𝐄𝐥 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐲 𝐄𝐥 𝐓𝐢𝐫𝐚𝐧𝐨|ᵐᵉᵍᵃᵒᵖ

Conocer al emperador

"Señor Ironhide, Has peleado muchas batallas con mi padre, ¿No es así?"

El viejo guerrero rojo levantó la vista con una expresión de sorpresa en su rostro. No estaba acostumbrado a que el joven príncipe hablara de batallas y riñas ya que sabía muy bien que el principe Optimus odiaba la violencia tanto como la gran guerra. Sin embargo, vio una chispa de curiosidad en sus brillantes lentes azules y por alguna razón no pudo ignorarla. Dejando escapar un suspiro de cansancio y olvidándose por completo de la partida de ajedrez que estaba ganando, el viejo guerrero rojo comenzó a hablar de su tiempo en el frente.

"Es verdad, alteza. Luche junto a su padre contra las fuerzas de Kaonol. Recuerdo los buenos y los malos tiempos. Los gritos de nuestros soldados. El fragor de la batalla. El deseo de destruir a nuestro enemigo. La necesidad de ganar. Todo esto me pareció una segunda naturaleza. Pero.....¿Porque lo preguntas?"

El joven príncipe se incorporo levemente y espero que el viejo guerrero no se sorprendiera tanto al escuchar lo que quería preguntar.

"Bueno....debiste haber luchado contra el emperador Megatrón, ¿Verdad? ¿Cómo era el?"

El rostro de Ironhide de repente se llenó de temor y horror.

"¿P-por que quieres saber cómo es ese Tirano?" Pregunto en tono horrorizado.

Optimus suspiro porque en el fondo sabía que así sería como reaccionaria Ironhide. A nadie nunca le gustó hablar del emperador de Kaonol. Todo lo que escucho fueron susurros y chismes. Dijieron que era tan alto como un gigante. Con ópticas de color rojo sangre y un cuerpo tan plateado como la luna. Podría acabar con un batallón de soldados con un solo golpe de su espada. Su grito de batalla hacia temblar hasta al más valiente de los hombres y devoraba las chispas de sus víctimas. Era un monstruo. Un canibal. Un demonio. Había oído todas esas historias sobre el, pero el joven príncipe no era estúpido. simplemente estaban exagerando acerca de algún guerrero poderoso que podría ser el único con el poder de detener la guerra. Solo tenía que saber cómo era realmente si quería tener alguna esperanza de que esta guerra pudiera terminar. Miro al viejo guerrero y le suplico a través de su óptica.

"Por favor, Sir Ironhide. Solo quiero saber cómo es realmente el emperador. ¡Usted lo ha visto, así que debe saberlo!"

Ironhide refunfuño levemente y se rasco el Yelmo. No podía decir que no a esas ópticas que le rogaban contar su historia sobre el Tirano que amenazaba su reino. Era cierto que lo vió en batalla pero no había mucho que contar.

"Ha escuchado las historias alteza. Es increíblemente alto y tan monstruoso como un demonio. Recuerdo que cuando lo ví por primera vez pensé que estaba mirando directamente al mismísimo rey del infierno. El estaba allí con una espada gigantesca y estaba rodeado. Con los cadáveres de sus víctimas, su óptica era del color de la sangre y sus manos casi parecían las garras de una gran bestia. Fácilmente podía matar a un grupo de hombres que vinieran directo hacia el con un solo golpe de su espada y lo hicieran parecer nada. Casi me mata cuando intenté enfrentarlo. Todavía recuerdo la forma en que me miró con esas ópticas rojas. Era como si estuviera mirando dentro de mi alma y devorandome poco a poco. Su ansia de batalla es suficiente para hacer temblar a cualquiera con la mera mención de su nombre y....

Ironhide de repente dejo de hablar y su óptica se amplio con horror. Optimus estaba confundido porque el viejo guerrero rojo de repente dejo de hablar. Cada vez que contaba una vieja historia de guerra a sus amigos era imposible lograr que se callara. Parecía como si alguien se hubiera acercado a el y le hubiera dado una fuerte bofetada en la cara. El joven príncipe lo miró un poco preocupado de por qué Sir Ironhide, que siempre tuvo un rostro de orgullo y honor, ahora parecía estar lleno de miedo y terror. ¿Saco a relucir un viejo recuerdo que deseaba olvidar?