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Normalmente, por las mañanas, siempre vienes a la oficina de Umemiya para saludarlo y verlo antes de que comience el día. Pero hoy no viniste. Empezó a preocuparse porque no te vio llegar, y nunca lo hizo. Él te envió un mensaje de texto primero, pero no obtuvo respuesta. Luego te llamó y finalmente contestaste.
"Hola princesa, ¿está todo bien?" ¿Por qué no estás en la escuela? »
« Mhh es sólo que... me ha estado doliendo el estómago toda la noche... No tengo ganas de venir...»
• Inmediatamente se preocupó y tomó su bolso nuevamente, saliendo inmediatamente de su oficina, cerrándolo antes de correr escaleras abajo.
«No te muevas, estaré ahí ¿vale?» »
• Consiguió algunos medicamentos y algunos de tus bocadillos favoritos, antes de dirigirse a tu casa. Entró solo porque tenía las llaves y se dirigió a tu habitación. Llamó suavemente y entró cuando tuvo su aprobación. Primero lo viste entrar en su cabeza, mirándote, antes de finalmente entrar y caminar hacia ti. Dejó las bolsas a un lado y se puso en cuclillas frente a ti. Puso una mano en tu frente/mejilla y la otra en tu estómago, acariciándolo suavemente con el pulgar.
Está bien ángel... estoy aquí... dime si necesitas algo...»
• Intentaste regañarlo por el riesgo de que él también se enfermara, pero no le importó en lo más mínimo. Estuvo de acuerdo en no besarte los labios, pero siguió besando tu frente, tu mejilla, tu sien, tu nariz, tu barbilla, tu mano, cualquier cosa que pudiera besar o apoyar su mejilla. Siguió acariciando tu cabello, solo mirándote.
• Su corazón estaba apretado, ya que odiaba ver a su novia así. Él solo quería lo mejor para ti y se sentía incómodo cuando estabas enferma.
• Durante todo el día administró tus medicinas, tu agua caliente para el estómago y tus snacks. También hizo tus tareas mientras dormías la siesta y limpió un poco la casa. Te preparó algunas comidas rápidas porque sabía que te durarían unos días y las metió todas en el congelador.
• Cuando te despertaste, él rápidamente volvió contigo.
«¿Qué quieres hacer bebé? »
Quería dejar de pensar en tu dolor y aceptó hacer lo que quisieras. Ver algo, jugar videojuegos, leer, ver una serie, cualquier cosa.
• También pasó una parte de su día hablándote sobre algunas de sus plantas, mostrándote fotografías y explicándote.
• Pasó la noche contigo, asegurándose de que pudieras dormir bien. Si te despertabas, él también se despertaría y te proporcionaría todo lo que necesitabas, antes de volver a ti, su cálida mano sobre tu estómago, frotándolo lentamente para consolarte y volver a dormirte.
• Los siguientes días de tu gripe, no pudo quedarse todo el día contigo debido a su posición en Bofuurin, pero cada vez que tenía un descanso, venía a ver cómo estabas. Pasar todas las noches contigo, hasta que te recuperaste.
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