𝙄𝙈𝙋𝙀𝙏𝙐́ 𝘿𝙀 𝘿𝙍𝘼𝙂𝙊́𝙉 • 𝐇𝐎𝐃𝐓 X 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐫𝐝.

Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 6

La noche había caído nuevamente en Hogwarts...

La pequeña niña se vio repentinamente inmersa en un paisaje cubierto de densa nieve que se extendía a lo largo y ancho. Al observar a su alrededor, solo logró divisar un espejo en medio de aquel gélido paraje. Mientras se acercaba a él, su reflejo mostraba a una mujer poderosa, de una belleza impactante. Sin embargo, ¿era realmente ella?

De repente, un estruendoso rugido resonó a lo lejos, lo que la llevó a girarse en busca de su origen. Fue entonces cuando divisó a un majestuoso dragón de escamas blancas y violetas que la observaba fijamente. Sin previo aviso, el dragón exhaló fuego y ella no pudo contener un grito desgarrador. En ese preciso instante, la pequeña niña despertó entre sollozos, lloraba por tantas cosas que no sabía sobre si misma, lloraba por sus padres los cuales no conocía, lloraba por todo.

𝗉𝗈𝗏 𝐑𝐡𝐚𝐞𝐧𝐲𝐫𝐚

Rhaenyra paseaba por su habitación, con la mente llena de pensamientos angustiosos sobre la guerra que tenía encima, ella tenía determinación en continuar y pelear por su corona pero al mismo tiempo quería huir, empezó a hablar consigo misma

¿Cómo pude permitir que esto sucediera? Mis hijos, mi vida... ¿Como están? ¿Donde están? ¿Están bien?

Debo mantener la calma... Debo pensar con claridad... Pero es tan difícil... La ausencia de mis hijos es como un vacío que me consume por dentro.

La reina negra se detiene frente a una ventana, mirando hacia el exterior, pensando en sus hijos.

Rhaenyra con lágrimas en los ojos se preguntó: ¿Qué haría mi madre en mi lugar? ¿Qué haría mi abuela? Ellas fueron fuertes... Ellas enfrentaron desafíos peores que este... Debo ser fuerte... Debo ser como ellas... Por mis hijos... Por mi familia... Por mi reino... Los mandé lejos por un bien mejor y es evitar que la muerte se los lleve...

Rhaenyra decidió sentarse en el suelo de su habitación, con la cabeza inclinada hacia abajo y las manos cubriendo su rostro. Sus ojos están rojos y hinchados de llorar, y sus mejillas están mojadas con lágrimas. Su expresión es de profunda tristeza y desesperación, pues el peso del mundo está sobre sus hombros. Su cabello albino cae en cascada sobre sus hombros, y su vestido negro parece absorber la luz a su alrededor, reflejando su estado de ánimo sombrío.

De repente Daemon irrumpió en la habitación y se acercó a su esposa con semblante preocupado, pues ella se encontraba llorando

-Daemon, necesito hablar contigo.

Daemon se acercó a ella y la abrazo.
—¿Qué pasa, mi amor? ¿Qué te inquieta?

-Es por los niños... Lucerys, Visenya, Helaena, Baela y Rhaena. Te mentí, nunca los mandé a buscar reclutas en realidad los mandé lejos de aquí, para protegerlos.

Daemon le respondió sorprendido
— ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué ha pasado?

Rhaenyra decidió tomar la mano de su esposo

-Alicent... ella está detrás de Nosotros, Quiere eliminarlos a ellos y a nosotros para asegurar el trono para Aegon, tú sabes que es capaz de cualquier cosa.

— ¡Esa mujer es una serpiente! ¿Cómo pudiste dudar de mí? ¿Por qué pensaste que me enojaría? ¿Por qué no me lo dijiste?

Rhaenyra le habló con lágrimas en los ojos
-Lo siento, Daemon. No quería preocuparte. Pero ahora... ahora creo que debemos irnos. Los dos. Lejos de aquí. Por nuestra seguridad, sé que si seguimos luchando lo más probable es que no logremos recuperar mi trono...

— Tienes razón. No podemos quedarnos aquí y arriesgar más nuestras vidas, Pero... ¿Y los niños? ¿Dónde están?

-No lo sé... exactamente. Los mandé en dragón con una nota que los dirigía a personas de confianza, que los mantendrán en un lugar seguro. Pero... no sé si están bien.

Daemon decidió abrazarla
— No te preocupes, mi amor. Nos iremos y los encontraremos y estaremos juntos lejos de esta locura.

ᵖᵒᵛ ᴊᴀᴄᴀᴇʀʏs

Rhaenyra entonces le reveló a Daemon que había mandado a sus hijos lejos de Rocadragón para protegerlos de Alicent a un sitio que ni siquiera ella misma conocía pues prefería que estuvieran lejos a que estuvieran ahí mientras la reina verde buscaba eliminarlos a toda costa para asegurar el trono para su hijo.

Daemon se sorprendió y enfadó al enterarse de la noticia, preguntando por qué Rhaenyra no había confiado en él antes. Su madre Rhaenyra se disculpó, explicando que no quería preocuparlo y que ahora creía que era mejor que ambos se fueran de Rocadragón junto a Jacaerys por su seguridad.

Jacaerys, el hijo mayor de Rhaenyra, había estado escuchando la conversación en secreto desde fuera de la habitación. Se había acercado sigilosamente, preocupado por su madre y hermanos, y había escuchado toda la conversación, el joven principe había quedado sorprendido y abrumado por la noticia que acababa de escuchar. No sabía que su madre había mandado a sus hermanos lejos, ni que estaban en peligro. Se sintió culpable por no haber sabido nada y decidió que debía hacer algo para ayudar a su familia.

Con una determinación renovada, Jacaerys se retiró sin ser visto, decidido a encontrar a sus hermanos y proteger a su familia a cualquier precio. No sabía qué peligros enfrentaría, pero estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para asegurarse de que su familia estuviera a salvo.