Deidara se levantó temprano y vio que estaba dormido con la calabaza con patas.
―Mierda, que papasote. Quiero que me pegue, me embarace y me abandone ―pensó. Pero se dió cuenta de que tenía dolor de cabeza ―. ¡COÑO!
―Deidara, ya sé que te gusta. Créeme que me entero de todos los chismes de Akatsuki ―dijo una voz de marihuano que venía de detrás suya. Era Zetsu ― y por eso te avisaré de algo, para que no te hagas ilusiones, su corazón ya tiene dueño y no olvidará a esa persona por ti.
Esto dolió un poco al rubio, aunque hiciera como si nada y respondiera.―Que tú no puedas, no significa que yo tampoco. Como sea, ¿para qué vienes?
―Nada, chismear y avisarte. Ah, y decirte que tenéis misión: ir al país de la Roca y matar a cierta mujer que sabe demasiado. Tenéis que hacerlo antes de que difunda la información. Pasa que tiene las ubicaciones de nuestras bases, pero no sabemos cómo es posible que lo sepa. ¡Así que mueve el culo y despierta al idiota de tu compañero!
―¡Despiertalo tú, puta planta, porque iba a hacerlo, pero a mi nadie me manda! ¡Y no grites qué me duele la condenada cabeza!
―¡Cómo no lo despiertes, te juro que pongo La Macarena en bucle!
―¡Y yo te mando a un viaje a Siberia sin puto retorno!
Al final, de tanto grito, Tobito terminó despertando solito.―Oigan, basta, no se peleen por mí ―dijo con tono bromista ―. Ja, ja.
―Ah, bueno, pues me voy ―anunció Zetsu antes de que la Tierra se lo tragara, dejando solos al par.
―Tobi, otra broma como esa y te mando con Rasputin ―advirtió.
―Perdón, compañero.
―Más te vale. Y levantate que tenemos una misión de matar a alguien.
―¿A quién?
…
― Ni puta idea, la planta marihuanera no nos lo dijo.
Zetsu volvió a aparecer.
―Tenéis que matar a una tal Sarah Connor―y trás decir esto, desapareció.
Pero volvió a aparecer con un sobre.
―Es esta señora toh vieja que veis en la foto. Chao ―y después de eso, DEFINITIVAMENTE, no volvió (de momento).―Tenemos que matar a Sarah Connor ―repitió el rubio mientras agarraba el sobre y veía la foto ―. Oye, pues no se ve nada vieja.
―Ah, ¿de dónde es? ―preguntó el enmascarado.
―Del país de la Roca, mi tierra.
Tobi parecía tener recuerdos de Vietnam.―¿Hay rocas?
―Noooooo, para nada. Se llama el “el país de la Roca” porque el fundador bebió tanta Coca Cola que las piedras en el riñón no perdonaron ¿no te jode? ―replicó con cierto sarcasmo.
―Vale, vale, Tobi ya entendió, sí hay. ―afirmó mientras se levantaba.
―Bien.
Ambos Akatsukis salieron de la base y fueron montados, ¿cómo si no?, en el pájaro de arcilla de Deidara, mientras este le explicaba lo que Zetsu le explicó a él.
―¿Y cómo cree qué esa señora sabe dónde están las bases?
―No lo sé, Tobi ―en ese momento, se le encendió la bombilla ―. ¿Y si mejor la torturamos para qué hable?
―Tobi no lo sabe… A Tobi no le gustan los escenarios así.
―¿Entonces por qué coño te haces ninja?
―En la aldea de Tobi, te lo vendían como algo divertido, ¿sabe?
―Ah, con razón. ¿Pero no estás ya acostumbrado o algo? ¿No tienes ya experiencia con eso?
―Sí, pero a Tobi le siguen desagradando.
―Me extraña que te contrataran.
―Ya… ¿quiere oir un chiste?
―Como no sea gracioso, te comes una explosión.
―¿Qué le dice un huérfano a otro? “SASUKEEEEEEEEE.”
Deidara no se rió, pero le gustó el chiste, así que se lo dejó pasar.
Al cabo de unos tres días de viaje, llegaron a la aldea de Dwayne Johnson y Deidara tuvo que disfrazarse de otra persona, pues la primera vez que fue no causó una buena primera impresión, que digamos… y Tobi también se disfrazó, porque para nada es sospechoso alguien con máscara.
