Dulce Vehemencia

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Enciendo la incitación, allegado al horizonte que despierta estrellando el relieve iridiscente de lo que sonreíamos en esos atardeceres tan ámbar.
Será que me pigmenta tanto ver como la orquídea se aleja resonando cada vez más, o me motivaba el color miel de los páramos que intensificaron los instintos.
Aun cuando la bifurcación sopla tan cálida su aurora, sigo oyendo lo que susurraba el listón de tus cristales, y culpamos a la coraza en nuestro frío por haber sembrado lo que cosechamos.
Convivirán las evocaciones, mordiendo la brisa en busca de un vestigio que en su frontera se absolverá.

Cuarta EvanescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora