23 de Abril
Un día especial, un día tan esperado por ellos. Un día significativo para ambos.
Sofí y B'dLaín unirían sus vidas para siempre.
La ceremonia se llevaría a cabo en un pequeño recinto de jardín, solo con los parientes más cercanos. El lugar se encontraba adornado con flores de todos los colores, en las mesas los manteles lucían de un suave tono color crema, mientras que los centros de mesa destacaban con una vela aromática rodeada de girasoles.
El escenario perfecto donde la brisa lograba añadir un toque de frescura al ambiente.
Aunque los invitados eran pocos en la atmósfera del lugar se lograba sentir la emoción y nostalgia en cada uno de ellos. Naím acompañado de Kia miraba a su hermano sonriendo mientras una lágrima necia salía por la mejilla de ella, para ser una persona fría el momento la volvió vulnerable.
B'dLaín vestido con un impecable smoking negro aguardaba con nerviosismo en el altar, contando cada segundo que para el se volvía una eternidad pensando cuando la vería o imaginando lo peor, que lo hubiera dejado plantado.
Finalmente, el resplandor del vestido blanco de Sofía apareció en la distancia.
Margarita, la madre de ella, no pudo evitar echarse a llorar al ver la elegancia y el porte con el que su hija caminaba al altar tomada del brazo de su padre.
La perfecta melodía de fondo llenaba el aire con notas suaves y emotivas.
El vestido de Sofí, adornado con delicados encajes y pedrería parecía que brillaba bajo la luz del atardecer, y su cabello pelirrojo le caía en ondas suaves sobre sus hombros descubiertos.
Al llegar frente a él, B'dLaín se quedó sin aliento.
Ante sus ojos ella era la más hermosa, pero en ese preciso momento parecía irreal.
Solo bastó un segundo donde se miraron a los ojos para sellar su pacto de amor eterno sin necesidad de palabras.
La ceremonia comenzó, ambos escuchaban con atención cada palabra conscientes del significado de sus votos. Cuando llegó el momento de intercambiar promesas, Laín tomó las manos de Sofí con delicadeza
—Mi pequeña,he encontrado en ti todo lo que podía desear.
Yo, Laín...
Prometo amarte y respetarte en todo momento, prometo estar contigo en aquellos días más brillantes, y también en aquellos dónde la tormenta se avecine.
Prometo ser tu refugio, el hombre en el que te puedas apoyar y sentir segura.
Prometo tratarte como la reina que eres y brindarte fidelidad absoluta.
Prometo cuidarte en la salud y en la enfermedad.
Prometo que construiremos un hogar lleno de felicidad.
Me entrego a ti en cuerpo y alma, aunque esta última siempre te ha pertenecido.
Seré para siempre tuyo, hasta que la muerte nos separe y en la otra vida prometo encontrarte de nuevo.
Te amo, Sofía.
Sofí, estaba estupefacta ante aquello, la emoción la embargaba por las palabras de él, pero se sintió mal pues ella no había preparado algo tan elaborado como eso. Sonrió con ternura y expresó sus sentimientos.
—En el momento que te conocí supe que mi vida cambiaría para siempre, te prometo amarte y serte fiel,cuidarte en la salud y en la enfermedad, te prometo apoyarte en tus sueños y te prometo que estaré contigo en cada paso que des sin importar si tropiezas.
Y finalmente llegó el momento.
—Por el poder que me concierne los declaro marido y mujer. Laín, puedes besar a la novia.
Con suma ternura Laín tomó el rostro de Sofí entre sus manos atrayéndola hacía él.
Sus labios se encontraron en un beso paralizando todo a su alrededor, sólo eran ellos dos.
Al separarse se miraron, cualquier obstáculo lo podrían superar pues anteriormente lo habían hecho. Su amor era inquebrantable.
—Hasta que la muerte nos separe—dijo ella
—Hasta que la muerte nos separé—repitió el
No dimensionaba el presagio de esas palabras...
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N̶O̶ Fue un final feliz
Teen Fiction¿Quién asegura que todos debemos tener un final feliz?