Mi tía se ocupó de recoger mis cosas. Por otra parte Erick porque no lo podía llamar padre no después de lo que me esta haciendo no paraba de caminar de un lado al otro en aquel pasillo de hospital.

La enfermera me quitaba el yeso de mi brazo , se sentía muy bien poder girar mi cuello por todas partes aunque la sombra de mi intento de suicidio seguía ahí muy marcada. Que sexy dios.

La enfermera terminó su trabajo y me levanté de aquella camilla como resorte no podía seguir viéndole la cara a ese imbécil.

El nunca había sido el mejor ejemplo de padre al contrario , salía en la mañana y regresaba en la noche, tomaba mucho y nunca se ocupaba de mi y siempre valbuceaba cosas sobre un tal Robin y Clara.

A mis cortos 16 no conocía ni la mitad de la cuidad donde había vivido por más de 5 años. Y todo gracias a que sólo tenía permiso de ir a la escuela y regresar a casa.

Luego de la muerte de Jenn , mi madre el señor Eick cambió demasiado tanto que era irreconocible. Mamá murió de un infarto cardíaco provocado por los altos latidos de su corazón. ¿La causa? , desconozco cuando llegué a casa ya estaba muerta y Erick sostenía su cadáver en brazos.

Tal vez el la mató ya no dudo nada de nadie y menos de él la verdad.

Aquel señor de semblante serio estacionó el auto detrás de una camioneta blanca que nos imepdia el paso.

—ahí esta tu transporte pequeña—me dijo bajándose del coche. Y era cierto era una ambulancia blanca y unos hombres la rodeaban. Mi corazón latía muy deprisa tenia miedo mucho miedo.

Cuando miré a la casa sacaban mis pertenencias y las metían en aquella camioneta blanca.

—¡suelten esas maletas! ¡yo no me voy a ninguna parte!—grité y aquellos señores me hicieron caso omiso. Uno bestido de negro se acercó y sonrió al verme acorralada en los brazos de Erick.

—dulce sueños pequeña —susurró antes de meterme una gringa en el brazo y todo se volvió oscuridad.

...

Una habitación blanca , demasiado para mi gusto con un pequeño ventanal a la izquierda , dejaba ver el patio donde habían muchas personas vestidas de blanco y unas mesas y sillas por doquier.

La habitación contaba con una cama personal un pequeño baño y una mesita con una pequeña lámpara de noche muy cerca de la cama. En ella habían algunos libros y en la gabeta de la cama estaba lo que necesitaría para vivir en ese cuarto,  una toalla sábanas y ropa interior , blanca por cierto todo blanco.

Luego de revisar todo el cuarto entré al baño y miré mi atuendo era un pulover blanco con un pantalón ancho del mismo color. Me veía fatal y las ojeras en mi rostro no ayudaban mucho.

Intente abrir la puerta pero estaba cerrada con llave al igual que la ventana no podía abrirse solo observar por ella.

Todo era tan extraño y aterrador. Yo no estaba loca , pero ellos sí lo estaban y tenía que cuidarme o terminaría incluso peor que el resto de los que estan aquí.

Sentí como la puerta crujía y era abierta una mujer no muy alta pero si mayor se adentró a la habitación.

—Buenos días joven Stevens—me saludaba dejando una bandeja encima de la mesita de la cama.

—¿no puedo salir de aquí?—le pregunté observabdo como sacaba unas pastillas de un pomo.

—si tal vez mañana pueda ir al patio y interactuar con los residentes primero debemos conocer su comportamiento. —lo decía como si fuera una asesina.

"Mi Pesadilla eres tu" The Mirror Where stories live. Discover now