𝟢𝟥 𝖽𝖾𝖺𝗍𝗁, 𝗇𝖾𝗐 𝖻𝖾𝗀𝗂𝗇𝗇𝗂𝗇𝗀𝗌 𝖺𝗇𝖽 𝖺𝖻𝖽𝗎𝖼𝗍𝗂𝗈𝗇𝗌

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Abrió los ojos con lentitud al sentir como algunos rayos del sol se colaban por el balcón

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Abrió los ojos con lentitud al sentir como algunos rayos del sol se colaban por el balcón. La cabeza lo estaba matando, había bebido demasiado, no solía excederse con el vino, pero anoche perdió el control.

— Daemon...no.— No quería suspirar por él, quería negarse rotundamente a sus caricias, pero su cuerpo no cooperaba.— No deberíamos...

— Pero queremos.— Respondió en un tono ronco y seductor.— Podemos arrepentirnos mañana, puedes odiarme igual que siempre, gritarme si quieres.— Comenzó a desabotonar lentamente la espalda de su vestido.— Pero no esta noche, hoy serás mía.

Recuerdos de la noche anterior comenzaron a llegar. Se había acostado con Rhea, recordaba vagamente los suspiros que escapaban de sus labios, la manera en la que se retorcía cada que la tocaba, no iba a negar que lo había disfrutado.

Cuando se giró sobre la cama esperaba encontrarla ahí junto a él, en su lugar se topó con su lado de la cama completamente vacío, ella se había ido, se fue dejándolo solo. Se enderezó, quedando sentado en la orilla de la cama mientras frotaba su rostro intentando despertar completamente, ya parecía haber pasado la hora del desayuno.

Se levantó finalmente de la cama y comenzó a buscar sus ropas, se encontraba esparcida por varios lugares, terminó de vestirse y fue entonces que notó un pedazo de papel tirado junto a la pata de la mesa.

— Daemon ¿Me estás escuchando?— Colocó una de sus manos sobre su frente, para comprobar que no tuviera fiebre o algo parecido.— Te llegó una carta.— Repitió nuevamente esperando llamar su atención.

La mirada amatista de Daemon se clavó sobre ella y un ligero escalofrío recorrió su cuerpo, apartó su mano lejos de él. Su reacción no pasó desapercibida por el príncipe, quien rápidamente se puso de pie y la tomó del brazo.

— No me importa una estúpida carta.— Se la arrebato de la mano y la tiró al suelo.— Tengo algo mucho más interesante justo delante de mí.

Cierto, ella lo había visitado la noche anterior con la intención de entregarle una carta, sin embargo, las cosas terminaron de manera muy diferente. Sonrió con diversión al recordar nuevamente su encuentro, levantó el papel y lo desenrolló para poder leerlo, por cada letra que leía una sensación de angustia crecía en él.

"Querido padre

La situación se ha complicado por aquí, madre comenzó sus labores de parto ésta tarde y debió a la tardanza del nacimiento el maestre teme por como terminen las cosas, te suplico que llegues cuanto antes.

Rhaena"

Salió a toda prisa de los aposentos de Rhea y no se detuvo hasta que salió del castillo y llegó hasta Caraxes. Lo montó rápidamente y el dragón lo recibió con un fuerte sonido, seguramente producto del estrés y preocupación que ahora compartían, se alzaron en vuelo y partieron con destino a Pentos.

𝗟𝗘𝗧 𝗧𝗛𝗘 𝗟𝗜𝗚𝗛𝗧 𝗜𝗡 ; Daemon TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora