Capitulo 33: ¿Todo Ha Terminado?

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ALESSANDRO

Por unos momentos, veo la duda en los ojos de Jack. Sus pupilas tiemblan, y parece que está considerando mis palabras. Sin embargo, esa duda se desvanece rápidamente. Sus pupilas dejan de temblar y su expresión se vuelve seria, decidida.

               No puedo fallarle a mi padre dice Jack con firmeza.

Las palabras me golpean como un mazazo. Spencer Torwin, el líder de Pandora, es el padre de Jack. No importa lo fuerte que fue nuestra amistad, el vínculo de Jack con su padre es irrompible. Ambos sabemos que no hay marcha atrás.

               Entonces, que así sea respondo con una mezcla de tristeza y determinación en mi voz.

Sin más palabras, ambos comenzamos a disparar. Las balas zumban en el aire, chocando contra las paredes y los muebles. Nos cubrimos tras cualquier cosa que podamos encontrar, moviéndonos con precisión y rapidez. Cada disparo está cargado de la historia compartida, de la traición y de la inevitable confrontación.

               ¡Te di una oportunidad, Jack! grito mientras me muevo detrás de un pilar, disparando hacia su dirección.

               ¡No necesito tus oportunidades, Alessandro! responde, su voz llena de rabia y dolor.

Los disparos continúan, el sonido de las balas resonando en el estrecho pasillo. Nos conocemos demasiado bien, anticipando los movimientos del otro, buscando cualquier ventaja. Sin embargo, el destino de esta confrontación no puede ser evitado.

Nuestras balas finalmente se agotan. Dejo caer mi arma al suelo, el eco del metal contra el mármol resonando en el silencio momentáneo. Jack hace lo mismo, y por un breve instante, nos miramos a los ojos, conscientes de lo que viene a continuación.

Con un grito de guerra, ambos cargamos el uno contra el otro. Nos encontramos en medio del pasillo, nuestros cuerpos chocando con fuerza. Los puños vuelan, y cada golpe es una mezcla de habilidad y desesperación.

               ¡Esto no tiene que ser así, Jack! grito, bloqueando uno de sus golpes y lanzando un puñetazo a su costado.

               ¡Sí tiene que ser así! responde, esquivando mi golpe y devolviéndolo con un golpe directo a mi mandíbula.

Cada golpe duele más que el anterior, no solo por el impacto físico, sino por el dolor emocional de tener que pelear contra alguien que una vez consideré un hermano. La sangre comienza a brotar de nuestros labios y cejas, pero ninguno de los dos cede.

El pasillo se convierte en un campo de batalla personal. Los recuerdos de nuestro tiempo juntos se mezclan con la violencia de nuestra confrontación actual. Es una lucha intensa, sin cuartel, donde cada golpe y cada patada llevan la carga de la traición y la pérdida.

               Jack, no tienes que seguir a tu padre digo entre dientes, intentando bloquear un golpe dirigido a mi abdomen. Puedes elegir tu propio camino.

               ¡Este es mi camino! grita, lanzando un golpe que me hace tambalearme hacia atrás.

La pelea continúa, ambos exhaustos pero determinados. El suelo está salpicado de nuestra sangre, y el dolor es casi insoportable. Sin embargo, ninguno de los dos está dispuesto a rendirse.

Finalmente, con un último esfuerzo, logro bloquear uno de sus golpes y girar su brazo detrás de su espalda, inmovilizándolo. Ambos respiramos con dificultad, el sudor y la sangre mezclándose en nuestros rostros.

La Sombra Del AnilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora