T3 E3 el cuarto⁴

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La luz lunar iluminaba el campo, permitiendo una leve visión a aquellos animales que se encontraban por ahí. Una casa de madera sobresaltaba entre tanto bosque, una casa apagada a excepción de una sala.

Una sala con un tinte rojizo, dentro de aquella sala una mujer de avanzada edad estaba encima de un niño de no más de unos 6 años, la mujer desnudaba al infante mientras lamia lentamente la piel que descubría. En cambio el niño trataba de empujarla sin tener éxito, al haber perdido su ropa la anciana se desnudaria mostrando una lenceria que cubria su arrugado cuerpo, aquella mujer moveria sus bragas a un lado para luego tomar el pequeño miembro del niño e introducirlo en su mojada vagina, gimiendo suavemente al sentir al infante dentro de ella.

Berta_ esta noche la pasaremos bien thiaguito~

Thiago: s-sueltame.. ahh~

Berta_ a tu pequeñito cuerpo le gusta no?~ entonces te daré más~

Berta movería lentamente su cadera de lado a lado, introduciendo más el miembro del infante dentro de ella, soltando nuevamente un gemido que asqueria al joven niño. La mujer bajaría su cabeza y con sus labios besaría a su nieto descaradamente, moviendo su lengua en cada rincón de la boca del niño. Este intentaría morderla pero su cuerpo no respondía, parecía sumido en algo. Berta solo sonreía mientras profundizaba más y más su lengua en la boca del niño mientras daba pequeños saltos con su cadera, un sonido húmedo invadía aquellas 4 paredes que prohibian que el resto de esa casa escuchara lo que ocurría ahí. Cada vez que la cadera de aquella pederasta chocaba con la pelvis de su nieto unas gotas empapaban más esa zona.

Esa mujer llevó las pequeñas manos del niño hacia sus decaídos pechos para que el los apretara, esto solo hacia que el infante tuviera mas deseo de escapar y nunca volver pero su fuerza no era necesaria para poder sacarse de encima a la progenitora de la suya

Thiago: p-porfavor para... N-nya~

Berta_ no hasta que me des todo tu azúcar pequeño caramelito~ ahh~

La lengua de aquella mujer entraría a la garganta del niño y empezaría a moverse de lado a lado lamiendo cada rincón mientras empezaba a moverse mucho más para llevar a un "climax" a su nieto. La mente de Thiago pedía a gritos salir de ahí mientras su cuerpo iba en contra suya yéndose por el camino del placer. Gemidos ahogados de una vieja voz femenina incrementarían en la sala mientras otros gemidos de una suave voz la seguía.
Al poco tiempo el pequeño cuerpo de Thiago no resistiría más y terminaría eyaculando por culpa de su abuela, esta sonreiria y se levantaría para ver la pequeña gota de semen que le había brindado su nieto.

Insatisfecha de los resultados ataría brazos y piernas del infante a la cama y empezaría a masturbarlo mientras que con su otra mano manoseaba el suave e inocente cuerpo del niño.

Gemidos tan agudos como de un ratón salían disparados de la boca del infante, gemidos que suplicaban que su abuela pare de una vez. Ella solo seguía hasta cansarse de usar su mano y empezar a lamerle su miembro, moviendo de arriba a abajo su lengua y a cubrirle su "amigo" al niño, el ya era solo un juguete de aquella mujer suficientemente perversa para aprovecharse de su nieto indefenso.
Las lamidas pasaban a ser más rápidas y a tocar los testículos del niño, mordiendolos suavemente hasta acabar mordiendo uno y arrancandolo de su sitio.

Un estruendoso grito despertaría a todo el bosque, un grito de auxilio y dolor por su cuerpo abusado y terminado. Aún así los animales más inteligentes solo se irían más lejos en caso de ser necesario.

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fnia: un Nuevo Intento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora