Ni un te quiero ni una disculpa

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Narra narrador

Inosuke corre tomado de la mano de Zenitsu para llevarlo con los kakushis y que lo curen. Así dejaría de llorar y sería feliz. O al menos eso pensaba el pelinegro de puntas azules.

El rubio por otro lado tenía la cabeza recorriendo pensamientos que no debería.

Kaigaku y Jigoro se habían quedado atrás viéndolos avanzar hasta que al poco tiempo empezaron a seguirlos de manera lenta.

Los kakushis llevaron a todos los sobrevivientes a la finca de la mariposa, dónde Aoi y las trillizas los atendían derramando lágrimas tristes por las noticias de quienes murieron y algunas alegres por quienes vivían.

Ese día paso muy rápido, todos estaban agotados y no pudieron hacer más que descansar y recuperarse de... Todo.

Suspiros, lágrimas y ronquidos se escucharon todo el día en aquella finca.

E Inosuke era uno de esos que dormía, en un futón en una esquina de la habitación repleta de heridos fuera de peligro.

Zenitsu estaba a su lado en silencio sentado y recostado de la pared, bastante pálido y con los ojos irritados y colocados en algun lugar del cuarto, mientras su mente cansada permanecía en blanco.

Y un Kaigaku fantasma le hacía compañía en silencio de pie al lado suyo, haciendo el inútil ademan de acariciarle el cabello.

Kaigaku suspiro, nunca pensó ver al enano tan triste, mucho menos imagino que eso también lo haría sentirse tan triste. Miro de nuevo la habitación, los otros cazadores que dormían rezaban o lloraban.

El maestro había salido para ver el estado de los demás cazadores y sus actuales cuidados, dejándolo a cargo de Zenitsu, aunque un poco sin sentido porque no había nada que hacer.

Entonces la puerta se abrió y todos los presentes voltearon a ver. Tanjiro Kamado entraba con una sonrisa y una bandeja de comida sostenida sobre su brazo bueno.

Tanjiro -. Ohaio mina! -. (Buenos días chicos) [O eso tengo entendido]

Saludo con tonito cantarín y alegre, pasando con paso lento adentro por su cuerpo adolorido.

Tanjiro -. Zenitsu! Traje algo de comer, podemos esperar juntos a que Inosuke despierte sin que te preocupes por tu ración -.

Hablo cada vez más bajito pero cómplice conforme se acercaba al rubio. Los otros cazadores los empezaron a ignorar menos Kaigaku que lo miraba con desconfianza mientras este se sentaba al lado de "su enano".

Zenitsu lo saludo con la mano y una pequeña sonrisa. Tanjiro tomo dos bolitas de arroz con carne (que le dió Kanao) y le dió una Zenitsu, que la comió muy lentamente.

Tanjiro -. *Suspiro* Estoy muy cansado y adolorido~ -.

Kaigaku -. ¿Y eso a quien putas le interesa exactamente? -.

Musitó con desdén y fastidio al pelirrojo. Las orejas orejas del rubio hicieron un pequeño movimiento y este empezo a buscar con la mirada algo o alguien, confundiendo a Tanjiro.

Zenitsu -... Eh... Si... Yo también lo estoy *suspiro* solo quiero dormir -.

Tanjiro -. ¿No puedes hacerlo? -.

Zenitsu -. No... -.

Tanjiro se fijó un poco más en él, pero además de su aroma y expresión triste no podía ver nada más fuera de lugar con su amigo.

Tanjiro -. ¿Zenitsu estás bien? Tú aroma volvió a cambiar -.

Zenitsu -. ¿Um? ¿A qué te refieres Tanjiro? -.

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