-Kimi-
Me desperté con pereza y deseando no tener que ir al colegio. No tenía ganas, me obligué a levantarme y a lavarme la cara con agua fría para quitarme el sueño. Baje las escaleras y vi a mi mama preparando el desayuno. Fruncí el ceño y me senté en la mesa extrañada al darme cuenta de algo.
-Mama, ¿y mi desayuno?-ella se sobresalto.
-Ah, Kimi, buenos días... ¿tu desayuno? Aun no lo prepare porque es temprano todavía.
Abrí mis ojos de par en par, para después encender la TV y poner un canal de noticia para ver la hora..., cinco y cincuenta a.m. mostraba la pantalla. Y yo tenía que salir de mi casa a las siete y diez a.m. Suspiré y me desparrame en la mesa.
-Genial, me levante temprano-gruñí.
-Bueno, bueno, ¿qué tiene de malo? Hace algo mientras para distraerte.
-¿Que haga algo, dices? ¿Cómo qué?
-No sé..., por ejemplo..., limpiar tu habitación. Que la he visto muy desordenada últimamente-se dio vuelta recostándose en la mesada con los brazos cruzados.
-No quiero-imite su gesto.
-Ok, pues, si no limpias tu habitación ahora, cuando vengas del cole tendrás que limpiar toda la casa, si quieres que te deje salir el fin de semana.
Apoyé ambas manos en la mesa y me paré-.Eso es chantaje.
Ella miro sus uñas y de pronto comenzó a contar en reversa desde cinco a uno. Cuando iba en tres, me di cuenta de que hablaba enserio así que subí corriendo las escaleras. Me resbalé en los últimos dos escalones y entre a mi cuarto al mismo tiempo que escuche que mi mama terminaba de decir "uno".
Me apoye en la puerta y suspire, tome una almohada y la arrojé hacia la pared. Me senté en la cama y mire a mí alrededor. No era mucho lo que había que limpiar.
Me coloqué mis auriculares y empecé a ordenar. Al terminar encontré varias cosas viejas como dibujos, pulseras, regalos y varias cosas más, pero algo llamo mi atención. Una caja musical, si bien recuerdo, un regalo de cumpleaños de parte de mi padre. Me levante y la deje sobre la mesita de luz para luego bajar a buscar una escoba y una pala.
Mire a mi mama de reojo y me dio un escalofrió cuando estando de espalda dijo:-¿Ya terminaste?
Me lleve una mano al pecho... ¿Cómo rayos se dio cuenta de que estaba ahí?-.Aun no, me falta poco.
-Bueno, cuando termines baja a tomar tu desayuno. Te prepararé algo muy rico como recompensa.
Mis ojos se iluminaron. Sabía que mi mama tenía sus momentos en el que era un demonio pero después volvía a ser un ángel.
-Ok, con más razón me apurare.
Subí a mi cuarto, barrí toda mi pieza y coloqué la escoba y pala en su lugar, para después contemplar mi cuarto... limpio.
No fue tan malo después de todo, pensé.
Tome mi teléfono y mire la hora, seis y media a.m. Me aliste para el colegio y baje por mi estupendo desayuno que consistía en un vaso con chocolatada, un vaso con jugo de naranja, tres tostadas untadas con dulce de leche y una factura.
Le tome una foto y se la envié a Mara y a Mar.
"Mira mi desayuno, te da envidia ¿verdad? (*0*)/ Ñaca Ñaca"
Envié el mismo mensaje a las dos. Sonreí y empecé a comer, cuando solo me faltaba la factura, me llego un mensaje.
Mara: