Leonor.

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Sentía golpes en mi abdomen plano, por sí solo el corsé me dejaba sin aliento, pero recibir golpes lo hacía peor. Perdí la conciencia cuando un sujeto interrumpió la ceremonia, poco a poco fui recuperando la vista y la percepción.

Me encontraba atada de manos y piernas, también tenía una cuerda apretada en la boca que no me dejaba siquiera mover la lengua, duré tanto tiempo inconsciente que en mi boca había un mal de saliva y el sabor a tierra de la cuerda lo sentía en todas partes, viajaba en el lomo de un caballo y los golpes eran causados por el galope del caballo, significa que mis captores siguen huyendo del ejército que habría enviado mi padre tras de mí.

-¡Mantengan el paso, descansaremos cuando caiga la noche y seguiremos en la madrugada! -gritó a sus hombres, era la misma voz de aquel sujeto. Y como él ordenó, hicieron caso, no conté las veces que perdía y recuperaba la conciencia en el trayecto.

Cuando cayó la noche, mis captores se adentraron a un bosque y encendieron una fogata, traté de darles señales de que estaba consciente, traté incluso de fingir que ya estaba muerta y rezar para que se deshagan de mí en este bosque.

-Parece que nuestra princesita ha despertado -dijo aquella voz.

Un hombre robusto, muy alto y musculoso me tomó en sus hombros y luego me arrojó al suelo sin tener piedad alguna.

-¡Mm...! -quise hablarle y reprocharle la forma en la que tratan a la hija del Rey, se supone que soy la única forma en la que pueden vivir, pero no parece que les importe mucho si sigo viva o no.

-Quítale la cuerda, quiero hablar con la princesita -dijo la voz, la única que he escuchado últimamente.

-¡Puaj! -mi primer acto fue escupir todos los residuos en mi boca, seguido de un vómito intenso e incluso algo de sangre de mi lengua porque la había mordido accidentalmente varias veces -¿¡Qué mierda quieres de mí!? -pregunté.

-Creí que la princesita tenía modales -respondió.

-¡Tú no mereces modales, mereces ser ahorcado! -exclamé con ira mientras yacía en el suelo apoyada en mis manos.

-Debiste darte cuenta, pero no nos importa tu vida en lo absoluto, lo mejor será que mantengas la boca cerrada -dijo fríamente, al mismo tiempo abría una cantimplora y tomaba agua de ella -¿Tienes sed? -me preguntó.

-¡Por favor! -dije, mientras me arrastraba con las manos hacia aquel hombre, sin embargo, como alguien salido del mismo infierno hizo caso omiso a mí súplica y bebió tanta agua como pudo, el resto la tiró en la tierra.

-No llueve mucho por esta zona, los árboles se secan a menudo, ¿qué sería de este pobre bosque sin mí? -decía, odié tanto cada palabra que salía de él que me imaginé siendo yo misma el verdugo que corta su cuello una y otra vez.

Me sentía tan mal que regresó el vómito nuevamente, ahora con más sangre y también tos.

-¿Quién diría que alguna vez alguien de la realeza estaría en ese estado? -preguntó al aire -Si te preguntas que pasó en el castillo, la situación allí no es buena para nada, ¡es todo un caos! -explicó.

-¿Qué hiciste? ¿Por qué no secuestrarme cuando entraste a mi habitación? -pregunté a penas con gran dolor físico.

-¿Tu habitación? Jamás estuvimos ahí, somos la clase de bandidos que se hace notar, no unos cobardes -respondió.

Es imposible que la persona en mi habitación no estuviera involucrada, peor aún, juraría por mi vida que la persona que me observó comer carne y pastel fue este hombre, su silueta es demasiado parecida.

-¿Qué pasó con mis padres? -pregunté decidida.

-Bueno, no teníamos órdenes de asesinar al Rey o a la Reina, pero se complicaron las cosas para salir del castillo, así que no tuvimos opción más que asesinarlos a ambos, un imprevisto que me costó la vida de varios de mis muchachos -respondió.

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⏰ Última actualización: May 27 ⏰

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