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Se escabullo entre los grandes árboles y arbustos que formaban una cerca en la parte trasera de la acogedora casa de su padre. Esperó pacientemente a que los ruidos de los alrededores se calmaran un poco más para poder hacer lo que debía. Con cuidado de que nadie lo vea, salta sobre los arbustos que él mismo se dedica a cuidar en sus tiempos libres y se oculta bajo el verde follaje.

El sol se ha ocultado hace algunas horas, pero no puede arriesgarse a que alguien lo vea incluso en medio de la oscuridad, cualquier mínima cosa puede representar peligro. Envuelve su gran cola cubierta de pelaje naranja alrededor de su pequeño cuerpo y mantiene la vista sobre la misma para estar alerta todo el tiempo.

Finalmente dejan de escucharse ruidos artificiales, eso significa que ese lado del bosque ha quedado completamente muerto por lo que resta de la noche, no puede esperar más, con cautela y elegancia se desenvuelve y estira las pequeñas extremidades para hacerlas funcionar nuevamente. Sube a los arbustos, toma impulso y salta con elegancia a la primera rama del árbol que da directamente a la ventana de su habitación.

En cuestión de segundos ya se encuentra frente a la ventana que ha dejado abierta para facilitar la entrada de regreso a la habitación, distraído por la preocupación de que nadie más lo vea, decide dar un salto para entrar a la ventana, se sorprende y una punzada de miedo le recorre la columna vertebral cuando su cuerpo no cae directamente a la alfombra acolchonada, un cuerpo humano le está sosteniendo y no puede evitar pensar que todo ha terminado.

Los agudos sentidos se ponen a trabajar para saber de qué clase de enemigo se trata, la vista no es del todo buena debido a la oscuridad de la habitación, es el olfato el que tiene que hacer el trabajo de reconocer al atacante mientras intenta desesperadamente zafarse de los brazos que casi pueden mantenerlo inmóvil.

Suspira con alivio, el olor que inunda sus fosas nasales siendo reconocido de inmediato, sabe que de todas formas es malo, pero por lo menos no es algún recolector de especies extrañas. Es su padre, el sheriff huele a enfado total y tristeza también, entre los matices del aroma suave del hombre puede percibir también algo de preocupación y desesperación.

Finalmente es puesto en el suelo con delicadeza y mucho cuidado, la luz es encendida cuando los brazos de su padre se han retirado de su cuerpo y observa al hombre parado cerca de la ventana, está cerrando las cortinas y la ventana para evitar que alguien pueda ver lo que está pasando adentro de aquella habitación.

Stiles observa como su padre se detiene en el marco de la puerta y le observa con dolor, se siente culpable por hacerle pasar un mal rato a la única persona que le ha cuidado y amado durante toda su vida, el sheriff habla con cansancio en la voz — Te espero abajo, tenemos que hablar de algunas cosas.

Cuando la puerta es cerrada detrás del hombre mayor, el castaño se permite respirar con tranquilidad mientras hace cada uno de sus huesos crujir, es la parte que más ama de poder tomar la forma de un zorro, las transformaciones le hacen sentir de formas diferentes en cada ocasión, cuando ha vuelto a ser un adolescente de diecisiete años busca ropa entre sus pertenencias, se viste tan lento como puede con la intención de posponer la charla lo más que se pueda.

Baja las escaleras y se encuentra al sheriff sentado frente a la barra de la cocina con una taza de lo que puede oler que es café entre sus manos, tiene una expresión para nada agradable, pero sabe que se ha metido en problemas. — Siéntate hijo — ordena, el muchacho se sienta del otro lado, quedando cara a cara — ya habíamos hablado sobre esto Stiles, no puedes salir así al bosque en medio de la noche siendo un zorro — Stiles quiso decir algo a su favor, pero fue detenido por su padre — no, ya sé que saliste cuando ya era tarde, pero eso no justifica que hayas desobedecido las reglas.

Él sabe que nada justifica su comportamiento y que ahora le debe una buena explicación a su padre, pero no tiene una buena explicación, simplemente salió porque necesitaba dejar salir los instintos de su zorro que no soporta vivir encerrado todo el tiempo — Tu sabes papá, no puedo mantenerlo encerrado para siempre, él y yo nos sentimos mal cuando eso pasa. Recuerda que no nos llevaste esta semana a la zona segura.

Soft and orange || SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora