El mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza de lo que no puede sacarse del corazón
-Mario Benedetti
Idara"El amor de verdad solo pasa una vez en la vida" diría mí abuela Rita, y me di cuenta que ese día todo volvía a comenzar todo un año escolar y montón de cosas pasarían en esos 190 días.
Mismas personas, distintos escenarios.
Abrí la ventana, era un día soleado y el calor se hacía sentir pero el verano terminó y los exámenes están a la vuelta de la esquina. Pero bueno eso no era una frustración para mi, cómo diría Martina: "Siempre aprobas todo" y ella siempre tiene razón.
Al desayunar con mí mamá, recordé el año pasado, tanto buenos momentos como malos ratos.
-Me acordé cuando León casi se cayó del escenario y dijo que estaba actuando, como nos reímos Meli y yo.- recordé entre risas.
-Hace un montón no hablabas de León, pensé que...
-No, yo lo superé solo recordé el momento porque fue gracioso.- ella solo sonrió al ver que mí cara reflejaba que no estaba de humor para esas cosas.
-León Mendoza solo fue dos meses y nada más.
-No vas a ir al turno mañana, vas al turno tarde y es imposible que no te vuelvas a enamorar de el....
En el almuerzo estaba mí padre que volvió de trabajar.
-¿Saben a quien me lo cruce en la carnicería?.- mamá y yo quedamos confundidas.
-¿A quién?- preguntó curiosa mí madre.
-A Lucrecio Mendoza, estaba de buen humor y hablamos por un rato hasta que vino su esposa y se lo llevó agarrando de la oreja.
-Se lo merece, eso le pasa por estar de mujeriego con Alicia- confesó ella- no se como aguantó nueve años a ese hombre.- no dije una palabra, estaban tan concentrados que en ese mismo momento terminé mí plato de fideos.
...-chau ma, chau pa- me despedí de ellos con un beso en el cachete a cada uno, al bajar del auto me sentí rara.
Era raro volver al colegio, la sensación era extraña. Entrar desde ese gran portón negro como el color de mí cabello y subir a esos tres escalones.
-Ida- escuche detrás de mi, me di vuelta para ver que era Bahiana.
-Bahi, me alegra verte- sonreí pero no la mire a ella...
Al verlo entrar una sensación resurgió, como el ave Fénix. No, no puede ser posible me costó casi cinco meses superarlo y en menos de un segundo lo destruye todo.
-Che, Idara ¿Estás?- preguntaba Bahiana- tocó timbre.
-¿En serio?- me asuste.
-No, Ida, ¿Qué pasó?.- ¿Le digo? No sabía cómo decirle que lo vi a León Mendoza, el chico de mis sueños....
En el recreo después de la primera clase me había sentado con Martina que se había vuelto mí amiga el año pasado cuando repitió segundo año y fuimos compañeras.
-No entendí nada, Ida, ¿Vos entendiste algo?.
-Si, más o menos es lo del año pasado solo había que hacer memoria.
-¿Y León?- preguntó.
-¿Por qué preguntan siempre por León? Lo supere Marti.
-Perdón ¿Buscamos algo en la cantina?.
-Bueno, vamos.- salimos del salón y en el camino a la cantina, veo a León conversando con Angela. Sentí algo extraño era como un tipo de rabia ¿Qué era? No lo sentí mucho tiempo hasta que me León me miró... Y sonrió. El corazón latió tan fuerte que iba a explotar hasta que comenzó a caminar con Angela, mordí mí labio inferior. Mí mamá tenía razón, era imposible no volver a enamorarme de el.
-Perdón Ida, pero la cantina se iba a llenar- dijo abriendo un paquete de pepas.
-Si, no pasa nada Marti- mire a Marti, su piel tostada resaltaban sus mechas doradas en su cabello castaño, a diferencia de mi, mí piel era blanca como porcelana y el cabello bastante de negro que hacía juego con el marco de mis anteojos.
-Pero... Ida ¿Usas anteojos? Te quedan hermosos- decía sorprendida.- más hermosa.
-Gracias.- el año pasado no usaba anteojos, en verano los empecé a usar y aún así León era más hermoso que ayer. Pensaba eso mientras comía pepas con Martina....
Llegue a casa y me cambié de ropa, Dios mio, estaba cansada, decidí acostarme y me dormí enseguida.
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Todas las cosas que no te dije
Romance"Nunca creí que volvería a enamorarme de el, a pesar de su luz y oscuridad... Lo amaba" Idara no quería saber nada de León Mendoza desde octubre, pero desde que lo volvió a ver aquel primer día no lo pudo sacar de su cabeza. ¿Podrá decirle las co...