentos divertidos que había tenido con el pastor alemán cuando el elevador se subio y las puertas se abrieron. Miró hacia arriba y notó a un cachorro blanco y negro que se acercabe.

"Ah, todavía estás despierto", dijo Ryder.

"Iba a decir lo mismo sobre ti", exclamó Marshall.

"¿Qué estás haciendo aquí? ¿No deberías estar dormido?"

"No pude quedarme dormido". Marshall puso la cabeza sobre la piernas de Ryder. Ryder rascó la cabeza de Marshall.

"¿Preocupado por Chase?"

"Mhmm", respondió Marshall.

"Yo también, Marshall, yo también".

Se sentaron allí en silencio durante un minuto, Marshall habló de nuevo. "¿Crees que está bien?"

¿Chase? Estoy seguro de que está perfectamente bien. Si alguien podría sobrevivir a perderse en el bosque, es Chase".

"No sé qué hacer, Ryder", confesó Marshall. "No se qué haria si le pasa algo malo a Chase. Es mi hermano. Siempre lo era y siempre lo será. Hemos pasado por muchas cosas juntos. ¿Me entiendes?"

"Si, Marshall. Tú y yo hemos pasado por muchas cosas con Chase a nuestro lado. Incluso antes del Paw Patrol, siempre estuvimos juntos. Pero prometo que lo encontraremos antes de que sea demasiado tarde".

"¿Que hay de un plan?"

"No lo sé, pero sé dónde buscar". Encendió el monitor de la pantalla. "Adventure Bay está rodeada de muchos diferente lugares. Tenemos las montañas, la bahía, el desierto y la selva. Sé que estaba perdido en algún lugar por aquí". Ryder señaló el lado derecho del mapa.

"Así que estaba perdido en esas montañas, pero eso no significa que todavía esté allí", comentó Marshall.

Ryder lo miró y se tejió las cejas. "¿Como?"

Marshall se acercó al mapa. "Así que todas estas líneas son carreteras, ¿no?"

"Sí", respondió Ryder.

"Entonces, ¿cómo sabes que Chase no fue recogido de nuevo y fue llevado a otra parte del mapa? Podrían haber regresado y haberlo llevado a cualquier parte".

"Tienes razón, Marshall. Voy a ver si el alcalde Goodway, Jake, Carlos y Tracker, y otros están dispuestos a ayudar a encontrarlo, y estoy seguro de que si. Seguiremos busándolo en las montañas donde sabemos que estaba por última vez".

Ryder apagó el monitor y se sentó de nuevo en su colchon, Marshall se sentó junto a el. Miró a Ryder, pero Ryder estaba mirando al espacio con una mirada nerviosa en su cara. Marshall sabía que esto le estaba haciendo doliendo bastante a Ryder. Después de todo, Chase fue su primer perro. Ryder no quería nada más que lo mejor para Chase y los cachorros. Tener que ver cómo trataban a su cachorro fue horrible. Marshall no podía imaginar lo que estaba pasando por su mente. Ryder recogió a Marshall y puso a Marshall arriba de su pies. Marshall bajó la cabeza mientras Ryder le acariciaba la cabeza. A pesar de tanto dolor, Ryder todavía trató de consolar a Marshall.

"Gracias, Ryder", dijo Marshall.

Ryder asintió sutilmente. "De nada, Marshall".

Marshall se levantó y caminó hacia el elevador. "Buenas noches, Ryder".

"Buenas noches, Marshall", respondió Ryder. Las puertas del ascensor se cerraron y Marshall descendió al primer piso. Sabía que si quería encontrar a Chase, tenía que tener energía, así que tenía que irse a dormir. Cuando las puertas del elevador se abrieron, se dio cuenta de que un husky caminaba hacia su casa de cachorros. Decidió hablar con ella antes de irse a dormir.

Se acercó a ella. "Oye, Everest, ¿qué haces despierto tan tarde?" Preguntó.

"¿Yo? Oh, yo..." Miró detrás de ella, pero vio que Skye ya no estaba allí. "Nada", afirmó. "¿Y tú?"

