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Danielle suspiró pesadamente, llevando sus manos a su cuello y luego pasándolas ligeramente por su delgado cabello. Por primera vez, sentía que los nervios la carcomían por dentro, empujándola a hacer cosas que, en una situación normal, definitivamente no haría. Se debatía mentalmente sus acciones, quejándose del dolor en su pierna.

"¿Debería..?"

Antes de seguramente arrepentirse, decidió llamar a Hanni, su amiga y consejera incondicional. Después de casi emborracharse el otro día, habían escalado otro nivel en su amistad. De por sí, ya eran bastante cercanas. Aquella tarde la miseria las uniría nuevamente.

Aunque Pham se había entretenido bastante. Marsh nunca se daba cuenta de lo obvio.

—¿Aló?

—¿Cómo estás? —preguntó. —en verdad, iba a hacer algo, pero necesitaba apoyo emocional. Eres la única que... no se burlaría, dadas las circunstancias.

Hanni sonrió burlona detrás de la línea. Había solo una cosa —mejor dicho, persona— que ponía de los nervios a su mejor amiga. No era una chica que se caracterizara por dudar fácilmente, por algo era presidenta del centro de alumnos.

Kang Haerin tenía un efecto especial en Danielle.

—¿Tiene que ver con Kang, cierto?—Marsh permaneció en silencio, murmurando un conchesumadre para sí misma. —¡Lo sabía! siempre me hablai de ella. Creo que es momento de abrazar tu homosexualidad y repartirla por el mundo, Dani. Yo estoy acá para ti.

—Ridícula. No es nada... de esa índole. —dijo, con un rastro de asco en su voz. —pero si tiene que ver con Haerin. Debo hablarle para coordinarnos y empezar a pensar en el festival.

—Espero estés consciente de lo fome que erí Daniela Zapata. —la mencionada rió. —por otro lado... ¿no es muy temprano para eso? quedan meses todavía.

La menor se paró de su cama, indignada.

—¡Queda poco! hay que empezar a contactar a artistas, ver la comida, actividades que se puedan hacer durante el día... Dios, de solo pensarlo me angustio.

—Amiga, búscate un problema real.

Danielle frunció el ceño, dando vueltas por su lujosa pieza. —¡Se supone que tú no me juzgas!

—¡Y no lo hago, pero no ayudas! Te humillai sola, Dani. —Hanni culiá. —háblale a Haerin de buena manera, POR FAVOR. Contáctala y ya verán ustedes lo que deban hacer, solo que sin agarrarse de las mechas.

Bueno, Danielle tenía una sola responsabilidad en ese instante. Agradeció y colgó la llamada. Se sentó en su cama, agarró su almohada favorita, y se dispuso a gritar lo más fuerte que pudo. No quería hablarle a Haerin, la odiaba con toda su alma. En algún punto, esperó a que Hanni le dijera que no le hablara, así ya tenía una justificación para no hacerlo, y echarle la culpa a Pham.

Pero, por primera vez, las cosas no parecían tener una salida fácil para la presidenta.

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VOODOO DOLL 。 daerin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora