Soft and orange || Sterek

04

Derek quería quedarse en la mansión y estar al tanto de la decisión del nuevo beta. Sus ganas de quedarse no tenían nada que ver con el chico de lunares como constelaciones al que ahora puede llamar por su nombre.

Sin embargo, ha tenido que irse antes de que finalizara la reunión; necesitaba revisar algunas cosas en la frontera de Beacon Hills con la manada del pueblo vecino.

Ese era el plan desde un principio, pero ahora no quiere permanecer ahí por más tiempo del necesario. Lleva libros que planeaba leer. No quiere estar ahí, pero no puede hacer nada porque son los deberes que le fueron asignados.

Después de hablar con el alfa de la otra manada puede decir que se siente más tranquilo. Su lobo interior ha dejado de mostrarse ansioso por regresar; en cambio, ahora siente la necesidad de entrar al bosque y correr con libertad entre los árboles.

Ha tenido esa libertad desde que tiene memoria, siempre corriendo lejos de la manada en busca de cosas interesantes, siempre buscando algo que ni siquiera él puede describir de qué se trata, ya que no lo sabe.

Estaciona el automóvil cerca de la carretera en dirección a la casa Hale. No puede esperar para sentir el viento abriéndose paso entre su abundante pelaje, las hojas de los árboles rompiéndose bajo sus patas y la sensación de libertad al sentirse dueño de su propia vida.

Se quita la ropa, quedando solamente en bóxer, y guarda todo en el coche antes de comenzar a estirar el cuerpo con la adrenalina recorriéndole por la sangre.

Se da cuenta de que ha estado oscureciendo mucho más. Seguramente van a llamarlo durante las próximas horas para tratar de ubicarlo.

Él no quiere ser encontrado, quiere encontrar.

Se encorva, siente todos y cada uno de los huesos de su cuerpo siendo moldeados a la nueva forma, el pelaje cubriendo la piel y las garras brotando en lugar de uñas. Los colmillos se agrandan. Cualquiera diría que es un lobo presumido, pero él sabe que tienen razón. Está orgulloso de ser lo que es.

Cuando está convertido por completo, suelta un rugido digno de ser escuchado hasta el otro lado del pueblo. Corre en dirección al interior del bosque sin trazar una ruta con antelación.

Las sensaciones lo envuelven por completo; convertirse a su forma animal es uno de los mayores placeres que ha podido experimentar. Corre hasta que la luna se encuentra en su punto más alto. Emocionado e intrigado, decide detenerse en un claro, aúlla en dirección al cielo hasta que se encuentra cansado.

Es raro en él terminar de esa forma. Siempre ha destacado por ser un lobo fuerte y resistente, pero esta noche ha corrido más de lo que había corrido alguna vez. Está agitado y sabe que es hora de volver a casa. No puede regresar tan rápido como quisiera, es por eso que decide caminar a paso rápido en lugar de correr.

Hay un aroma en el aire de nuevo.

No sabe cómo sentirse al respecto. Está muy cansado para jugar a las escondidillas, pero está feliz de poder sentir el aroma una vez más.

Reduce la velocidad de los pasos y en silencio trata de buscar la dirección del aroma. No es difícil encontrarlo debido a que es reciente. Se atreve a asegurar que aquel escurridizo amigo ha pasado por ahí al menos unos minutos antes.

Sus fosas nasales se dilatan para poder obtener más de eso, más de la seguridad en la que se sumerge gracias a ese aroma. El cansancio se vuelve poco cuando se propone seguir a la fuente de aquella esencia hasta encontrarlo.

Hay determinación en sus pasos. Sabe que está cerca y quiere encontrarlo, pero no puede arriesgarse a ser descubierto antes de tiempo y asustar al pequeño zorro.