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Desdé hace días Liang había notado a su amigo raro.
Extrañamente estaba más distraído, incluso en sus entrenamientos se veía algo perdido. Como si su mente estuviera en otro lugar.
Parecía sonreír más. En especial cuando estaba cerca del americano Dre.
Liang había notado que incluso se volvía algo torpe cuando hablaba con Dre. Ese definitivamente no era el Cheng Luwei que conocía. Así que tenía un plan.
Realmente no sabía si funcionaría pero no perdía nada con intentarlo.
Su objetivo era claro, iría con Dre y le coquetería cuando Cheng los estuviera viendo. Fácil.
Liang quería ver cuál sería la reacción de su mejor amigo, le divertía bastante.
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Fue en la hora de descanso cuando se encontró con Dre, el chico bajito estaba tratando de servirse sus alimentos con los palillos, que al parecer aún no dominaba.
Esa era su oportunidad perfecta.
Liang miró su relog de muñequera, en cualquier momento Cheng entraría al comedor con Zhuang. Se acercó a paso lento hasta Dre. Y le sonrió.
— Déjame ayudarte.
Liang se paró a su lado y le sirvió los alimentos.
— Umnh gracias. — Parker lo miró, como si lo hubiera salvado de una vergüenza.
— De nada.
— ¿Cómo estás Dre? — El asiático preguntó, al menos tenía que hacerle plática no podía simplemente acercarse así sin más.
— Sufriendo por el cambio de horario...
Eso provocó una risa en Liang, levantó un poco la cabeza y por fin miró a Cheng. Su amigo estaba justo en la entrada con Zhuang detrás de él. Parecía bastante molesto por como fruncía sus cejas.
Bingo.
Era ahora o nunca.
Con la excusa de que tenía algo en la mejilla, Liang se acercó bastante a Dre.
Que si lo mirarás de otro ángulo pareciera que se estuvieran besando.
Y oh sorpresa, Liang intentaba aguantarse las ganas de reír al comprobar su teoría.
Definitivamente Cheng sentía algo por Parker.
Desgraciadamente no se dió cuenta cuando Cheng había avanzado hasta ellos muy enojado y se había abalanzado hacia Liang tacleandolo.
— ¡No lo toques! — Cheng estaba arriba de él apunto de golpearlo cuando la directora se lo sacó de encima.
— Gracias espíritus del cielo. — agradeció internamente, pues no quería golpear a su amigo, por confirmar su teoría.
Cheng y Liang solo escucharon a Zhuang reír con ganas.
— ¡Cállate Zhuang! — Ambos habían gritado.
Y Dre se había largado desde hace un buen rato, ver a los asiáticos pelear le daba pereza.
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