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- ¿Pero se puede saber que vamos a hacer?

- Es una sorpresa, yo tampoco lo sé.

Miré a Denna con desconfianza. Habían pasado dos semanas desde la visita de Chiara y, tal como ella me había dicho, había ido recuperando mi vida poco a poco, aunque no en su totalidad.

No tuve más noticias de Julia, aunque sabía por conocidos mutuos que estaba bien lo cual me había tranquilizado bastante.

Volví a las clases de la facultad y a alguna de sus clases de inglés. Comencé también a hacer algún plan aislado, pero sólo con Naiara y Denna, las únicas con las que realmente me sentía cómoda.

Fue por eso que cuando mi amiga rubia me interrumpió en mitad del estudio para decirme que esa noche íbamos a quedar en casa de Bea y Chiara y que no había opción a negarse me puse un poco nerviosa.

- A mí no me apetece mucho la verdad...

- Venga Vio... ya es hora de que empieces a distraerte un poco. Mira lo bien que te sentó la visita de Chiara.

- Si sé que tienes razón, pero tengo un poco de miedo a agobiarme y amargaros la fiesta. Además, ¿Qué es eso de que no hay opción de no ir?

- Supongo que están un poco preocupados por tu desaparición y quieren verte de nuevo. Si eso pasa te prometo que solo tienes que decirme y nos venimos de vuelta. Todos saben por lo que has pasado, no te van a exigir mucho.

Asentí agradecida.

- Venga vale, di que sí que vamos.

Con la aceptación Denna se dio por satisfecha y me dejó de nuevo entre los libros. La verdad es que intentaba aplicarme, pero me distraía fácilmente.

Me tumbé en la cama y abandoné cualquier intento de continuar con el estudio por el día. Cogí el móvil y abrí la conversación con Chiara. Le había tomado la palabra el día de su visita y había empezado a hablar cada día más y más con ella por Whatsapp.

Realmente sentía que había sido una parte importante de haberme recuperado tan pronto, hablar con ella era una parcela de desconexión del día a día.

Descubrí que Chiara había vivido en Inglaterra hasta los 7 años y que luego se había mudado a Menorca, tenía dos hermanos más pequeños. Desde pequeña le encantaba la música y siempre había crecido rodeada de ella. Se mudó a Madrid buscando ser una artista, pero sin querer abandonar el estudio de este arte por lo que se apuntó al conservatorio. Allí conoció a Álex y a través de él a Bea y Ruslana. Con la primera comparte piso y la segunda no quiere unirse porque es muy independiente, pero juntas forman un gran equipo. Además de la música a Chiara le gustan los atardeceres, los parques de atracciones y las acrobacias. No es muy fan del cine porque se distrae con facilidad y no consigue concentrarse durante mucho tiempo en una tarea que no le llame mucho la atención, aunque eso dijo que me lo explicaría más detalladamente en persona. Era evitativa con su vida amorosa o al menos las veces que había intentado sonsacarle algo. No tenía pelos en la lengua, si tenía que decirte algo no se andaba con rodeos, pero a la vez era empática, un equilibrio que para mí era bastante difícil.

Y por mi parte, ella había descubierto que comparto con ella la pasión por los atardeceres y los parques de atracciones pero que no sabía hacer ni una sola voltereta. Que había nacido en Motril, Granada y que amaba el mar sobre todo. Que yo también tengo una hermana más pequeña, Tana. Que adoro el arte, la literatura y en cierto modo la música, aunque no a tantos niveles como lo hacía ella.

Me sorprendí sonriendo mientras releía nuestra última conversación.

Chiara: Vale, me queda claro que te gusta el arte, pero, ¿sabes dibujar o pintar?

Do I wanna know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora