Más Allá de los Recuerdos: La Historia de Allie

Cap. 5: La Huida Forzada

El sol apenas se asomaba en el horizonte cuando el grito de alarma resonó por todo el pueblo. Allie, Abby y Ari se despertaron sobresaltadas, corriendo hacia la plaza central para ver qué estaba ocurriendo.

Una densa columna de humo negro se elevaba desde el mercado del pueblo. El caos reinaba mientras los habitantes intentaban apagar las llamas que consumían los puestos de madera.

"¡Rápido, traigan agua!" gritó el anciano Bidoof, organizando a los demás Pokémon y humanos en un esfuerzo desesperado por controlar el incendio.

Allie, Abby y Ari se unieron a la lucha contra el fuego, trabajando incansablemente hasta que finalmente lograron sofocar las llamas. La plaza quedó reducida a cenizas y escombros, y la atmósfera estaba cargada de humo y tensión.

"¿Qué pasó?" preguntó Abby, jadeando y tosiendo por el esfuerzo.

"Alguien provocó el incendio," respondió un Beautifly que había visto el inicio del fuego. "Dijeron que vieron a un Eevee merodeando por aquí anoche."

Todos los ojos se volvieron hacia Ari, que retrocedió asustada. "¡No fui yo! ¡Yo no hice nada!" exclamó con voz temblorosa. 

Si, no es como tal color bully de Chimo, es solo + oscura de lo común (merezco la prisión :c).

 . 

"¿Cómo podemos confiar en ti?" exigió un joven Starmy. "Apenas llegaste y ya has causado problemas antes."

El anciano Bidoof se acercó a Ari, con una expresión de profunda preocupación. "Necesitamos saber la verdad, Ari. Esto es muy grave."

Allie intervino, defendiendo a su amiga. "Ari estuvo con nosotras toda la noche. No pudo haber sido ella."

"¿Tienen alguna prueba?" preguntó un Tangela que ayudaba a apagar las brasas. "Necesitamos respuestas, y si no las tenemos, no podemos arriesgarnos."

La situación se volvió más tensa. Allie sabía que no podrían convencer a todos de la inocencia de Ari sin pruebas claras. Se acercó a Abby y susurró, "Tenemos que salir de aquí antes de que esto empeore. Encontraremos la verdad y limpiaremos el nombre de Ari, pero no podemos hacerlo si nos atrapan."

Abby asintió, comprendiendo la urgencia. "Ari, debemos irnos," dijo, mirando a su amiga con seriedad. "Confía en nosotras."

Con corazones pesados y la promesa de regresar algún día, Allie, Abby y Ari se deslizaron fuera del pueblo bajo el manto de la oscuridad. Mientras se alejaban, pudieron escuchar los murmullos y las miradas de desconfianza que dejaban atrás.

Una vez que estuvieron a salvo en el bosque, se detuvieron para tomar aliento. Ari estaba al borde de las lágrimas. "No quiero ser una carga," dijo en voz baja. "Solo quería encontrar un lugar al que llamar hogar."

"No eres una carga," dijo Allie con firmeza. "Eres nuestra amiga, y no vamos a dejar que esto termine así. Encontraremos quién provocó el incendio y probaremos tu inocencia."

Abby asintió. "Tenemos que estar unidas. Juntas podemos enfrentar cualquier cosa."

Mientras se adentraban más en el bosque, la sensación de peligro y aventura crecía en el aire. Sabían que su viaje estaría lleno de desafíos, pero también sabían que, juntas, podrían superarlos.

Caminando por el bosque, se encontraron con un riachuelo cristalino. Se detuvieron para refrescarse y tomar un descanso. Abby, siempre alerta, notó algo extraño en el suelo. "Miren esto," dijo, señalando unas huellas grandes y profundas que parecían pertenecer a un Pokémon grande.

"Podrían ser del verdadero culpable," sugirió Allie. "Sigamos las huellas."

Siguieron las huellas a través del bosque, hasta llegar a una cueva oculta entre los árboles. Dentro, encontraron restos de provisiones robadas y algunas piezas de tela quemada.

"Esto es evidencia suficiente," dijo Abby, recogiendo una pieza de tela. "Podemos usar esto para demostrar la inocencia de Ari."

De repente, un sonido de pasos se escuchó desde el fondo de la cueva. Las tres se escondieron detrás de unas rocas, observando cómo una gran silueta felina emergía de la oscuridad. Solo se veía su sombra, pero su tamaño y forma eran intimidantes.

"¿Qué es eso?" susurró Ari, asustada.

"No lo sé, pero tenemos que ser cautelosas," respondió Allie.

La sombra del gran gato se movió hacia la entrada de la cueva y desapareció en la noche. Las tres amigas esperaron unos momentos antes de salir de su escondite.

"Debemos regresar al pueblo y contarles lo que vimos," dijo Abby.

"Pero no creo que nos crean," dijo Ari con tristeza. "No después de lo que ha pasado."

"Tenemos que intentarlo," insistió Allie. "Es nuestra única oportunidad."

Con el corazón en la mano, regresaron al pueblo. Al llegar, el anciano Bidoof y los demás habitantes las miraron con sospecha.

"¿Qué están haciendo aquí?" preguntó el Bidoof.

"Encontramos al verdadero culpable," dijo Allie, mostrando las piezas de tela quemada. "Y vimos su sombra. Es un gran felino que se esconde en el bosque."

Los habitantes intercambiaron miradas incrédulas. "¿Esperan que creamos eso?" preguntó el joven Starmy.

"Es la verdad," insistió Abby. "Tienen que creer en nosotras."

El anciano Bidoof suspiró. "Lo siento, chicas, pero no podemos aceptar su palabra sin pruebas sólidas. Ari, todavía eres sospechosa."

Ari bajó la cabeza, sintiéndose derrotada. Allie y Abby la apoyaron, sabiendo que su misión no había terminado.

"Nos iremos," dijo Allie, con determinación. "Pero no nos rendiremos. Encontraremos al culpable y probaremos la inocencia de Ari."

Con la confianza quebrada y el nombre de Ari aún sin limpiar, Allie, Abby y Ari se adentraron una vez más en el bosque. Sabían que su camino sería difícil, pero también sabían que, juntas, podrían enfrentar cualquier desafío.

Esa noche, bajo el manto de estrellas, las tres amigas se prometieron apoyarse mutuamente, no importa lo que ocurriera. Juntas, eran invencibles.

Cualquier cosa avisame.