Los rayos de sol comenzaban a dar calidez en todo el campo dando paso a las flores junto al agua del lago brillaran, En la finca familiar del fallecido Duque de Westminster los rayos de luz entraban directo por la ventana de una habitación dando paso al amanecer.
─ My Lady, su carruaje esta listo ─ hablo la ama de llaves, que se encontraba en la puerta de la habitación principal mirando a la dama que se veía al espejo.
─ Muchas gracias Greys, enseguida bajo ─ Hablo la castaña mientras se colocaba sus guantes, la ama de llaves hizo una reverencia y se retiró, dejándola nuevamente en ese tranquilo silencio que le disgustaba.
Valentina soltó un suspiro para después analizar la habitación mientras iba avanzando hacia la salida, Cada recuerdo pasaba por su mente poco a poco... Definitivamente no iba a extrañar este lugar.
Aquí ella había comenzado su nueva vida, un matrimonio sin amor, cada llanto, cada suplica que ella dio, cada humillación que recibió hacía su persona estaba en ese lugar el cual abandonaba para siempre. No le importa dejarle el título a su cuñado, ella no necesitaba eso y no quería nada que ver con la familia de su ex-marido.
Salió del lugar para caminar a una habitación que tenía la puerta abierta, al entrar se encontró con su rayito de luz que llegó a darle felicidad en esos años.
─ Mi amor ─ llamo la atención de la niña que se encontraba sentada en su cama mientras peinaba su muñeca.
La niña de largo cabello rubio con una mezcla de castaño al ver a su madre se bajo de la cama y corrió para que la alzara en brazos.
