ENTRE SOMBRAS Y ESTRELLAS

Parte 2 El despertar

Los días en la Casa de la luz eran demasiado ocupados y en sus tiempos libres Carlos los pasaba deambulando por cada rincón del lugar. Una noche, mientras observaba las estrellas desde la torre más alta de la Casa de la Luz, Carlos escuchó pasos detrás de él. El sonido era ligero pero decidido, como si el intruso supiera exactamente dónde estaba y qué estaba buscando. Carlos se volvió lentamente, su corazón acelerándose por la mezcla de sorpresa y anticipación.

Allí, en la penumbra de la torre, estaba Esteban, un joven mago de la Casa de la Sombra. Sus ojos oscuros brillaban con una mezcla de curiosidad y cautela. "Hola, soy Esteban", dijo, su voz suave pero llena de una energía que Carlos no había sentido antes.

Carlos frunció el ceño, sorprendido de ver a alguien de la Casa de la Sombra en un lugar donde no debería estar. "Soy Carlos. Me han hablado mucho sobre la Casa de la Sombra", respondió, su tono cauteloso.Esteban asintió, su expresión seria pero intrigada. "Y yo he escuchado historias sobre la Casa de la Luz. Parece que nuestras casas son opuestas en muchos sentidos."Carlos asintió lentamente, sintiendo una conexión instantánea con Esteban, aunque aún estaba desconcertado. "Aunque nuestras prácticas puedan ser diferentes, creo que hay mucho que podemos aprender unos de otros", sugirió Carlos, tratando de comprender las intenciones del recién llegado.

Esteban esbozó una leve sonrisa, como si compartiera un secreto. "Quizás tengas razón, Carlos. Hay secretos antiguos que nuestras casas guardan, secretos que podrían cambiar todo lo que conocemos sobre la magia."

Carlos miró a Esteban, sintiendo cómo el destino los unía en un camino lleno de misterios y descubrimientos. "¿Qué te trae aquí, Esteban? Nuestra casa no suele recibir visitas de la Casa de la Sombra."

Esteban respiró hondo, su mirada oscureciéndose un poco. "He sentido algo extraño en el bosque. Una energía que no pertenece ni a la luz ni a la sombra. Vine aquí para investigar y mis pasos me llevaron hasta ti."Carlos frunció el ceño, intrigado. "Yo también he sentido esa energía. Es como si algo antiguo estuviera despertando."Esteban dudó por un momento, como si estuviera decidiendo cuánto revelar. "La verdad es que no debería estar aquí, Carlos. Pero anoche, tuve un sueño. En ese sueño, vi tu rostro. Supe que debía encontrarte, aunque no entiendo completamente por qué."

Los dos jóvenes magos se quedaron en silencio por un momento, compartiendo una comprensión tácita. Sabían que, a pesar de las diferencias entre sus casas, estaban destinados a trabajar juntos para descubrir la verdad detrás de esa misteriosa energía.

"Quizás deberíamos unir fuerzas", sugirió Esteban finalmente, su voz apenas un susurro. "Podríamos explorar el bosque juntos y ver qué encontramos." Carlos asintió, sintiendo una emoción creciente y un pequeño rastro de inquietud. "Sí, creo que eso sería lo mejor. Juntos podríamos desentrañar los secretos que nuestras casas han mantenido ocultos durante tanto tiempo."

Esteban extendió su mano, y Carlos la tomó con firmeza. En ese apretón de manos, sellaron un pacto silencioso de cooperación y confianza. Sabían que su camino no sería fácil, pero también sabían que estaban destinados a enfrentarlo juntos.

Esa noche, bajo el manto estrellado del cielo, Carlos y Esteban se sentaron en el borde de la torre y comenzaron a hablar. Las horas pasaron mientras compartían historias de sus vidas, sus experiencias con la magia y sus esperanzas para el futuro. Carlos habló sobre su infancia en el pueblo, sus sueños premonitorios y su conexión con la naturaleza. Esteban, por su parte, reveló que siempre había sentido una fascinación por los misterios ocultos de la magia, y cómo había desafiado las normas de su casa para buscar respuestas.

A medida que la noche avanzaba, la conversación se profundizó. Hablaron sobre las diferencias y similitudes entre la luz y la sombra, y cómo ambos buscaban, en última instancia, el equilibrio en el mundo. Descubrieron que compartían un deseo común de entender y proteger el delicado equilibrio de la magia.