Capítulo Seis: Y desde entonces... [Parte II]

666 67 12
                                    


—Seré directo, Hyüga—empezó el Uchiha menor—, tu hermana quiere que tú y yo tengamos una relación más... cercana—hizo comillas en el aire con los dedos índice y medio de ambas manos en el cercana.

Hinata abrió la boca varias veces, sin poder emitir sonido alguno. Eso había sido muy directo. Se sonrojó, apretando el bordillo de su falda con fuerza, sin poder ver al otro a los ojos. Ambos se encontraban ahora en la sala del azabache, sentados en un sillón, uno frente al otro.

Mantuvo la mirada baja cuando decidió hablar—o intentarlo sin tartamudear tanto—. Y-yo... Lamento m-mucho que Hanabi haya dicho e-eso, u-um... Y-yo... U-Uchi-

—Mírame—sus vocablos fueron interrumpidos cuando él la habló.

—¿Eh?—se mostró confusa, aún sin verlo, apretando más el borde de la ropa.

—Mírame, Hyüga.

Tímidamente, Hinata alzó la vista, encontrándose con aquellos ojos tan distintos a los de ella, mirándola con profundidad, como si quisiera intentar leer su mente o algo así.

—U-um... Y-yo...

—Tu padre se opondría, ¿no es así?—dijo Sasuke, descolocando a la joven, haciendo que lo mirase con cierta sorpresa, pero más que todo temor.

—¡A-ah! ¿P-por qué...? ¿C-cómo...? ¡¿Eh?!—la reacción de ella fue de completa perplejidad. ¿Es que el Uchiha se estaba tomando en serio lo que su hermana—sabrá Dios y otras divinidades más—le habría dicho? Suspiró cuando creyó calmarse y dijo en voz baja, pero audible—. S-sí... Pero... N-no entiendo p-por q-

El de ojos negros sonrió de medio lado mientras apoyaba su mentón en las manos entrecruzadas que tenía sobre las rodillas, mirándola a su vez con la ceja alzada—. ¿De qué te preocupas, Hyüga?

Hinata negó rápidamente con la cabeza—. N-no... N-nada.

Esa respuesta hizo que Sasuke quitara su sonrisa y pusiera una mueca de fastidio—. Por supuesto que no—cogió el móvil del bolsillo de su pantalón y lo miró con tal interés, que pareciera que no recordara que tenía a alguien enfrente—. Los asuntos con tu familia los lleva Itachi y a mí eso me importa una mierda.

Silencio. La peliazul le vio con los ojos bien abiertos, mas luego sonrió levemente; acción que fue captada por el otro, mientras fingía ver las estupideces del Facebook—. E-entiendo. M-muchas gracias, Uchiha-san.

—¿Y ahora por qué sonríes?—alzó una ceja, extrañado por la sonrisa de ella. No había dicho nada bueno a su parecer, solamente la verdad.

—E-es que...—hizo una pequeña pausa y desvió la mirada—, n-no... No es nada. O-olvíde-

—No me digas—la cortó—. ¿Es que quieres estar cerca de mí?

Ella negó con la cabeza y ambas manos, muy nerviosa—. ¡N-no! No, a m-mí, U-Uchiha-san no me i-interesa—dijo sin mala intención. Sin embargo, Hinata, se dio cuenta de que dichas palabras se podrían malinterpretar de igual manera y lo que menos quería era molestar al Uchiha; tener un trato agradable con él, aunque éste fuera tan diferente a ella, le evitaría algunos problemas, o algo así le dictaba su subconsciente. No lo sabía a ciencia cierta, pero algo le decía que intentara llevar un trato más o menos grato—. ¡N-no! ¡N-no me malinterprete! Q-quiero decir que... Bu-bueno, yo...

Él rodó los ojos con hastío—. Mejor vete—regresó la vista a su móvil y la ignoró nuevamente—, y dile a la mocosa que no meta las narices donde no debe

Hinata mordió su labio inferior y reunió valor para dedicarle unas últimas palabras—. Ha-Hanabi no lo hizo con mala i-intención, aun así—se puso de pie e hizo una leve reverencia—, l-lamento mucho este i-inconveniente—miró unos segundos al joven antes de dirigirse a la salida—. N-no volverá a pasar. Adiós, U-Uchiha-san.

Ni más, Ni menos ❅ [Naruto/Naruto Shippuden]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora