—Mash...
Mash se quedó esperando. Sentía una mezcla de emociones, entre la tristeza y la rabia. El deseaba tener de vuelta al Rayne que conoció, solo...le gustaría volver a verlo.
—Afortunadamente el hechizo que le lanzaron a Rayne no es permanente, Tal vez mañana o en algunos días vuelva a la normalidad.
Mash no sabía qué decir. Se quedó parado frente a Finn, sin saber qué hacer. De pronto, sintió que alguien le tiraba de su camisa. Se dio la vuelta y vio que Rayne estaba llorando. No sabía qué hacer para consolarlo.
Se arrodilló frente a él y lo abrazó. Lo consoló mientras lloraba. Vio como se calmaba un poco, pero seguía llorando. Lo acariciaba suavemente y le daba pequeños besos en la frente. Al final, Rayne se quedó dormido en sus brazos.
Cargó a Rayne y lo acostó en la cama de nuevo, lo cubrió con una manta. Luego se sentó a su lado y se quedó observándolo. Era difícil creer que ese bebé era su amigo. Sin embargo, Estaba decidido a cuidarlo y protegerlo. Hasta que volviera a la normalidad.
Se quedó toda la noche despierto caminando de un lado a otro en su dormitorio, vigilando a Rayne. No quería que nada malo le pasara. Al día siguiente, se dio cuenta de que Rayne todavía seguía dormido. Lo acarició con suavidad y lo despertó.
El bebé abrió los ojos y vio a Mash. Su rostro se iluminó con una sonrisa. Estaba feliz de verlo.
Mash lo acariciaba con suavidad y le daba besos en la frente. Rayne estaba tan tranquilo y seguro con el. Sentía que todo iba a estar bien mientras estuviera con Mash.
Por otro lado, Mash estaba feliz de poder consolarlo. Recuerda que su amigo siempre había sido un poco frío y reservado antes, pero ahora se sentía muy cerca de él. Quería hacerlo sentir mejor, Entonces, se le ocurrió una idea.
Mash se levantó de la cama y salió de la habitación. Volvió poco después con un peluche de conejo en sus manos.
—Mira, pequeño...es para ti.
El bebé se emocionó al ver el peluche de conejo. Lo abrazó con fuerza y empezó a jugar con él. Se sentía más tranquilo y feliz. Ahora tenía algo que le hacía sentir seguro y protegido.
Mash se sentó a su lado y lo vio jugar con el peluche. Estaba muy orgulloso de él y de lo fuerte que era. Sabía que Rayne podría superar cualquier obstáculo que se le presentara, incluso si era un bebé. El sabía que su amigo seguía ahí.
No podía evitar sonreír un poco al ver lo feliz que estaba Rayne con su peluche de conejo. Sentía que era una escena muy tierna y no podía dejar de mirarlo.
Estaba pensando en cómo podría ayudar a Rayne a adaptarse a su nueva vida temporal como un bebé. Se le ocurrió una idea y se levantó para buscar algo en su habitación.
Busco por toda la habitación, hasta en las cosas de su compañero Finn, Luego volvió con un libro de cuentos infantiles en sus manos. Se sentó en la cama y le mostró el libro a Rayne queriendo que su amigo supiera lo que quería hacer y lo dejara leerle un cuento.
Rayne miro en silencio el libro para luego acurrucarse en su regazo. Mash abrió el libro y empezó a leerle un cuento sobre un conejo que se había perdido en el bosque y había encontrado a un pequeño zorro que lo había ayudado a volver a casa.
Mientras Mash leía, el pequeño se quedó dormido. Su respiración era tranquila y suave, y parecía estar muy cómodo. Mash lo acariciaba con suavidad mientras dormía, sin dejar de leer el cuento.
El seguía leyendo el cuento incluso después de que el bebé se durmiera. Estaba muy concentrado en su lectura y en la historia que estaba contando. No deseaba que el cuento terminara porque era muy bonito.
Al final terminó de leer el cuento y cerró el libro. Dejó el libro a un lado y se recostó en la cama, mirando a Rayne que estaba dormido. Estaba tan tranquilo y sereno que Mash no podía dejar de mirarlo.
Se acurrucó al lado de el y lo acarició suavemente. El pelo de Rayne era muy suave y Mash sentía que se estaba relajando con su contacto. Era muy agradable estar cerca de él.
Mash se quedó dormido mientras acariciaba a Rayne. Estaba tan cansado que no pudo resistir el sueño. Mientras dormía, Rayne se acurrucó aún más cerca de él y se abrazó a su cuerpo.
Por la mañana fue el primero en despertar, vio que el pequeño todavía estaba abrazado a él. No quería moverse para no despertarlo, así que se quedó en la cama esperando a que Rayne se despertara. Pero. Volvió a quedarse dormido.
Después de un largo rato, Rayne finalmente se despertó y se sentó en la cama. Tenía los ojos cerrados y parecía un poco confundido. Cuando se dio cuenta de que estaba en la habitación de Mash, se quedó en silencio y volteó a verlo. Mash seguía durmiendo.
Se levantó de la cama y se acercó a Mash. Lo miró por un momento, se sentó en el borde de la cama y tocó suavemente su mejilla. Su piel era suave y caliente. Rayne no podía evitar sentirse atraído por su amigo.
Se recostó al lado de Mash y lo abrazó por detrás. Se sentía muy cómodo y seguro en sus brazos. No quería que ese momento terminara. Quería estar un rato más con el.
El más joven se despertó al sentir el contacto de Rayne. Se dio vuelta para verlo y se dio cuenta de que el había vuelto a la normalidad y estaban demasiado juntos. Sus rostros estaban muy cerca el uno del otro y sus miradas se cruzaron.
Sintió una fuerte atracción por Rayne. Su corazón latía muy rápido y sus manos sudaban. No podía dejar de mirar sus ojos, que eran tan hermosos. Sentía que Rayne también estaba sintiendo lo mismo que él, porque no se separaba de su mirada.
Rayne se acercó un poco más a Mash y sus labios casi se tocaban. El ambiente se volvió muy romántico y Mash estaba a punto de dar el siguiente paso. Pero de repente, alguien llamó a la puerta.
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Cuidando Al Visionario Divino
FanfictionHay personas mágicas, te lo juro. Las he visto. Se encuentran escondidas por los rincones del planeta. Disfrazadas de normales. Disimular es su especialidad. Procurando comportarse como los demás. Por eso, a veces, es tan difícil encontrarlas, pero...