Capitulo 13: Calor y Cansancio

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MIA

Han pasado unos días desde que Alessandro fue dado de alta del hospital. La primera noche en la hacienda se siente como un regreso a un lugar que habíamos olvidado cuánto significaba para nosotros. Ahora, la mansión está llena de una tranquilidad que había estado ausente durante tanto tiempo.

Alessandro pasa la mayor parte del tiempo en su habitación, acostado en la cama, su recuperación es un proceso lento y cuidadoso. Cada movimiento, cada pequeño esfuerzo, le causa dolor, y mi prioridad es asegurarme de que descanse y sane adecuadamente.

Esta mañana, mientras estoy cambiando la venda de su abdomen, veo cómo su rostro se tensa por el dolor. Me esfuerzo por ser lo más suave posible, pero sé que cualquier manipulación de la herida es incómoda.

               —Lo siento, Alessandro, sé que duele le digo en voz baja, concentrada en mi tarea.

               —No te preocupes, Mia responde él, con una voz entrecortada. Estoy bien.

Finalmente, termino de ajustar la venda y suspiro aliviada. Me siento en la orilla de la cama, observando su expresión de dolor mientras intento pensar en alguna forma de aliviarlo. Me inclino hacia él y comienzo a besar su frente, sus mejillas, y finalmente sus labios, una y otra vez. Cada beso es una promesa de que estaré aquí, de que lo cuidaré y de que todo estará bien.

Alessandro cierra los ojos y se relaja bajo mis besos. Puedo ver que, aunque no desaparece por completo, el dolor se desvanece un poco, reemplazado por algo más suave y reconfortante.

               —Gracias, Mia dice él, su voz más suave ahora. Eres mi fuerza.

               —Y tú eres la mía le respondo, acariciando su rostro con ternura—. Vamos a superar esto juntos, Alessandro.

Sus ojos se abren y me miran con una intensidad que me deja sin aliento. En ese momento, siento la profundidad de nuestro vínculo, de todo lo que hemos pasado y de todo lo que aún nos espera.

Me acuesto a su lado, con cuidado de no presionar su herida, y lo abrazo suavemente. Sentir su calor, su presencia, es un alivio indescriptible. Alessandro me rodea con su brazo y nos quedamos así, en silencio, compartiendo el momento.

               —Prométeme que te cuidarás, Alessandro susurro, sintiendo la necesidad de asegurarme de que él también entiende la importancia de su recuperación.

               —Lo prometo, Mia me responde él, y puedo sentir la sinceridad en sus palabras.

El día avanza lentamente, pero cada pequeño momento compartido es una victoria. A pesar del dolor, a pesar de las dificultades, estamos juntos. Y eso, por ahora, es suficiente.

Cada día trae nuevos desafíos, pero también nuevas oportunidades para demostrar nuestro amor y compromiso. Y mientras estoy aquí, besándolo una y otra vez, sé que no hay lugar en el mundo en el que preferiría estar.

Han pasado varios meses desde que Alessandro comenzó su lenta pero firme recuperación. Ahora, finalmente ha vuelto a ser la cabeza de la organización mafiosa que lidera, y verlo regresar a su antiguo yo me llena de felicidad. Su fuerza y determinación son inspiradoras, y me siento orgullosa de él cada día.

Decidí regresar a la oficina para recuperar un poco de normalidad en mi vida. Sin embargo, mi mente está lejos de los documentos y correos electrónicos que se acumulan en mi escritorio. Esta mañana, Alessandro me entregó una identificación falsa a nombre de Sara Díaz. La misión es clara: debo sacar alrededor de 25,000 dólares de una cuenta extranjera en el banco. No es la primera vez que realizo una operación así, pero este banco, vinculado al extranjero, es mucho más custodiado que los anteriores. Hay guardias de seguridad en cada rincón, y cualquier error podría llevarme directamente a la cárcel.

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