17: luna llena

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— ¡Mira, Jinnie, empieza a nevar! — gritó emocionado Jeongin mientras trataba de sacar su mano por la ventana para atrapar un copo de nieve

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— ¡Mira, Jinnie, empieza a nevar! — gritó emocionado Jeongin mientras trataba de sacar su mano por la ventana para atrapar un copo de nieve.

Tocó el copo con su dedo índice pero este se derritió al tacto, sonrió como un niño pequeño, soltando risillas y alegrando el ambiente, llenando cada rincón de un color amarillo y de un calor hogareño.

Jeongin era así, su presencia llegaba a pintar cada esquina de las habitaciones, llenando el lugar de su ligero perfume y de sus lindas risillas, alegrando la vida de todos. Jeongin era la felicidad de muchos, era el sol en la mañana y la luna en la noche, las estrellas y las nubes, cada pequeño detalle que hiciera feliz a alguien.

Era todo.

Hyunjin lo veía así y no solo era por estar completamente enamorado de Jeongin, sabía de su buena reputación entre todo el mundo, todos tenían algo bueno que decir de Jeongin, todos contribuían con un pequeño grano para añadir a las cosas que los había hecho amar a Jeongin.

¿Cómo no podrían hacerlo? Si tan solo ver sus ojos te provoca muchos sentimientos.

Se sentía muy suertudo al tener a alguien como Jeongin a su lado. Agradecía mucho el haberse fijado en Félix, si no fuera por eso, nunca sus caminos se hubiesen unido. Aunque a veces creía algo contrario, que no importaba que, en algún momento de sus vidas sus caminos se unirían, porque en algún momento tendrían que estar tan enamorados como ahora.

El amor joven, tan dulce, tan arrebatador, lo vivían en sus pieles con intensidad.

Jeongin recostó su cabeza en el hombro de Hyunjin cerrando un poco sus ojos para así poder descansar algo antes de llegar a su destino, Hyunjin siempre recostaba su mejilla contra los cabellos rosados de su amor. Ambos sintiendo el palpitar de sus corazones muy de cerca.


— Ah — lloriqueó metiendo sus manos en sus bolsillos y sacando una cajetilla de metal donde escondía sus cigarros

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— Ah — lloriqueó metiendo sus manos en sus bolsillos y sacando una cajetilla de metal donde escondía sus cigarros. Saco uno y lo encendió, el cigarro podría darle calor — Hace demasiado frío.

Cigarro acaramelado - HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora