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Cerré la puerta despacio evitando su mirada. Sabía que ella me observaba, no había dicho absolutamente nada desde que hice acto de presencia y eso significaba que, dentro de la situación, estaba calmada. Dejé mis cosas sobre la mesa grande del salón y ahí fue cuando hice contacto visual con ella. 

No era enfado, no era tristeza, no eran dudas. Era decepción.

- Pensaba darte una sorpresa para animarte con el estudio.- Rompió el silencio que empezaba a pesar sobre el salón, espacio que nunca me  había parecido tan grande como ahora. Sonrió irónicamente.

- Lo siento.- Murmuré mientras me sentaba a su lado del sofá, guardando las distancias. Solo pude decir eso, dos palabras. 

Eso era todo lo que era capaz de decirle a una Julia que se merecía algo mejor.

- ¿Me has mentido? 

Asentí cobardemente. Supongo que el nudo de la garganta impedía que mis cuerdas vocales se juntaran adecuadamente. Una pequeña lágrima rodó por su mejilla izquierda y como un acto reflejo corrí a frenarla pero  ella no me dejó. En un movimiento pequeño se alejó un poco de mí y me dejó con la mano en el aire. 

-¿Por qué Violeta? ¿Acaso no tenemos una relación en la que podemos contarnos estas cosas? No me iba a enfadar, entiendo que quieras pasar tiempo con tus amigos y liberarte de las clases.

Notaba como una masa se extendía en mi tórax creando un peso que empujaba al resto de órganos. Me costaba respirar, como cuando eres consciente de que lo estás haciendo. Me dolía que tuviera razón y sobre todo, haberlo sabido incluso antes de mentirle. Me dolía haber tenido que recurrir a la mentira después de tantos años. 

- Tienes razón amor pero no sabía como... tú me dijiste que sentías que no te importaba y justo habíamos hablado de este fin de semana y... no quería que tuvieras una razón más para creerlo. 

Sin que yo me lo esperara acercó su mano y la posó suavemente en la mía. 

-¿Qué nos ha pasado Violeta? Lo nuestro era sano y bonito. Sabíamos comunicarnos y ahora es como si no nos conociéramos.

Ahora era yo quién lloraba, notaba la humedad cálida en mis mejillas que anunciaban lo que sabía que iba a pasar. Lo que llevaba meses rumiando. 

- Lo siento. De verdad que no lo pensé, no quería mentirte. 

- No es solo eso Vio... esto es solo lo último de un cúmulo de cosas. Supongo que la distancia ha acabado con nosotras. 

Estaba viviendo lo que llevaba imaginándome en mi cabeza tanto tiempo y no quería ver. Y ahora no me lo podía creer.

- No sé tú pero yo no quiero seguir así. 

Julia estaba más serena, más tranquila. Supongo que el haber venido a intentar arreglar algo roto y encontrarse con una grieta más había terminado de aclarar sus dudas. Las mismas dudas que sentía yo. 

-Yo te amo Julia pero...  creo que pienso igual que tú. No nos merecemos seguir así, no de esta manera. 

Tras quebrárseme la voz intenté acariciarle el rostro, esta vez me permitió. 

- Quiero seguir formando parte de tu vida Julia, has sido...eres muy importante para mí.

- Y yo de la tuya Vio pero creo que ahora necesitaremos tiempo.

- Entonces... ¿esto es un final?

Quería besarla, por inercia, por costumbre, porque no soportaba verla así de triste. Pero no lo hice porque sabía que no debía, porque no se lo merecía. 

Do I wanna know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora