MIA
Sentada en el asiento del pasajero de una camioneta negra, miraba por la ventana mientras la ciudad se desvanecía detrás de nosotros. El paisaje urbano dio paso a colinas onduladas y campos verdes, una vista que contrastaba drásticamente con mi estado interno. Los dos hombres de traje que me acompañaban, uno conduciendo y el otro en el asiento del copiloto, no habían dicho una palabra desde que me recogieron en el trabajo. La atmósfera en el vehículo estaba cargada de tensión y anticipación.
Había pasado una semana dándole vueltas a la situación, tratando de decidir qué hacer. Finalmente, había tomado una decisión y le había enviado un mensaje a Alessandro. No estaba segura de lo que esperaba encontrar, pero sabía que necesitaba respuestas y claridad. Alessandro había respondido rápidamente, enviando una camioneta para recogerme del trabajo. Ahora, estaba siendo llevada a una ubicación desconocida, el silencio en la camioneta solo incrementaba mi nerviosismo.
El trayecto fue largo, y tuve demasiado tiempo para pensar. Cada kilómetro recorrido aumentaba mi incertidumbre, pero también mi resolución. Estaba decidida a enfrentar esto y descubrir qué significaba realmente mi matrimonio con Alessandro y cómo afectaría mi vida.
Finalmente, la camioneta se desvió de la carretera principal y tomó un camino privado, bordeado de árboles frondosos y jardines cuidados. Después de unos minutos, la vista se abrió hacia una hermosa hacienda. La casa principal era una elegante mansión, rodeada de jardines y fuentes que brillaban bajo la luz del sol. La naturaleza alrededor era impresionante, casi surrealista, con flores en plena floración y colinas verdes que se extendían hasta donde alcanzaba la vista.
La camioneta se detuvo frente a la entrada principal, y los dos hombres salieron rápidamente. Uno de ellos abrió mi puerta y me ayudó a bajar, su expresión imperturbable. "Síguenos, por favor," dijo el conductor, su tono cortés pero firme.
Caminamos hacia la entrada de la mansión, mis pasos resonando en el camino de piedra. Sentí una mezcla de admiración y nerviosismo mientras observaba los detalles intrincados de la arquitectura y la belleza natural que me rodeaba. Cuando llegamos a la puerta principal, uno de los hombres la abrió, invitándome a entrar.
El interior de la mansión era aún más impresionante. Pisos de mármol, techos altos y arte exquisito decoraban cada rincón. Me llevaron a través de un vestíbulo amplio y luego por un pasillo que conducía a una sala de estar lujosamente amueblada. Allí, sentado en un sillón junto a una ventana que ofrecía una vista espectacular de los jardines, estaba Alessandro, disfrutando de una copa de champán.
—Gracias por venir, Mia —dijo él, su tono es distante. No había rastro de la calidez o la pasión de la noche que habíamos compartido. Solo frialdad y cálculo—. Toma asiento. —Señala el pequeño sillón enfrente de él—.
—Quiero respuestas, Alessandro —respondí, tratando de mantener la voz firme. Me acerco al sillón y me siento, sin romper el contacto visual con él—. ¿Qué está pasando realmente?, aún tengo algunas dudas sobre este matrimonio.
Él la observa por un momento, evaluándome, antes de hablar.
—Es simple, Mia. Necesito ocultar mi verdadera identidad —responde Alessandro—. Pertenecer a una familia mafiosa no es algo que se pueda llevar a la luz pública sin consecuencias. Tenerte a ti como mi esposa es una cobertura perfecta.
—Entonces, solo soy una herramienta para ti —dije, mi voz temblando ligeramente. Sentí un nudo formarse en mi estómago—.
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La Sombra Del Anillo
RomanceAl despertar la mañana siguiente, Mia se encuentra en una habitación desconocida, compartiendo la cama con el hombre del bar. La sorpresa no termina ahí: ambos llevan argollas de matrimonio en sus dedos. Desconcertada y con resaca, intenta recordar...