22 ; el desencuentro

1.9K 235 50
                                    

Martes 09/01/2024

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Martes 09/01/2024

Maia no era tonta. Joven e ingenua, quizá. Pero tonta no. 

Durante toda su adolescencia (no hace mucho tiempo: seguía siendo una) le habían dicho que era demasiado madura. Tanto los hombres grandes que le gustaban y rechazaban porque "era madura pero era chica" como su misma familia para consolarla acerca de la actitud de los demás. 

Capaz era eso. Había aprendido tanto de notar las actitudes de los demás hacia el mundo, o hacia ella, que ahora no podía evitar hacerlo. Le pasaba con todos, nada especial.

Como, por ejemplo, que a Juani no le gustaba demostrar sus inseguridades pero tampoco creía que era lindo (Maia lo consideraba de los más bellos en la tierra). Enzo era tímido y muy discreto con toda su vida, más ahora no sabía cómo reaccionar con toda la atención que iba recibiendo por parte de la gente. Su novio, aquel que Maia tanto amaba, tampoco era bueno ocultando la realidad: algo había pasado.

Algo había pasado con Matías. O contra Matías. 

No sabía cuál de las dos opciones era, pero era terriblemente raro y perturbaba cada parte de su cabeza sobrepensante. Felipe bien sabía que Maia había pasado unos cuantos años con un infantil enamoramiento por Matías, y Matías bien sabía que Maia ya no pensaba en él de esa forma.

Se había encargado de dejarlo bien en claro.

Apoyó su cabeza contra el hombro de su hermano, inhalando suavemente. El movimiento no llamó la atención de Enzo, quién dejó un perezoso beso en su cabeza antes de girarse a la conversación con Pardella una vez más. 

¿Sabría él algo? Capaz los dos sabían algo. Tanto Agustín como Enzo eran muy cercanos a Matías; él quizá les había comentado sobre la extraña tensión que se llevaban entre ambos. Pero su hermano también era muy cercano a su Felipe. Aunque si quería averiguar algo sobre la extraña tensión entre Matías y él...

Se giró hacia Juani, notando que estaba a la par de Francisco.

Sí. Esos dos tenían que saber algo.

—Ya vuelvo —murmuró antes de carraspear, alejando su cabeza de su hermano para levantarse, regalándole una sonrisa a los de la mesa antes de salir al patio. 

Arregló la parte superior de su pollera, abotonándola de vuelta antes de lanzar uno de sus brazos por los hombros de Juani, abarcando todo lo posible pero sin poder llegar al final de uno. 

De inmediato, ambos ojiclaros la miraron, con sonrisas grandes y brillantes que contagiaron una en su propia cara.

—Hola, gordis —saludó Francisco, besando carismáticamente su cachete—. Justo estábamos hablando de vos.

—Ah, por eso me ardía la oreja.

Juani chasqueó la lengua, golpeándola levemente con su propia cabeza.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 17 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

pacify him ; felipe otañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora