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Shigaraki siempre iba al mismo parque cuando algo le frustraba.
Escuchar los regaños de Kurogiri o la risa burlona de Dabi le hacía querer destruírlo todo. Pero sabía que de hacerlo, estaría arruinando el plan que tiene su maestro para él.
Así que debía aguantarse.
Tampoco es que el parque le transmitiera mucha felicidad, simplemente iba ahí para ver las sonrisas de las personas, pensando en la satisfacción que sentirá cuando la sociedad ya no pueda sonreír más. Cuando vean que sus tan queridos héroes no los salvarán.
Oh, esa sensación se le hacía tan agradable.
—¿Hola? ¿Uraraka san? ¡Sí! Ya estoy en el parque. No te preocupes, ni Iida kun ni Todoroki kun han llegado todavía. Perdón, fui yo quien llegué antes, no te debes disculpar.
La voz se le hacía familiar, los nombres un poco. Buscó de donde provenía y se encontró con un rostro que conocía bastante bien.
Izuku Midoriya.
El pecoso también giró en dirección hacia él y terminaron cruzando miradas.
¿Lo había reconocido? Oh, le traía tantos recuerdos a su primer encuentro. Parecía que realmenre estaban destinados a encontrarse.
Parecía no haberlo reconocido, porque volvió a girar su cabeza, ahora mirando a unos niños jugar.
Eso le molestó.
¿Por qué Izuku no era capaz de reconocerlo, cuando él lo podía hacer con facilidad?
—Oh, Izuku Midoriya. Cuánto tiempo.
No, no iba a dejar que un aspirante a héroe lo ignorara.
Pasó su brazo por los hombros del pecoso y lo acercó hacia él.
—¿¡Tomura Shigaraki!? —El pecoso entró en crisis.
—¿Cuánto tiempo ha pasado que no nos vemos? Hoy estoy de buen humor —Tal como la vez anterior, puso una de sus manos en el cuello del pecoso.
Había llegado en el momento justo.
—¿Qué quieres ahora? —Parecía nervioso, pero no tanto como la primera vez.
—¿Por qué no nos sentamos? Me gustaría conversar. Llevamos tiempo sin vernos, ¿No es así, Izuku Midoriya? —Podía sentir como el pecoso tragaba saliva cuando decía su nombre.
Lo llevó a la misma banca donde estaba hace un rato.
—¿Qué quieres hablar?
—¿Sabes? Justo estaba molesto hace un rato. Hay un pensamiento que me sigue dando vueltas en la cabeza —Izuku le miró—. Hoy discutí con Toga —chasqueó la lengua—, me repite y me repite que no me meta en sus gustos. Que yo nunca he tenido una experiencia romántica, que nadie ni siquiera se me acerca con esas intenciones y que ni siquiera yo soy capaz de sentir algo así. Así que que no la juzgara por su forma de amar ni por quienes ama. Es ridículo, ¿no? Esas son cosas inútiles. Pero tú, justo estabas en el preciso momento. Tú le gustas a ella, tienes una edad parecida. Así que dime, ¿tú también crees que eso es estúpido?
—N-no creo que sea estúpido —titubeó el pecoso—. Claro, tampoco he experimentado nada así, pero no puedo juzgar su forma de pensar. Supongo que cualquiera s-se puede enamorar. No lo sé —Shigaraki volvió a chasquear la lengua, observando como Izuku evitaba mirarlo y había un sonrojo en su rostro.
—Entonces dime, ¿crees que alguien se puede enamorar de mí? ¿Crees que soy atractivo?
Izuku comenzó a toser, se había atragantado con su saliva. En esos momentos, el pecoso deseaba que la tierra lo tragase. ¿Por qué Shigaraki le estaba haciendo ese tipo de preguntas?
—¿¡Por qué preguntas eso!?
—Responde.
—Yo c-creo que sí.
—¿Cómo?
Lo había dicho tan bajo que Shigaraki no había escuchado, o más bien, no se creía lo que oyó.
—¡Midoriya! Te estuve llamando, ¿estás bien?
Era Todoroki. Lo miraba preocupado.
Izuku miró su celular, que lo tenía en la mano. Encendió la pantalla y se dio cuenta que tenía varias llamadas perdidas. Se le había olvidado que puso su celular en silencio.
—¡Todoroki kun! no es nada, tenía mi celular en silencio —Se apresuró en contestar.
Recordó algo, todavía tenía la mano de Shigaraki en su cuello.
—Midoriya, ¿Quién es...?
Antes de que terminara, sin pensar en las consecuencias, tomó la mano de Shigaraki y la bajó a su lado, sin soltarla, sosteniendo 3 de sus dedos.
"Estaba jodido" pensó, recordando que si a Shigaraki se le ocurría tocarlo con los otros 2 dedos restantes, se desintegraría.
—¡Es un amigo!
No sabía si su acción terminó desconcertando a Shigaraki o qué era lo que le había pasado, pero aún no lo desintegraba.
—¿Entonces por qué tenía su mano en tu cuello? —Todoroki se acercó un poco más.
Sí se había dado cuenta, Izuku estaba entrando en crisis. No sabía qué responder.
Sintió como Shigaraki fue quien tomó ahora su mano, entrelazando sus dedos. Sintió pánico cuando creyó que lo iba a desintegrar, pero dejó uno de sus dedos levantados.
A su vez, levantó un poco sus manos entrelazadas, enseñándoselas a Todoroki.
—Porque somos novios. ¿No es así, Izuku? —se acercó a su oído— Más te vale no seguirme, mucho menos decir algo. Sino no vas a correr la misma suerte que ahora —Se alejó— En fin, ya llegaron tus amiguitos. Me voy, nos vemos luego, Izuku.
Shigaraki soltó sus manos y se alejó, peocurando de no dejar su rostro visible ante Todoroki.
—Ah, Izuku. Creo que ahora lo entiendo.
Izuku estaba estático, sin procesar lo que había pasado. Su cara estaba sonrojada al máximo. ¿¡Cómo Shigaraki se le ocurría decir que eran novios!? ¿Era una nueva forma de fastidiarlo? Se sentía muy avergonzado.
No lo desintegró, pero lo dejó ahí, haciendo que tenga que inventarse una excusa para sus amigos.
Por otra parte, Shigaraki estaba sereno, había calmado todas sus dudas. Y no solo eso, había comprobado algo aún mayor.
Había una parte que no le contó a Izuku, una parte de su conversación con Toga.
Izuku Midoriya siempre se le ha hecho alguien curioso, en medio de la conversación, cuando salió su nombre, Toga le dijo que era mucho más probable que alguien como Izuku la prefiriera a ella por sobre él.
Sonrió, pensando en que Toga estaba equivocada.
Izuku Midoriya había tomado su mano, ÉL había empezado.
Ya habría otra ocasión para continuar con su conversación pendiente.
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