—¿Crees que todo esto podría durar mucho más? —exclamé mientras me encontraba en casa, acompañada de mi mejor amigo Yeiko.
—¿Mucho más? Sé más concreta, anda.
Hice un gesto para que entendiera que olvidara lo que dije, a lo cual me respondió con la mirada dándome a entender que lo había entendido.
Me quedé mirando el móvil de Yeiko algo extrañada; estaba metido en una página rara. No alcanzaba a leer bien qué era, solo podía ver una máscara blanca, la cual tenía una sonrisa que me ponía los pelos de punta. La investigación de Yeiko se vio interrumpida por la llamada de su madre, la que, a pesar de no haber interactuado mucho con ella, sabía que era un incordio. Podía escuchar gritos a través del móvil, diciendo que volviese a casa, que ya no eran horas de estar fuera de casa. A decir verdad, no me había dado cuenta de que ya eran las 2:00 de la mañana. Aunque le ofrecí a Yeiko quedarse a dormir, no quiso, ya que solamente enfadaría más a su madre. Así que le acompañé hasta la puerta, donde antes de irse me sorprendió con un fuerte abrazo. No era muy habitual en él, pero había que decir que sus abrazos se sentían cálidos como una llama. Así que también le abracé con fuerza y, justo después de aquel abrazo, se quitó el collar que llevaba puesto y me lo entregó. No entendía por qué me lo daba. Le pregunté, pero no parecía querer darme ningún tipo de explicación, y me colocó aquel collar alrededor del cuello. Después, finalmente se marchó, así que decidí acostarme de una vez.
Ya a la mañana siguiente me desperté después de posponer la alarma del móvil unas cuantas veces. Bueno... a lo mejor fueron más veces, ya que eran las 17:00 y ya llegaba tarde a la quedada para un trabajo de clase que teníamos que entregar dentro de 3 días. Menos mal que mi parte era pequeña y sencilla, pero aun así me preparé y salí de casa, avisando por mensaje a Yeiko de que ya iba para la casa de Eric. Allí nos íbamos a encontrar Yeiko, Eric, Destiny y yo.
Finalmente llegué a casa de Eric a las 17:45, donde me esperaban Eric y Destiny. Al no ver a Yeiko, volví a escribirle para que supiera que ya estaba allí, pero parecía no haber respuesta de él, lo cual me tenía algo preocupada. No solía tardar en responderme, pero aun así pasó toda la tarde y no recibí ningún mensaje de él. Ya habíamos acabado cada uno nuestra parte del trabajo y parte que le tocaba a él, así que salimos a tomar algo a una cafetería que estaba cerca de mi casa, la cafetería Ruby. En este lugar es donde hacen los mejores chocolates a la taza de todo el mundo. Pedimos 3 chocolates y salimos a la terraza a charlar. De vez en cuando miraba el móvil para ver si Yeiko daba señales de vida.
Mientras hablábamos, Destiny me dijo que mi collar era muy bonito, a lo que respondí que era un regalo de Yeiko. El sonido de notificación de mi móvil interrumpió mi conversación, pero nada más escucharlo miré rápidamente y efectivamente me había respondido. No llegaba a entender muy bien el contexto del mensaje ya que solamente ponía "Lo siento Casandra, te quiero mucho". Le respondí que si ocurría algo, pero parecía no llegarle los mensajes, así que pagué mi chocolate y fui en dirección a su casa mientras le llamaba por el camino. "El número al que llama está apagado o fuera de cobertura". Como odio que me salte el contestador este.
Durante el camino observé una ambulancia hacia la dirección a la que yo iba. Solo tardé unos pocos segundos en reaccionar y entonces empecé a correr. Sinceramente, estaba temiendo lo peor ya en esta situación. No era de extrañar que la ambulancia fuese más rápido que yo, pero aun así no paré un segundo de correr, ya que estaba tomando el camino que se suponía que tomaría yo.
Cuando finalmente llegué, mi cerebro finalmente colapsó. Tenía la ambulancia a pocos metros de mí y cuando se abrió la puerta del portal comencé a llorar como si no hubiese un mañana. Los enfermeros llevaban en una camilla a mi mejor amigo y le metieron en la ambulancia. Rogué que me dejaran entrar mientras lloraba, pero no me dejaron y me trataron de calmar. Les expliqué que yo era su mejor amiga, que necesitaba verle. En un momento dejé de escuchar ajetreo dentro de la ambulancia y antes de que me diese cuenta salió un médico colocando su mano en mi hombro. Le observé a los ojos completamente en shock. ¿Eso significaba que le había perdido? Cuando mi cerebro finalmente asimiló la situación volví a llorar. No sé en qué momento fue, pero escuché la voz llorosa de los padres de Yeiko hablando con los médicos.
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Máscaras
FantasyEn un pequeño pueblo, Casandra vive una vida tranquila junto a su mejor amigo, Yeiko. Sin embargo, una noche, un suceso inesperado desencadena una serie de eventos que cambiarán su vida para siempre. Atrapada en un mar de emociones y misterio, Casan...