La noche era fría y una tormenta caía fuera, lo cual solo aumentaba la ansiedad que era perteneciente en aquel hogar en Países Bajos, donde una madre no encontraba que hacer al respecto con sus dos hijos.
-No lo entiendes, si el nos encuentra no se que sea capaz de hacer, por eso huí pero nos está encontrando, tienes que llevártelo.
-No puedo hacer eso, es tu hijo no puedes separarte.
-Tengo que hacerlo, por todo el amor que tienes hacia mi y todo el que algún día me tendrás, llévate a Sergio. Tan lejos como puedes no mires atrás, olvídame. Fui solo un fantasma para ti.
-Huye conmigo de nuevo. Podemos solucionarlo.
-No, no podemos si estoy solo con Max será mas fácil para todos. Ahora vete, llévatelo y júrame que jamás me buscarás. Por más que te ame o me ames, nunca volveremos a vernos.
-Lo juro.
Marilú empacó todas las cosas de Sergio y huyó con el a México donde se dedicaría a criarlo y ocultarle a él pequeño que ella no era su verdadera madre, finalmente, los dos estaban en muy largas distancias y ninguno recordaría nada eran muy pequeños para saberlo.
Del otro lado del mundo, el tiempo fue pasando Max comenzó a crecer y destacarse en todos los ámbitos que pudiera desarrollar, era inteligente más que cualquiera que conociera, tenía un don excepcional que era lo que decía su madre.
Un día cualquiera que se encontraba llegando de sus clases, no quería hacer ruido para no molestar a su madre, a pasos silenciosos subía a su habitación cuando escuchó a su madre hablar por teléfono.
-¿Por qué haces esto? Quedamos en que jamás me buscarías.
-Ha pasado demasiado tiempo Sophie, tal vez sea tiempo que lo sepan.
-No, jamás. Por algo se decidió, ese hombre podrá estar lejos pero jamás deben saber la verdad.
-¿Tan fácilmente te has olvidado de él? ¿De mi? Fui una tonta al creerte tus promesas falsas.
-No, no lo olvido siempre forma parte de mi y me duele, pero el ni siquiera me conoce, no sabe que existo y mientras siga de esa manera el mundo puede seguir.
-Está era la última oportunidad, el día que te arrepientas no me busques, no me hables para ti estoy muerta.
El siguiente sonido solo fue el de la llamada cortarse, Sophie se había derrumbado frente a su cama, sabía que había cometido un error enorme en su vida pero ya era muy tarde para remediarlo o arrepentirse y su último error fue no asegurarse que había alguien escuchando.
Un joven Max había escuchado toda la conversación y en su mente trataba de conectar los puntos, a pesar de su corta edad siempre había sentido que algo le faltaba, que algo en el se sentía vacío pero jamás sabía que era, tal vez esa era la respuesta, todo lo que había oído hablar a su madre, pero ahora la interrogativa era a quien se refiera, de quien hablaba.
Y tal vez solo tal vez, su respuesta estaba en el ático que su madre siempre tenía con llave.
Los siguientes días los había planeado en base a robar la llave de ese candado sin que su madre logrará verlo, por lo cual fingió estar enfermo y una vez que su madre salió al trabajo, se dispuso a ir al ático y buscar en todas las cajas que había hasta que encontró aquella caja donde habían fotos y juguetes, una en particular que llamó su atención.
"Sergio y Max, 1/11".
"Sergio dando sus primeros pasos"Estas eran algunas de las descripciones que tenían las fotos, siguió buscando como loco hasta que encontró una acta de nacimiento, "Sergio Verstappen".
Max quedó paralizado ante aquello, tenía un hermano y se lo habían negado todo este tiempo.Ahora que el sabía todo esto, haría todo lo que fuera necesario para recuperarlo y tenerlo a su lado. No pararía hasta tenerlo a su lado, porque era su hermano, solo de él. Nadie más tenía porque tenerlo.
En Max surgió un sentimiento de posesión, en donde solo pensar en la idea que alguien más pudiera tenerlo le daba asco. Así que se pondría en marcha en descubrir cómo podía recuperarlo.
Lejano a todo ello, en México se encontraba Sergio, un adolescente que estaba a punto de terminar la preparatoria, destacado por su amor en los deportes, competía en cualquier actividad siempre logrando ser el ganador, tenía un lugar asegurado en cualquier universidad que el quisiera, tenía a todos los decanos a sus pies, el podía solo mover un dedo y cualquier universidad le bajaría el cielo si es necesario para que los escogieran.
-¿Ya sabe que universidad escogerás cielo? El tiempo se agota.
-Aun estoy en ello, pero creo que tal vez Estados Unidos sea la mejor opción. No estaría tan lejos de ti.
-Oh mi amor, no te preocupes yo estaré bien, es hora que abras tu camino y emprendas tu camino, siempre estaré aquí para ti.
Sergio se sentía presionado a pesar de tener millones de oportunidades quería elegir bien, tenía demasiado popularidad, misma que lo llevo a tener relevancia en pequeñas páginas donde comentaban como las universidades peleaban por el.
El bendito internet, donde no importaba en que lado del mundo estuvieras, siempre podías enterarte de todo y saber donde se encontraban los demás y eso un rubio lo sabía mejor que nadie.
Así que por meses estuvo al pendiente de su vida viendo sus redes sociales, al pendiente de sus historias en una cuenta falsa, a veces le desesperaba que pudiera ser tan descuidado y dejar que todos vieran lo que hacía en su día a día, pero lo que lo hacía enloquecer un poco era cuando subía esas fotos en el gimnasio o en sus entrenamientos, dejando ver parte de su piel, esa piel que lo hacía cuestionarse mucho el cómo se sentía al respecto de ver a como el lo apodaba su pequeño hermanito.
Había cumplido 19 años hace unos días y se encargó de documentar su cumpleaños en sus historias, Max veía como a su hermanito los demás lo abrazaban o tocaban y lo hacía hervir, ese día se sentía frustrado de no poder tenerlo cerca para poder alejar a todas esas personas.
Pero esa no fue la única ocasión que pensó en el, aquello noche en donde se sentía necesitado, comenzó poco a poco a tocarse cuando en su mente aparecía aquella imagen de su hermano se dejaba ver sin camisa, sudoroso y con el cabello revuelto y dejó su mente en libertad, imaginándose a un Sergio saltando sobre el incontables veces gritando su nombre, tomándolo por la cintura y haciendo que lo montara una y otra vez mientras le murmuraba que lo amaba y lo había buscado toda su vida.
Y Max aferrándose a sus caderas, dejando marcas por todo su cuerpo que fueran visibles para que los demás se dieran cuenta que lo tenía el, cuando menos lo pensó, estaba a punto de llegar al orgasmo, sentía como su espalda estas arqueándose y soltaba pequeños gemidos y el nombre de Sergio solo para el.
Porque era muy envidioso como para siquiera compartirlo con la soledad de la habitación cuando llegó a su liberación su mano y parte de su estómago quedó cubierta de su semen, pasó su mano sobre la zona manchada y hacía ademanes en el mismo imaginando que ese pudiera ser el de alguien más, de la persona que el estaba dispuesta a encontrar.
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De una vez aviso que será bien cuestionableeee porque voy a dejar a salir todas las ideas que tengo reprimidas y retorcidas. La escribiré de poco a poco porque tengo muchas tareas que terminar, pero aquí va la primera parte 🙂↔️
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Dear little brother
FanfictionMax siempre se preguntaba porque sentía que algo le faltaba en su vida como si algo le había sido rebatado de su lado, cuando al fin encontró que era jamás volvería a perderlo, así tuviera que pasar por encima de muchos y de lo que se creía correcto...