Era igual, todos los días parecían una copia y pega del anterior, parecía una película repitiéndose exactamente igual. Se sentía en una caja mientras proyectaban algo que ya había visto muchísimas veces.Sus días se sentían apagados.
Las cosas no habían cambiado, lastimosamente, aún aquella poca esperanza de vida se desvanecía al pasar las manecillas.
El tiempo se llevaba los pétalos y los dejaba a la deriva.
Hyunjin pasaba por el hospital todas las tardes, siempre con su ramo de flores; todo un caballero, besando la mano de Jeongin y peinando sus cabellos mientras le hablaba de su semana. Aún mantenía aquella esperanza de que en medio de su plática Jeongin soltase aquella risilla que solo él podía crear.
Pero no pasaba.
Trataba de contener sus lágrimas al estar con Jeongin en la sala de hospital, trataba de mantener la sonrisa que a Jeongin le gustaba. Aunque le costase un hueso del pecho, no lograba llorar dentro del hospital. Ni siquiera en el camino a su casa. Mantenía la cara seria y los ojos intactos, pero era diferente al pisar la puerta de su hogar, porque ya dentro se
volvía vulnerable, cual niño pequeño lloraba abrazando su almohada. Cual niño pequeño, le temía a lo que pudiese pasar.Los doctores nunca traían buenas noticias, el mismo informe se mantenía, poca esperanza para que los ojos de Jeongin se volviesen a abrir.
A Hyunjin le aterraba lo que pudiese pasar, no le gustaba pensar en aquello, pero cuando se encontraba solo y más vulnerable, lo hacía. Su alma rajándose en surcos de dolor al pensar en una vida sin Jeongin, sería como una vida sin el sol, nada sobreviviría.
Todos los pensamientos negativos siempre lograban partirle en dos, lograban volverlo polvo así el viento se lo podía llevar.
Al pasar de los días se hacía un poco más débil, ya no esperaba a estar a solas en su habitación para echarse a llorar, ahora lo hacía desde que ponía un pie dentro de su hogar. Todo el que viviese bajo aquel techo notaba la falta de brillo de Hyunjin, sus padres pudieron notar a su hijo cada día más apagado, luciendo más triste que el día anterior, apagándose junto a Jeongin, eso decían.
— Hyunjin — escuchó la voz de su madre cerca, cubrió su rostro para ocultar las pesadas
lágrimas. Sintió sus brazos envolviéndole — Tranquilo.Abrazó a su madre, encontrando el consuelo de su madre entre caricias y susurros. Los
brazos de su madre lograban sanarle un poco, ponía las piezas en su lugar mientras
acariciaba su espalda.— ¿Cómo ha sido el día de hoy? — preguntó en un susurro.
— Igual que los anteriores — susurró contra su hombro.
— Vamos a la cocina, toma un té de manzanilla — tomó u rostro entre sus manos, sonriéndole mientras limpiaba sus lágrimas.
Ella daría todo para volver a ver los ojos brillantes que Jungkook tenía, ojos que se habían iluminado cual cielo estrellado por el amor que aquel chico pelirosa le había concedido. Tomó a su hijo de la mano, guiándolo hacia la cocina, con un beso en su frente hizo que se sentara en la mesa mientras ella le preparaba su té. Cuando estuvo listo; se lo dejo frente a él mientras ella se sentó a su lado, tomando su mano y acariciandola.
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Cigarro acaramelado - Hyunin
Roman d'amour"Hyunjin siempre tiene un cigarro entre los labios. Jeongin siempre tiene un caramelo en la boca" Hyunjin tiene apariencia ruda e intimidante, siempre vestido de negro, con una chaqueta de cuero en sus hombros y un cigarro entre los labios. Hyunjin...