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Danielle estaba un poco enredada

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Danielle estaba un poco enredada. Si bien, la organización era su fuerte, este año las actividades pronosticadas se veían un poco apretadas. Los recortes del presupuesto gracias a la sub directora le estaban jugando malas pasadas, y lo detestaba. Recientemente tuvo una reunión con el tesorero del centro de estudiantes, acordando eliminar ciertas actividades del festival.

Para variar, Haerin había sido convocada. No asistió, atrasando la reunión media hora. La australiana chasqueó la lengua al recordarlo, cerrando su agenda con desdén.

No se habían hablado desde esa vez que la ayudó con su mochila. Haerin había tomado una inesperada distancia que ponía a Danielle un poco nerviosa. Tampoco lo admitiría a viva voz, pero le había tomado cierto cariño a la pelinaranja.

Cariño que se había desvanecido. Fue solo un momento de vulnerabilidad que tocó el corazón de la pelinegra, un pequeño desliz en su relación de odio. Una enemistad que debía mantenerse de esa manera, nada de empatía ni buena onda.

La australiana se paró de su asiento observando el reloj de la sala, el cual marcaba las 7:54 de la mañana. Se decidió por tomar su mochila e ir a su salón. Cerró la puerta del lugar, disponiéndose a caminar... pero se quedó quieta.

Miraba el cerrojo de la puerta como si fuera lo más interesante del lugar. Nuevamente el nombre de Haerin se escabullía dentro de su mente. Detestaba pensar en ella. No quería hacerlo, no la necesitaba. Puede hacer todo sin ella. Siempre había sido así... ¿una conversación no podía cambiar tanto las cosas, verdad?

—¡Dani, por fin te encuentro!— La irritante voz la hizo despertar de su pequeño trance. —¡Dios, no vai a creer lo que está pasando!

Danielle volteó a ver a la dueña de la voz, topándose con Hanni completamente empapada; sostenía su mochila en su mano izquierda y tenía una bomba de agua en su mano derecha. Estaba confundida.

—¿Y a ti qué te pasó, te dieron los monos o...?

Kim Minji y Kang Haerin. Esas dos me pasaron.

—No entiendo...

—Andan con bombitas de agua, lanzándoselas entre ellas. —Explicó con brevedad. Hanni sonrió, empujando juguetonamente a Danielle— Está entretenido, pero... necesito refuerzos po chica.

—¡¿QUÉE?! —gritó Danielle, horrorizada. —Nini, vamos a entrar a clases dentro de poco. Tengo que detenerlas.

Hanni no alcanzó a la presidenta cuando salió corriendo en dirección al patio. Maldijo por lo bajo, conociendo a la pasa de su amiga. No debió mencionarle la guerra de agua bajo ninguna circunstancia. Se aventuró a seguir a la pelinegra por los pasillos, pero era inútil.

Al acercarse se escuchaban las risas de las chiquillas. Se la estaban pasando la raja. Minji estaba mojada entera, mientras que Hyein parecía que estaba hecha pipí. Haerin permanecía seca por el momento, siento la ganadora de la guerra por ahora.

VOODOO DOLL 。 daerin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora