Capitulo 16: Aunque duela.

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Capítulo 16

Aunque duela

El atardecer comenzaba a delinear la figura de la Roca del rey contra un horizonte que se teñía cada vez más de color rojo. Desde el punto más alto, aquel punto en que de pequeños ella y su hermano subían, junto a sus padres, a culminar el día observando el reino y a sentirse, al menos, un poco mas cerca de los grandes reyes del pasado que, cuando oscurecia, todos sentían que podían alcanzarlos solo estirando su pata al oscuro fondo del cielo estrellado.

Esa tarde, Kiara y Kovu estaban descansando luego de un largo día de recorrer las diferentes manadas que vivían en el reino.

-... desde que Scar no está manipulando las manadas de las lejanías, todo está muy tranquilo por aquí; hasta podría decir que se vuelve aburrido algunas veces. -conversaba Kovu con Kiara, analizando los pormenores de su día. -Solo pocas cosas han pasado, por suerte, nada grave... -se proponía a decir, pero fue interrumpido por unas rápidas pisadas que se acercaban desde la subida de la Roca del Rey

-Kovu, Kiara... -una agitada voz los llamó por detrás. -... tenemos un problema... grave. -terminó mientras los encaraba en la cima.

-Kasi, tranquilízate; ¿qué sucede? -preguntó Kiara, observando a la leona que poco a poco recuperaba el aliento.

-Durante la recorrida del atardecer, Tazama vio un león caminando cerca de los límites con las lejanías; nos hubiéramos acercado, pero ya estábamos aquí y decidimos venir a buscarlos. Quizá deberían acercarse y ver que es lo que busca. -informó la más rápida de la Guardia del Leon.

-Creo que hablé demasiado pronto, ... -mencionó Kovu a la vez que se ponía en pie. -... allá vamos. -culminó a la vez que todos comenzaban a descender hacia el pie de la Roca del Rey.

-Jamás, jamás menciones que estas aburrido, Kovu. -rio Kiara dando una suave lamida sobre las orejas del león. -Ahora, vamos; vamos a desaburrirnos. - instó mientras se ponía de pie y apuntaba con su cuerpo hacia las rocas que bajaban del punto mas alto del reino.

............

Kion hace largo rato que estaba esperando cerca de la frontera que dividía entre las Lejanías y las Tierras del Reino. Había observado las manadas que caminaban, retozaban y pastaban a lo largo y ancho de las praderas, rara vez observándolo desde lo lejos, apenas percibiendo su presencia y, claramente, no reconociéndolo.

Ya se estaba cansando, en cualquier momento cruzaría la frontera y se encaminaría a la Roca del Rey, aunque muy a su pesar ya que eso podría causar problemas. Serían muy fácil de solucionarlos, solo mencionando quien era, pero no quería causar pánico entre los animales del reino. El era un forastero más, en esos días. Hasta que el sol estuviera por sobre el horizonte, aguardaría; si las cosas no habían cambiado mucho por su antiguo hogar, habría una patrulla de la guardia antes del anochecer y, con ello, su oportunidad de entrar sin causar preocupación.

"Espero que no demoren mucho, no quiero pasar otra noche bajo las estrellas" El desanimo se apoderó de él como una ola golpeando la costa del océano. No sabía si era algo de su mente, por haber viajado tanto, o realmente estaba sintiendo como un suave pelaje le rozaba su costado, calentando su cuerpo a la vez como su alma, alentándolo a esperar. "¿Qué habrá sido eso?" se preguntó observando las estrellas que comenzaban a asomar en el azulgrana del cielo.

............

El aire frio de la noche sacudía suavemente las hojas de los sauces que cubrían una de las lomas del Árbol de la Vida y el pelaje de Rani quien observaba la vasta extensión de tierra donde las manadas comenzaban a buscar cobijo de las nubes de tormenta que avanzaban lentamente en el cielo, ocultando el firmamento.

La Guardia del León: Por ella, para ella... gracias a ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora