IV

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1973

Había pasado ya una semana desde aquel extraño encuentro entre James y Tom. Este último se esforzaba por evitar al chico de lentes, pues aún no lograba procesar todo lo sucedido. Una y otra vez, las palabras "me gustas" resonaban en su mente. Qué chico tan raro y tan estúpido, ¿cómo podía creer que esa era una buena manera de acercarse a él?

Podía decir que estaba más tranquilo desde que las bromas habían cesado, pero algo seguía inquietándolo. ¿Por qué no podía apartar su atención del Gryffindor? Últimamente, no perdía de vista ni un solo movimiento del castaño, observándolo y examinando cada parte de su ser, avergonzándose cuando era descubierto. Se sentía extraño; aunque, como cualquier adolescente, había tenido parejas y se había llevado a la cama a varias personas, esta vez era diferente. Sentía algo más allá de la simple atracción física, sentía una gran  necesidad de estar pendiente de James.

-¿Estás demente, Tom? -preguntó Severus, exasperado, al escuchar "Me atrae James Potter". -¿Cómo puede gustarte él?

-Lo sé... -suspiró Tom, cansado- Es que no hay otra explicación. He analizado todos mis síntomas: no puedo apartar la mirada de él, siento esas estúpidas "mariposas" en el estómago, no puedo evitar sonreír cuando lo veo y además extraño su atención -enumeró cada cosa con frustración- No puedo negarlo más.

-¿Y qué piensas hacer? ¿Pedirle una cita- preguntó Severus, sarcástico.

Tom frunció el ceño, claramente molesto.

-No sé qué voy a hacer -replicó, irritado- Es ridículo. Odio sentirme así, tan fuera de control. James Potter, de todas las personas. ¿Por qué él? -agitó las manos en el aire, exasperado- No puedo ni concentrarme en mis asuntos. Aparte el es un completo imbecil, solo con sus acciones debería aborrecerlo pero no puedo. Cada vez que intento olvidarlo, aparece en mi mente. Es desesperante.

Severus lo observó con una mezcla de simpatía y diversión.

-Bueno, podrías intentar ignorarlo -sugirió Severus- O, ya sabes, confrontarlo.

Tom resopló, evidentemente insatisfecho con ambas opciones.

-Ignorarlo no funciona, ya lo he intentado. Y hablar con él... ¿Qué se supone que le diga? "Hola, James, no puedo dejar de pensar en ti, desde que te amenace en aquel salon, ¿quieres salir conmigo?" -dijo con sarcasmo- Sería un desastre.

Severus sonrió levemente.

-Tom ¿estás seguro de que no solo quieres llevartelo a la cama? -Severus conocía bien a su amigo, incluso en ese lado cuestionable, que no apoyaba mucho.

-No, aún que si lo llegué a pensar, pero incluso eso sería mucho para mí, no me metería con alguien menor, no soy como Lucius -el pelinegro se acostó en su cama frustrado- al menos no de esa manera.

Tom se quedó en silencio, luchando con la tormenta de emociones dentro de él. Sabía que no podía hacer mucho, no estaba en la posición de querer algo con el menor.

-Supongo que tendré que encontrar una manera de lidiar con esto -murmuró finalmente- Pero no tengo ni idea de cómo.

-Sev, es hora de irnos -Una cabeza con rulos se asomó por la puerta de la habitación. Era Mulciber, que venía por Severus para su cita- ¿Estás listo? Oh, hola Tom.

Profesor Riddle...? [T'R/ J'R'P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora