Sarampión

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Amanecía pronto en el imperio occidental y los emperadores se encontraban durmiendo en la habitación matrimonial. La emperatriz Navier se despertó primero, lo cual era extraño ya que la emperatriz siempre se despertaba con el aroma de la comida que su esposo le preparaba.

- Heinrey... - Dijo la emperatriz dándose la vuelta tratando de despertar a su esposo.

- Heinrey, querido...

- Mmmmmm - Dijo Heinrey ocultando su cara en su almohada, quejándose porque quería dormir más.

- Heinrey ya es tarde.

- Un rato más Reina - Dijo Heinrey abrazando a Navier desde la cintura, Navier se acomodo para abrazar a Heinrey con una sonrisa, pero noto unas manchitas rojas en sus brazos.

- Heinrey esto... - Antes de terminar la frase, dos llantos se escucharon de la habitación de a lado.

- ¡Lari, Kai! - Navier a parto a Heinrey, lo que causó que este hiciera pucheros y fue corriendo a atender a sus hijitos.

- ya, ya mamá está...- En ese momento Navier noto puntos rojos en todo el cuerpo de kai quien lloraba sin parar. Navier cargo a Kai tratando de calmarlo, el movía sus brazitos queriendo deshacerse de la comezón que le generaba las marcas rojas. Al ser tan bebé no podía calmarsela el solo. - Tranquilo bebé, voy a llamar al médico. - Dijo Navier mientras recostaba a Kai sobe su pecho y trataba de calmarlo. Noto un pequeño movimiento debajo de las sábanas, junto con un llanto, debía de ser Lari.

- ay no...- Navier movió la manta y noto que su princesa también tenía todas esas marcas rojas por su cuerpo. Dejo a Kai un momento en la cuna, ya se había tranquilizado un poco, pero cuando Navier lo dejo en la cuna volvió a llorar. Navier cargo a Lari para tratar de calmar su llanto también, mientras acariciaba la mejilla de Kai para tratar de calmar el de el.

- Heinrey necesito ayuda. - Navier llamo a Heinrey.

- Mmm Reina no me siento bien. - La sorpresa de Navier fue gigante al ver a su esposo con todo el cuerpo cubierto de puntos rojos también.

...

El doctor real llegó pronto, las sospechas de Navier eran ciertas, tenían sarampión, le recetó a los bebés un jarabe para curar el sarampión y a Heinrey igual. Cuando se fue, Navier le dió el jarabe a los tres enfermos.

- Asegúrese de que los bebés tomen muchos liquidos para que pueda cesar el sarampión. - Dijo el doctor antes de irse.

- Reina vete si quieres, te podemos contagiar. - Dijo Heinrey con un rostro deprimido. Navier sonrió.

- A Sovieshu le dió sarampión cuando era niño y terminó por contagiarme a mi, no hay de que preocuparse. - Navier beso la mejilla de Heinrey.

Después de un rato Heinrey se durmió junto con Kai. Pero ahora el llanto de Lari no paraba en ningún momento. Navier estaba en la sala con sus damas, mientras intentaba calmar a Lari en sus brazos.

- Ya bebé, ya pronto te vas a curar. - Dijo Navier tratando de limpiar la carita mojada de Lari cubierta por las lágrimas. Era doloroso verla en ese estado tomando en cuenta de que era una bebé muy risueña y poco uraña con las personas. Cuando Laura intento cargarla, esta aún no paro de llorar.

Después de un rato Lari se calmo un poco, pero aún tenía una expresión triste en su carita. En ese momento una noticia llegó a Navier de parte de la Condesa Jubel.

- Su majestad, Dorsy está aquí y trajo a un bebé en brazos. - Debe ser Yong Yong, pensó Navier, Dorsy venía al castillo por una semana al mes para ver a Mckenna y que este pudiera estar con su hijo. A Lari le agradaba mucho el bebé dragón, tal vez eso podria calmar un poco su tristeza.

- Hazlo pasar. - Dijo Navier.

En cuanto Dorsy entro a la habitación con su forma de mujer dijo de inmediato la razón de su venida.

- Supe que los gemelos tenían sarampión, así que traje a Yong Yong para que se contagie. - Dijo Dorsy con seguridad.

Lari sonrió al ver Dorsy, ella era su tía favorita. Dorsy le hizo cosquillas en la barriguita a Lari, mientras Dorsy le devolvía la sonrisa.

Por lo común algunos prefieren que el sarampión llegue cuando aún son muy pequeños, ya que más adelante se puede complicar cuando el sarampión llega en la adultez.

Navier coloco a Lari en su cuna y Dorsy la siguió colocando a Yong Yong en la cuna.

- Es lo mejor, cuando crecen se complica más. - Dijo Dorsy viendo a su hijo adormilado, se acababa de despertar, tenia el cabello azul y desordenado, heredado de su padre. Y ojos amarillos como un limón, heredados de su madre.

Navier asintió y observo a ambos bebés.

Yong Yong se quedo quieto en la cuna, mientras que Lari gateo hasta el como si lo estuviera inspeccionando, en ese momento Yong Yong tomo el peluche de abeja favorito de Lari y lo agito con una sonrisa.

Lari frunció el ceño y trato de quitarle a Yong Yong la muñeca de abeja. Si bien ambos eran bebés, Lari era un poco más grande que Yong Yong por lo que se lo quito con facilidad, a todo esto Yong Yong comenzó a llorar.

Lari le puso su mano en la boca para que se callara, y por extraño que parezca funcionó. Lari le sonrió al bebé y Yong Yong le devolvió la sonrisa.

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One shots - La emperatriz divorciadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora