Parte 1 El Llamado de la Magia

2 0 0
                                    

En un pequeño pueblo rodeado de bosques ancestrales,  Carlos creció entre historias de magia y misterio. Desde joven, había sentido una conexión especial con el mundo invisible que parecía danzar en los límites de su visión. Sueños premonitorios y destellos de energía sobrenatural lo acompañaban desde la infancia, aunque nunca había entendido completamente su significado.

Una tarde de primavera, mientras exploraba los senderos del bosque cercano a su casa, Carlos sintió una extraña sensación de ser observado. El aire estaba cargado de electricidad y el bosque parecía susurrar secretos antiguos que solo él podía percibir. Siguiendo un impulso inexplicable, se adentró más y más en la maleza hasta llegar a una clareza iluminada por los rayos del sol filtrándose entre las hojas.

En el centro de la clareza, una piedra cubierta de musgo brillaba con una luz dorada tenue. Carlos se acercó cautelosamente, sintiendo cómo la energía mágica fluía a su alrededor como una corriente invisible pero tangible. Extendió la mano y tocó la piedra, sintiendo un hormigueo eléctrico que le recorrió todo el cuerpo. 

En ese momento, una voz resonó en su mente, clara y melodiosa como el canto de un ruiseñor. "Carlos, has despertado el don ancestral que yace dormido en ti. La magia te ha encontrado, y ahora es tu deber aprender a dominarla." Carlos parpadeó, sorprendido por la claridad de las palabras que resonaban en su interior. La piedra brilló intensamente por un momento y luego volvió a su estado original, como si solo hubiera sido un medio para transmitir el mensaje. Carlos se quedo perplejo mirando a su alrededor, todo le daba vueltas y la sensación de hormigueo aun no abandonaba su cuerpo.

Desde ese día, la vida de Carlos cambió para siempre. Entrenó en secreto, explorando las habilidades mágicas que brotaban en él con cada nueva luna. Aprendió a controlar el fuego, a sentir las corrientes de energía que fluían a través de la tierra y el aire, y a comunicarse con los espíritus de la naturaleza que habitaban el bosque ancestral. Todo esto por su propia cuenta.

Las noches se convirtieron en sus aliadas mientras practicaba bajo la luz de las estrellas, sintiendo cómo su conexión con el mundo mágico se fortalecía con cada conjuro. A medida que dominaba nuevos hechizos y técnicas, también comenzó a comprender mejor su papel en el equilibrio entre la luz y la sombra que mantenía el pueblo y sus alrededores protegidos de fuerzas desconocidas.

Pero su mayor descubrimiento llegaría años más tarde, cuando una carta sellada con cera dorada llegó a su puerta en el borde del pueblo. La carta estaba escrita en un papel antiguo y olía a incienso y tiempo pasado. Decía: "Querido Carlos, Has sido elegido para entrenar en la Casa de la Luz, donde tus habilidades mágicas encontrarán su verdadero propósito. Únete a nosotros y descubre el camino que te espera". Con el corazón latiendo de emoción y anticipación, Carlos se despidió de su hogar y se aventuró hacia la Casa de la Luz, listo para comenzar su verdadero viaje hacia el conocimiento y el poder que solo la magia podría ofrecerle.

Al llegar a la Casa de la Luz, Carlos fue recibido por magos y brujas cuyas túnicas brillaban con la luz de las estrellas. El líder de la casa, un anciano sabio con ojos centelleantes de conocimiento, lo recibió con una sonrisa tranquila pero penetrante. "Carlos, bienvenido a nuestra casa. Nos complace tenerte entre nosotros", dijo el anciano, su voz resonando en la habitación con una mezcla de autoridad y calidez. Carlos asintió, sintiéndose abrumado por la bienvenida pero también por la sensación de estar en el lugar correcto. "Gracias por recibirme. Es un honor estar aquí", respondió Carlos, tratando de mantener la compostura frente a los magos y brujas que lo observaban con curiosidad.

Ese mismo día por la noche Carlos caminaba observando las antiguas paredes y los pasillos iluminados por antorchas. A pesar de llamarse Casa de la Luz, por las noches el fuego era quien se encargaba de iluminar. El aire estaba impregnado de un aroma a incienso y magia, y el murmullo de los hechizos resonaba en cada rincón.

Carlos había sido invitado a una reunión especial con los líderes de la casa, una oportunidad única para conocer más sobre la historia y los secretos de su nueva residencia. Al llegar a una gran puerta de roble adornada con inscripciones doradas, tomó una profunda respiración y la empujó suavemente, encontrándose en una sala circular llena de libros antiguos y artefactos mágicos.

En el centro de la sala, alrededor de una mesa de piedra, estaban sentados los magos más poderosos de la Casa de la Luz. Entre ellos estaba el anciano sabio que lo había recibido por la mañana, y a su lado, una mujer de cabello plateado y ojos brillantes como el amanecer que no se movía y solo se limitaba a observar un gran libro que ya asía frente a ella.

"Bienvenido, Carlos", dijo el anciano nuevamente, su voz profunda llenando la habitación. "Nos alegra que estés aquí. Hemos sentido tu potencial y creemos que estás destinado a grandes cosas." Carlos asintió, sintiéndose honrado pero también un poco nervioso. "Es un honor para mí estar aquí", respondió. "Estoy dispuesto a aprender y a servir a la Casa de la Luz."

La mujer de cabello plateado sonrió, sus ojos reflejaban una mezcla de sabiduría y misterio. "Tu llegada ha sido anticipada por mucho tiempo. La magia que fluye en ti es única, y estamos aquí para ayudarte a descubrir su verdadero potencial."

Durante horas, Carlos escuchó atentamente mientras los líderes le contaban sobre los antiguos conflictos entre la luz y la sombra, y cómo cada generación de magos había luchado para mantener el equilibrio. Aprendió sobre los hechizos más poderosos, los rituales secretos, y las pruebas que tendría que superar para convertirse en un verdadero guardián de la luz.

Pero lo que más le impactó fue la mención de la profecía. Según los antiguos textos, un mago con el corazón puro y un poder inigualable surgiría para enfrentar una oscuridad que amenazaba con consumir todo. Carlos no podía evitar preguntarse si él era ese mago, y si estaba preparado para el desafío que se avecinaba.

Después de la reunión, Carlos se retiró a su habitación, su mente llena de preguntas y su corazón latiendo con fuerza. Sabía que su camino no sería fácil, pero estaba decidido a enfrentarlo con valentía y determinación.

Esa noche, mientras se preparaba para dormir, una suave brisa entró por la ventana abierta, llevando consigo el susurro del bosque. Carlos cerró los ojos y dejó que la melodía de la naturaleza lo arrullara, sintiendo una vez más la conexión profunda con la magia que lo había acompañado desde la infancia. 

Esa noche Carlos soñó con estrellas y fuego, con sombras y luz, y con un futuro donde su destino se convertía en un viaje lleno de desafíos y descubrimientos.

ENTRE SOMBRAS Y ESTRELLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora