Todo está bien ahora, pero no para mi

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Narra narrador

La tarde había pasado relativamente tranquila después de la llegada de Tanjiro, hablo con él un largo rato esperando que Inosuke despertara, lo cual no pasó, estaba muy herido y cansado.

Además cuando cayó la noche Tanjiro no tardó en acompañar a Inosuke en un sueño profundo, dejando al rubio en silencio en medio de ambos durmientes.

Zenitsu soltó un suspiro llevando una mano a su cara con frustración.

Estaba tan cansado, se sentía tan mal y aún así no podría dormir ni aunque lo intentara.

Su ojos pesaban como si fueran pesas para hacer músculo, estaba tan agotado.

Soltó un suspiro y empezó a acomodar a Tanjiro en el futón para que descansará tranquilo y luego se levantó con mucho cuidado de no hacer ruido perceptible si quiera para sus sensibles oídos.

Y con ese mismo cuidado salió de la habitación, sin saber que la mirada de Kaigaku lo seguía de manera inquisitiva.

El pelinegro fantasma soltó un suspiro y empezó a seguir al rubio con una expresión aburrida. Esperaba encontrarse al maestro o algo interesante que ver.

Zenitsu no hizo nada interesante a ojos del pelinegro. Solo salió al patio y se sentó en la tierra en silencio mental.

Kaigaku —. Ah... Esto es un fastidio ¿Por qué sigo aquí? —.

Hablo molesto junto al otro. Pero de repente Zenitsu alzó bruscamente su cabeza a su dirección con los ojos bien abiertos, luego volteando hacia todas las direcciones buscando algo. Parpadeo confundido tratando de ver qué es lo que buscaba.

Zenitsu —. Kaigaku... —. El escuchar su nombre lo dejo completamente frío, viendo con sorpresa al menor —. Que bien, ahora también alucino con su voz esto ya no puede ser mejor —.

Se llevó una mano a la cara para agarrase el tabique de la nariz y soltar un suspiro frustrado.

Kaigaku estaba simplemente de piedra. Jamás en su vida le había creído a Zenitsu cuando hablaba de su buen oído ¡Pero jura que nunca lo escucho decir que podía oír a los espectros!

Zenitsu —. Que asco todo... Que ganas de morir... —.

Ahora que no estaba con sus amigos en un cuarto lleno de personas heridas esperanzadas de volver a casa Zenitsu no se obliga a dejar sus pensamientos en su cabeza.

Llevo sus manos a la cabeza para cubrirse su rostro con frustración.

Zenitsu —. Maldita sea Inosuke porque no me dejaste morir ahí. Por qué tenía que salir vivo de ahí —.

Sus lágrimas empezaron a salir, con los sentimientos completamente cegados por el dolor la frustración y la culpa.

Kaigaku estaba empezando a entrar en pánico, viendo hacia todos lados sin saber 'Ay mierda ¿Qué hago?'

Estaba perdido. No solo por la situación actual sino también por sus propios sentimientos ¡Estaba teniendo una crisis existencial en el peor momento posible!

Kaigaku —. Que poronga de suerte la mía *suspiro* Además de que no se que hacer con este, ahora tengo que lidiar con que ahora me preocupe ¿Es acaso una broma del mar allá hacer que el mocoso me importe ¡Después de muerto!? —.

Le temblaba un ojo por la frustración y enojo acumulado; pero es que de verdad, en su vida le había importado menos el rubio, o lo que hiciera, o lo que le pasará si quiera, y ahora resulta que está preocupado por qué el mocoso está en depresión muy seguramente por su culpa.

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⏰ Última actualización: Jun 27 ⏰

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