Os preguntaréis, ¿dónde dejaron la arcilla explosiva, los trajes y otras cosas sospechosas?―Tobi, ¿dónde guardamos esto?
―Sempai, déselo a Tobi. Tobi sabe guardar cosas.
Sin que Deidara se diera cuenta, Tobito se tragó las cosas con su Kamui, haciendo que el rubio llegara a pensar que tal vez era un traficante de cosas ilícitas profesional y que por eso lo habían fichado.
Finalmente, se infiltraron con éxito en la aldea, haciéndose pasar por turistas.
Se colaron en un hotel por la ventanilla, mataron al tipo que tenía la llave y se deshicieron del haciéndose pasar por cocineros y cocinando el cuerpo. Nadie imaginaría que el buffet era para caníbales.―Tobi, ¿cómo se te ocurrió lo de cocinar el cuerpo? ―preguntó una vez en el cuarto de nuevo.
―Pues nomás, sempai. ¿Mejor comenzamos la búsqueda?
―¿No quieres descansar? Se está haciendo tarde ―dijo mientras veía a través de la ventana el anochecer ―. Además, llevamos viajando casi sin descanso durante tres días, ¿no estás cansado?
―Ya, pero lo hicimos montando pájaro volador.
―¡Pero para eso necesito usar mi chakra, por lo que yo sí estoy cansado, así que descansamos ahora porque lo digo yo y mi palabra es la ley, hiperactivo de mierda!
―Vale, perdón…
Al día siguiente, se desayunaron el buffet del hotel (que ese día habían espaguetis a la boloñesa, borsch, salchichón y milanesa para elegir de primer plato y de postre podías elegir blinis, fruta, gelatina y magdalena).
Deidara eligió el borsch y los blinis, mientras que Tobi se comió una milanesa y manzana (comió usando el Kamui para hacer su máscara intangible y que la comida la atravesara, llegando así a su boca, su lengua y el tobogán por el que baja la comida llamado garganta).
Eso sí, comieron a la velocidad de la luz menos un metro (para no atragantarse, pero tampoco retrasarse) y fueron directos a buscar a esa tal Sarah Connor.
Estuvieron días y horas, buscándola por internet, archivos del gobierno, preguntando por la calle… hasta que finalmente llegaron a su ubicación (o el último lugar donde fue vista): un pequeño hospital abandonado.
¡¿Por qué siempre tenía que ser en los sitios más mierdas posibles?!
Rezando a Jashin porque esto no fuera una película de terror, donde los gays siempre mueren los primeros, entraron a dicho lugar.
Exploraron el lugar, lleno de telarañas, graffitis, alguna que otra mierda de animal callejero… que raro que no hubiera nadie viviendo allí ilícitamente.
Aunque bueno, cualquier mendigo habría preferido vivir en las frías calles antes que ese hospital.
Terminaron llegando a una sala, la cual parecía estar usándose de forma más activa que el resto, pues el pomo estaba casi libre de polvo y no tenía telarañas.
Era obscura, se podía ver que alguien había estado tan enfermo que había vomitado allí mismo, pues había arena al lado de los pies de una de las camillas.
Habían algunas manchas de sangre, pero había algo raro en ellas: que estaban en estado líquido. Cualquiera diría que, con tantos años de antigüedad, la sangre se hubiera secado, ¿no?
Pues no. En ese mismo suelo, justo enfrente de una estantería llena de libros, había un par de gotitas de sangre.―Qué interesante… ―comentó Deidara mientras se agachaba para observar ―. Tobi, ¿tienes algo para guardar está sangre?
―¿Le sirve una servilleta?
―Sí.
Deidara agarró la servilleta y limpió la sangre con esta, dejándola manchada con dicha sangre.
―Bien ―dijo mientras se la regresaba ―. Ahora guárdalo y no lo pierdas. Podría valer más que tu propia cabeza.
―Okay.
¿Qué secretos podrían haber en ese hospital más abandonado que media sin par?
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★†~Una historia sin rumbo del Tobidei~†★
Fanfic¡Holaaaaa! Está historia como dice el título no tiene un rumbo fijo, osea una historia determina ya que está historia es una colaboración entre yo y mi amiguita Nino_Official123, y cada una va hacer un capítulo y la otra otro así variando la histori...