"Solo estuve hablando con Ryder para un rato. Estábamos hablando de un plan para salvar a Chase".

"¿Que decidieron?"

"Solo sabemos dónde desapareció, pero podría estar en cualquier lugar."

"Esto debe ser difícil para ti".

"¿Qué es?"

"Perdiendo a tu hermano así".

"Sí, es bastante difícil. Pero si hay algo que Chase me enseñó, es que nunca se rinde. Echémosle ganas. Siempre mira hacia adelante".

"Eso es muy sabio".

"Sí", se rió Marshall. "Nuestros padres siempre nos decían cosas así".

"Bueno, si necesitas algo, ven a mí, ¿de acuerdo?" Dijo Everest, poniendo su pata sobre la de el. Esta acción hizo que ambos se sonrojaran. Tenían sentimientos el uno por el otro, pero no sabían cómo expresarlos o si el otro se sentía de la misma manera. Everest separó su mano.

Marshall la miró y sonrió. Everest volvió a sonreír. Se miraron a los ojos durante lo que parecían minutos, pero fueron solo un par de segundos. Finalmente, Everest rompió el contacto. Ella miró al suelo, avergonzada.

Marshall bajó la cabeza para estar más cerca del nivel de los ojos del Everest. "¿Qué pasa?" Preguntó. "¿Estás bien?"

"No estoy segura", confesó. "Supongo... Solo estoy preocupado por Skye y Ryder, eso es todo".

Marshall asintió. "Lo entiendo. Skye debe estar teniendo dificultades con esto".

Everest lo miró. "Sabes lo de Skye y lo que siente por Chase".

"Por supuesto", dijo Marshall. "Chase fue quien la salvó hace todos esos años. No es por demas por qué ella querría salvarlo. Supongo que es una de esas situaciones de "Tú me ayudas, yo te ayudo".

Everest se sintió aliviada. Marshall no sabía nada de los verdaderos sentimientos de Skye hacia el pastor alemán. "Sí, supongo que sí", se rió Everest.

Marshall se sintió bien al ver reírse del Everest. "Vamos, te acompañaré a tu casita". La casa de cachorros de Marshall estaba justo detrás de ellos, pero la casa de cachorros de Everest estaba al otro lado del Lookout. Mientras caminaban, se mantuvieron extremadamente cerca el uno del otro sin saberlo. Cuando llegaron a su casita, Everest decidió arriesgarse.

"Oye, Marshall, tengo que decirte algo", dijo.

Marshall la miró. "Sí, ¿qué pasa?" Preguntó.

"Yo... Yo...eh... Solo quería preguntarte si puedes quedarte conmigo esta noche", tartamudeó. Ella no quería que eso saliera, pero estaba demasiada nerviosa para decirle cómo se sentía, y eso fue lo primero que le vino a la mente. Tuvo que respaldarlo, así que no suena incómodo. "Yo...eh... Aparqué mi casita un poco lejos de todos los demás y no quería estar solo".

"Claro que me quedo", respondió Marshall.

Everest lo miró en estado de shock. "¿Tú... lo harás?"

"Pues, si. No quiero que estés solo, ¿verdad?"

"Si", respondió Everest, sonriendo. Entraron en su casita uno por uno. Everest se acostó en su cama. Marshall encontró una cobíja y cubrió el Everest con ella. "No tendrás frío, ¿verdad?"

Marshall se encogió de hombros. "Estaré bien", respondió.

Everest sonrió. "Bueno, no quiero que estés frío, ¿o si?" Dijo mientras ponía la cobíja sobre Marshall y se acurrucó más cerca de su costado. En este punto, Marshall se estaba sonrojando de rojo, pero el Everest no podía decirlo debido a la oscuridad.

"Pu... pues supongo que no", tartamudeó Marshall. Se quedaron allí con los ojos cerrados, disfrutando de la compañía del otro. Everest colocó su cabeza encima de la pata de Marshall, a lo que él respondió inclinando su cabeza contra la suya. Se quedaron dormidos casi al instante, sonriendo en ese momento. Nada podría quitarles esto.