Nuestros Tres Horarios

El Horario Invertido

Holi mis criaturitas. Siento la demora.

He aquí el cuarto y penúltimo capítulo de Nuestros Tres Horarios, mi primer historia perteneciente a: Noches de media luna. Mi sección dedicada a mi Shin Soukoku haciendo el amor. Con temas un poquito más subidos de tono, explícitos y con prácticas más maduras.

Esta historia solo tendrá 5 capítulos.

Estás advertido.

Aclaraciones:

Si algo de esto no te gusta, estás invitado a no leer. La historia se sitúa años después del evento de Decay of Angel. Por gusto mío, Karma está vivo. De nada~ Los personajes pueden comportarse ligeramente fuera de lo normal a momentos, una disculpa... Advierto que hay temas subidos de tono, groserías y otras cosas. "Estos son diálogos". Estos son pensamientos. No esperes que actualice pronto. Sorry~ Ningún Atsushi o Akutagawa fueron lastimados al realizar este fic. Nada me pertenece. Solo las sonrisas que estos dos me generan.

Sin más por el momento, disfruta de las cochinadas.

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Nuestros Tres Horarios

Por: Artik Queen

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Capítulo 4.

El horario invertido

o

Atsushi no esta hecho para el dolor

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Lo miró desde su asiento en el cómodo sillón de la habitación de Atsushi, con el ceño fruncido y su pierna moviéndose ligeramente inquieta. Le gustaría entender aunque sea un poco la petición curiosa del chico frente a él. Bueno, cree saber de dónde viene, pero...

Es innecesario...

"Jinko. ¿Estás seguro de esto? -preguntó una última vez intentando convencerle de lo contrario. Porque una parte de él cree que el chico tigre merece algo mejor. Ambos merecían algo mejor- no tiene que ser así... no necesitas..."

"¡Pero yo quiero!"

Con su mejilla apoyada en su mano le sostuvo la mirada. No quiere dar su brazo a torcer pero el jodido tigre es tan obstinado. ¿Qué más puede hacer?

Suspiró, deteniendo el traqueteo molesto de su pie en el suelo de madera. Dejaría que el chico pensara que se salía con la suya y lo harían a su manera. Le daría el jodido gusto. Y al final, haría una ligera trampa si las cosas se ponen peliagudas.

"Esta bien, tu ganas -le vio levantar sus brazos al aire, victorioso en su disputa. Y no pudo evitar regocijarse antes de pronunciar su siguiente frase- aclarado el asunto, desvistete"

Atsushi, arrodillado frente a él se congeló ante su sonrisa, bajando lentamente los brazos.

"Pero... ¿Ya?"

Duele que no te inviten una cena antes ¿Eh?

Aunque en realidad sí lo había llevado a cenar y le había dejado pedir todo lo que él quisiera. Se supone que lo estaba mimando, siendo lindo con su pareja, haciendo las cosas que jamás se habían permitido. Y ahora resultaba ser que el tigre quería que fuera brusco con él en su primera vez.