Me encontraba corriendo en el mismo bosque, huyendo de esas criaturas que me perseguían con ahínco.
El miedo se había apoderado de mi, estaba agitada y agotada, me perseguían entre los árboles, esparcidos por todo el denso bosque.
Mis piernas se debilitaron y fallaron haciéndome caer. Mis rodillas y las palmas de mis manos quedaron rasguñadas debido a la caída.
Me dí vuelta en el lugar, sentada sobre mis rodillas mientras esos monstruos me rodeaban completamente, acercándose poco a poco.
Divertidas ante mi miedo, reían maliciosamente.
En ese momento cerré con fuerza mis ojos y pronuncié su nombre en espera de ayuda.
— Steban. — susurré con lágrimas en los ojos.
Entreabrí uno de ellos inocentemente pero no había rastro de nadie más que no fuera ese monstruo acercándose a mi rápidamente, dispuesto a devorarme.
Por impulso los cerré con mucha más fuerza, esperaba mi final. Pero no fue así. Cuando me decidí a abrirlos él estaba ahí, frente a mi, protegiéndome.
En su manos sostenía el corazón de esa criatura horrible. Al momento de aparecer todas estas retrocedieron con temor.
Me miró con el rabillo del ojo seriamente y luego observó a las criaturas. Con cautela los estudió hasta que finalmente se lanzaron sobre nosotros para atacar.
Eran demasiados, no podría defenderse cómodamente si yo estaba en medio. No sé porque presentía que no lucharía, simplemente lo sabía.
En un rápido movimiento me sujetó sobre sus brazos y corrió a una velocidad sobrenatural. Este hombre no era humano pero tampoco era una de esas criaturas.
¿Por qué me salvó? No lo sé, sólo sé que él no permitiría que nada ni nadie me lastime.El dolor de cabeza que sentía fue disminuyendo poco a poco, entreabrí los ojos lentamente para terminar abriéndolos como platos.
Sentía su respiración en mi rostro, sus carnosos labios se encontraban sobre los míos y nuestras lenguas se tocaban en un simple roce. Una de sus manos sujetaba mi mejilla con suavidad mientras permanecía sentada sobre sus piernas, recostada a su fuerte pecho, entre sus musculosos brazos.
Mi cara estaba ardiendo y mi corazón acelerado quería salirse de mi pecho.
Abrió sus ojos lentamente y nuestras miradas se conectaron al instante para luego separar sus labios de los míos.
Mi profesor sustituto, yo lo llamaba a él en mi sueño, él era quien me protegía. Pero, ¿por qué, qué tengo yo que ver con él y esas criaturas.
— ¿Te sientes mejor? — inquirió su aguda y fuerte voz, muy masculina.
— S–sí. ¿Dónde estoy?
— Estás a salvo. No despertabas y el tónico se desbordaba de tu boca, así que tuve que dártelo yo mismo. — explicó sacándome de mi asombro.
Me depositó con cuidado sobre el colchón. La habitación era grande y espaciosa y las almohadas de la enorme cama eran tan suaves como plumas.
Sentí el colchón hundirse cuando dejó caer su enorme cuerpo sobre el borde de la cama. No me había percatado de lo bien que se veía. Sus grandes y fuertes brazos se marcaban por encima de la camiseta negra de mangas largas que llevaba y sus muslos y piernas podían notarse por encima de sus pantalones.
— Supongo que te debo una explicación sobre todo lo que está pasando, Ashley.
— ¿Có–cómo sabes mi nombre? — inquirí algo exaltada.
— Nos conocemos mejor de lo que crees.
— ¿Qué eres tú? ¿Y por qué me atacó ese chico en el parque?
— Primero que nada, tienes que saber que la vida normal que vivías se acabó.
Algo dentro de mi se rompió cuando pronunció esas palabras, en el fondo de mi corazón sabía que esto no duraría mucho.
— Esa noche en el bosque cuando te salvé de los vampiros tuve que dejarte ir. Marissa y Max te cuidaron muy bien estos últimos dos años. — informó. — Borré tus recuerdos para mantenerte a salvo hasta saber el por qué esos vampiros te persiguieron esa noche en que alcanzaste la mayoría de edad.
— ¿Vampiros? ¿Acaso tú también eres uno? — asustada, retrocedí.
Sentí que mi cabeza explotaría. Se supone que los vampiros no existen y ahora estoy siendo perseguida por ellos.
— Su raza es diferente, no tienen control sobre sus actos y solo desean matar. La sed de sangre es más fuerte que su cuerpo y su mente.
— ¿Y por qué yo? ¿Qué tengo yo que ver con todo esto? — las lágrimas se deslizaron por mis mejillas. — ¿Contigo?
— Marissa y Max no son tus verdaderos padres, Ashley. Solo te dejé a su disposición porque necesitaba que estuvieras a salvo. — confirmó. — La familia Morgan es la más poderosa de todos los vampiros, cuando una raza baja tiene una cría es asignado a uno de nosotros para convertirse en nuestro banco de sangre.
Entonces, yo solo soy el alimento de este monstruo, y las personas con las que llevo conviviendo hace dos años ni siquiera son mis padres.
No podía creer lo que escuchaban mis oídos, acaso mi vida no puede ser más miserable.
— Aunque no solo son una bolsa de sangre. Nosotros los vampiros somos protectores y damos una vida feliz y placentera a nuestras pequeñas, no somos monstruos.
Se expresó como si hubiese leído mi mente.
— Pero tú no eres cualquiera, no eres hija de vampiros, tu padre era humano y tú madre vampiro.
— ¿¡Qué?!
— Por esa razón te persiguen, tu sangre no es como la de cualquier vampiro — hizo una pausa breve — es aún más poderosa que la de todos nosotros. Cuando llegaste a la mayoría de edad tu sangre se hizo más fuerte y permitió que ellos la presintieran. Así como es de poderosa también es peligrosa.
— ¿Por qué?
— Porque si una sola gota de tu preciada sangre cae en manos equivocadas será el fin de la humanidad y de los vampiros. — concluyó.
— Entonces, s–soy un monstruo. Por mi culpa las personas que amo pueden morir. — rompí en llanto.
Sujetó mis mejillas con suavidad y secó mis lágrimas.
— No eres un monstruo, tu sangre no solo puede destruirnos, también puede salvarnos.
—¿Salvarlos?
La confusión inundó mi mente.
— Últimamente los ataques por los DarkBlood han sido frecuentes y destructivos. Así como tú sangre puede hacerlos invencibles, también puede destruirlos. — concluyó. — Creo que han sido muchas emociones por un día, toma un baño y descansa.
Me tomé un tiempo para procesar todo esto, no puedo escapar de mi realidad pero si puedo deshacerme de esos monstruos, lo haré sin importar el precio.
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Vampire Blood
VampireCuando la joven universitaria de primer año, Ashley Taylor, se tropieza con su nuevo profesor sustituto comenzará a recordar pequeños escenarios de ese fatídico día en el que perdió la memoria. O mejor dicho, del día en el que él la obligó a olvida...