CAP-1. EL ENCUENTRO

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CAP 1

El Profesor Xavier ocupó su lugar al frente de la larga mesa en su despacho, rodeado por los grandes ventanales que mostraban un cielo grisáceo, presagiando una tormenta inminente. A su derecha, se encontraba Lía, una mujer de apariencia serena. Sus ojos castaños, grandes y llenos de confianza, contrastaban con el nerviosismo evidente del jugueteo de sus dedos sobre la mesa y el nervioso intercambio de un anillo de un dedo a otro.

"Tranquilízate. Todo va a ir bien" la voz del Profesor resonó en su cabeza, clara y calmada.

Lía dirigió su mirada hacia Xavier, aún no se acostumbraba a esas irrupciones telepáticas. Asintió con dificultad y entrecruzó sus manos para calmarlas. Se sobresaltó al escuchar la puerta abrirse al coro de un trueno.

Antes de poder atisbar a la persona, Lía, sintió una pequeña corriente eléctricomagnética recorrer su espalda. Fijó su mirada en el hombre que traspasó la puerta y un chispazo sobresaltó su estómago. Magneto entró con su figura imponente envuelta en su típico uniforme. Avanzó con paso firme hacia la mesa sin ocultar la mueca de desagrado mientras caminaba.

—No sé por qué acepté venir—fue su saludo. Se sentó en el extremo opuesto de Xavier, mirándolo con una mezcla de respeto y desafío.

—Gracias por venir, Magnus—Xavier respondió con gratitud.

—Déjate de formalismos, Charles —replicó Magneto, su voz se tiñó de impaciencia—. Y dime lo que quieras que tengas en la cabeza. Tengo otros asuntos que atender.

—Quería presentarte a Liana Helix—dijo Xavier, indicando a la mujer a su lado.

La mirada de Magneto se desplazó hacia Lía, evaluándola como si fuera un simple insecto. Sin embargo, una pizca traicionera de sorpresa se escapó en el brillo de su mirada. No era habitual que Charles le presentara a nadie, y menos a una humana.

—Es una aliada humana, que nos ayudará en la coexistencia.

—¡Ja!—la risa de Magneto cortó el aire, pero su expresión cambió instantáneamente, el ceño fruncido y su postura se tornó amenazante—. ¿A qué juegas, Charles? ¿Una humana? Sabes cuál es mi posición ante ellos. En este momento—levantó una mano y la silla en la que Lía estaba sentada se deformó, los reposabrazos se curvaron aprisionándola por el abdomen con fuerza—. Podría aplastarla como a una hormiga. Como ellos piensan exterminarnos a nosotros. Así que deja de hacerme perder el tiempo.

—Soy Lía, y... aunque no controle los metales, tengo ...otras maneras de influir en el mundo, incluso... en ti. Humanos y mutantes... deben coexistir—respondió ella, su voz quebrada por el dolor, pero firme y desafiante.

Magneto frunció el ceño al sentir algo. No sabía qué era, su arrojo, el autocontrol... Pronunció la frase a pesar del dolor. Sin gritos ni quejas. Solo un rostro enrojecido y las venas hinchadas tanto en su cuello como su frente delataban la presión a la que estaba sometida. Magneto soltó los metales y miró a Charles con una mezcla de curiosidad y desconfianza.

—¿Qué es lo que pretendes?

—Nada más que mostrarte que, aunque sea un camino largo, la coexistencia es el futuro.

—¿Y esta humana va a hacer tal cosa?— preguntó jactándose de la simple idea.

—Sí—respondió Charles, sin un atisbo de duda.

Magneto los observó, su rostro mostró una mezcla de incomprensión e inseguridad, nadie lo conocía mejor que Xavier, y eso siempre lo desestabilizaba.

—¿Cómo?—susurró, pero se arrepintió al instante de la pregunta. A él no le importaba, solo deseaba un mundo para los mutantes.

—Será nuestro enlace con los responsables humanos. Lía es una reputada científica, cuyas propuestas son bien valoradas entre los humanos—explicó Charles, mientras Lía se frotaba el abdomen, recuperando el aliento.

—Otra vez con las charlas... Charles, ese cuento ya me lo conozco—Magneto se dio la vuelta, su tono mostrando resignación—. La próxima vez no atenderé tan rápido tu llamada.

—Hasta la próxima—dijo Lía, con una mezcla de alivio y determinación.

Magneto giró su cabeza, lanzándole una última mirada por encima del hombro. Frunció el ceño, entreabrió sus labios para lanzar una réplica, pero no dijo nada. Simplemente se marchó.

El profesor sonrió, acercándose a Lía.

—La semilla está plantada.

—No creo que haya sido una reunión muy fructífera—contestó ella.

—Créeme que sí. Cíñete al plan.

X-Men Un plan para MagnetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora