Capitulo 13

70 11 1
                                    

Jungkook tenía razón cuando dijo que era cuestión de tiempo que el presidente Park se enterará de que la hija de Jeon seguía con vida.

Aquellas imágenes no tardaron en llegar a sus manos, si bien no había sido el mismo Seokjin quien se las envío, era culpable.

Sabía que trabajaba para él, nada de lo que tenga en su computador era un secreto, ya nada era confidencial y lo mínimo que tenga en algo portátil llegaría a las manos del mismo Park Heesoon.

Cuando tuvo las imágenes de Yeobin y Namjoon en mano éstas fueron arrugadas de inmediato.

—¿No ibas a decirme que escapó? —suelta con una voz fría y dura.

—No tuve el valor, creí que no sobreviviría después de todo lo que le hice —dice Han-seok— dí todo por terminado cuando traje a Jeon en frente de usted.

—Mi orden fue clara. Jamás te permití que te diviertas, tenías un solo trabajo, ¡UN SOLO TRABAJO!

Han-seok se encontraba haciendo una reverencia a cuál Dios y completamente a merced de su mayor quien tenía a dos hombres a sus costados.

—No tengo excusas señor, he fallado —dice ya resignado.

—Claro que has fallado, claro que lo hiciste...

Comienza a caminar en círculos en su oficina mientras piensa en qué hacer.

—Encarguense de él, que aprenda lo que le ocurre a todo aquel que me falla.

Su orden fue simple y clara.

Se retiró sin mirar atrás, condenando a aquel joven que había protegido más que a su hijo por tantos años a una dura tortura sin tener la mínima piedad por quien le había sido tan leal a pesar de aquel importante error.

También estaba preocupado por algo más.

Park Bogum volvía a Corea y lo había invitado a una fiesta extraña la cual no podía rechazar.

Era por la noche, a penas tenía tiempo de saber de que trataba todo ese show.

Pero una cosa tenía clara: debía asistir.

Bogum era el mejor especialista en cirujía de transplantes con quien tenía una historia demasiado cruda desde hace exactamente 6 años.

¿Que demonios quería? ¿Por qué volvía a Corea?

Caminó por su gigantesca mansión durante varios minutos hasta llegar a una parte que daba a un espacioso jardín.

Corrió la puerta de vidrio y caminó a pasos lentos pero pesados, su mente estaba ida.

Lo que había en aquella mansión nadie lo sabía. Nadie tenía acceso a siquiera fotografiar de cerca la ciudadela que tenía por casa el presidente. Mucho menos sobrevolar ésta.

En una parte alejada a la mansión y al hermoso jardín había un pequeño cementerio familiar con algunas tumbas.

En frente al lugar había una banca y una persona sentada allí que mantenía su cabeza hacia el suelo.

Park se sentó a su lado y suspiró pesadamente.

—¿Puedes creer que después de seis años encontré a Jeon Yeobin?

El señor Park prendió un puro y expulsó el humo en el rostro de la persona quien ni siquiera se inmutó.

—Juro que nadie va a joderme, me gané esta vida. Me merezco todo esto y también volver a ganar las próximas elecciones.

El presidente giro a observar a la persona a su lado, aquello le provocaba mucho asco pero satisfacción a la vez.

Era un simple muñeco inservible, no tenía dedos, no podía ver, no podía hablar ni tenía gusto y olfato.

PSYCHO [Historia Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora