Clara vivía en un pequeño pueblo costero llamado Puerto Azul, un lugar conocido por sus playas serenas y su comunidad de pescadores. Desde pequeña Clara había mostrado una voz excepcional. Su madre, Ana, la llevaba a menudo a la playa, donde Clara cantaba mientras las olas jugaban en la arena. La música de Clara se convirtió en el corazón del pueblo, y todo el mundo esperaba con entusiasmo sus actuaciones nocturnas en el café local.
Ana había perdido su voz en un accidente de tráfico cuando Clara era solo una niña. A pesar de su propia pérdida, Ana había sacrificado todo por criar a su hija y fomentar su talento musical. Clara creció con el amor y el apoyo incondicional de su madre, y soñaba con el día en que podría llevarla a la ciudad y compartir su voz con el mundo.Una noche de invierno, un hombre elegante entró en el café durante una actuación de Clara. Era un famoso productor musical, Julián Morales, quien había escuchado rumores sobre la voz angelical de Clara. Después de la actuación, se acercó a ella y le ofreció un contrato para grabar un álbum en la ciudad. Clara estaba emocionada, pero también preocupada por su madre, que necesitaba atención constante.
