Capítulo 24: Dreams...

440 67 13
                                    

—No debiste hacer eso...—me dijo Dante preocupado sin poder dejar de verlo aterrada—. Y antes de que sigas con esa expresión, no pensaba decírtelo porque sé que no estarías de acuerdo...—soltó abriendo la puerta de su habitación, seguro para irse.

—Pero sería egoísta no hacerlo— solté sin pensar llamando tu total atención—. Después de todo es nuestra última esperanza, casi es nuestra obligación...

—No Grace, no lo es...—soltó llamándome por mi nombre de ángel, lo cual en otra ocasión sería extraño, pero ahora no, por lo que se lo dejé pasar—. Tienes derecho a elegir lo que quieras, además, jamás te obligaría a estar conmigo sino sientes nada por mí...—dijo esto último un poco desanimado.

—No tengo derecho a elegir, si lo hago corrijo mi error, sino la tierra como la conocemos acaba, lo siento pero no hay opción...—dije aun con miedo, queriéndome creer mis propias palabras.

—Aun así no estaría contigo si es por obligación Kate—soltó mostrándome la puerta al parecer para que me vaya, pero en su lugar la cerré con fuerza.

— No intentes tratarme como a una niña y sacarme de aquí—le reclamé con las manos en la cintura antes de suspirar—. Y sí, siento algo por ti, aunque no llegue a ser amor, sería imposible no sentirlo...—dije haciéndolo sonreír—. Además, aquella frase no dice nada sobre amor...—solté desanimándolo de nuevo—... puede que no sea lo que quieres, pero no tenemos opción.... Aunque siento que tengas que hacer esto, después de todo es mi error.

— ¿Estás segura de ello? —preguntó ignorando lo último que dije pero igual asentí, antes de él sonreírme—. Es tu decisión— soltó antes de besarme y esta vez seguirle el beso.

Lo hacía despacio como si me podría romper en cualquier momento, por lo que lo tomé por la nuca para intensificar el beso, puede que no sea por amor, pero eso no le quitaba que podría ser bueno. Sus manos no se alejaban de mi cintura con algo de timidez, aunque había que tener en cuenta que él nunca había hecho esto, por lo que le sonreí antes de separarme lentamente de él.

Contrario a lo que seguro creía, lo tomé de la mano, guiándolo hasta la cama, y sentarnos en ella antes de volverlo a besar. Sus movimientos seguían siendo lentos y suaves, por lo que volví a acercarlo a mí para profundizar el beso. Esta vez seguí más lejos, ya que sabía que él no lo haría, quité mi blusa sin miedo, sin dejar de besarlo, para luego quitar su camiseta negra.

Casi me hacía pensar que haber sido un ángel, es a lo que le debía tener un cuerpo trabajado, el cual sin vergüenza comencé a tocar antes de todo volverse extrañamente blanco.

Estaba rodeada por una extraña luz la cual no me permitía ver nada, por lo que me limité a escuchar...

— ¿Estás segura de querer hacerlo? —Preguntó una de las voces antes de tomar forma humana, dejándome ver que era Uriel quien me hablaba—. Podemos mandar a cualquier otro...

— No dejaré que a otro tal responsabilidad— le respondió una voz que creo que yo—. Si alguien tiene que hacerlo, seré yo, nadie más...

—No podemos dejar que uno de los nuestros se arriesgue tanto— soltó otra voz tomando también forma humana—. Menos nuestra líder...

—Como su líder, es que le digo que deben respetar mi decisión—les dije con más autoridad, haciendo que cuatros arcángeles restantes tomaran también forma humana.

— ¿Qué le dirás a los ángeles que tienes bajo tu tutela? —preguntó Uriel esta vez seguro refiriéndose a Dante, Danielle y Carter.

—Les diré parte de la verdad— respondió mi voz sin entenderme—, que iré a experimentar las emociones humanas, no necesitan saber más... después de todo si alguien debe correr el riesgo de ser humano para cumplir con lo predicho, seré yo— solté antes de verme por detrás a una chica con largo cabello negó y todo desaparecer.

Abrí los ojos encontrándome con Dante preocupado seguro por haberme quedado tanto tiempo sin hacer nada...

— ¿Todo bien? —preguntó preocupado por lo que le sonreí antes de asentir—. Si quieres podemos...

— Estoy segura de esto Dante—le interrumpí antes de besarlo, esta vez sin culpa ni remordimientos, después de todo, yo elegí esto hace tiempo, y tenía que cumplir con mi palabra aunque no recuerde haberlas dicho...

*************

Me había quedado recostada en su pecho sin decir nada, solo disfrutando del silencio en su compañía. Y por supuesto después de todo, tampoco se aventuró a decir algo, aunque luego de lo que parecieron años, se atrevió a hablar...

— ¿Qué que...ya sabes... sea suficiente? —preguntó con vergüenza, haciéndome reír, un ángel avergonzado no era algo que se veía mucho, aunque ya no lo sea.

— No lo sé Dan— respondí llamándolo sin darme cuenta por un apodo con cariño haciéndolo sonreír—. Aunque si no tienes inconveniente podemos seguir intentándolo...—solté haciéndolo ponerse serio, por lo que reí—. Nunca creí que te podrías así por eso, es solo sexo Dante...

— Es solo que todo nuevo para mí— dijo sonriendo antes de darme un corto beso, antes de volver a recostarme en su regazo.

— Lo sé, podemos parar si quieres— repetí sus palabras haciéndolo reír antes de que me abrazara e inevitablemente hacerme sonreír. No sé qué estaba haciendo que no lo noté antes, pero al final si me enamoré del hombre equivocado cuando el correcto siempre estuvo delante mis ojos.

— Aun tenemos un mundo por salvar— soltó riéndose.

— Y yo creí que era por mí— bromeé haciendo que se riera de nuevo antes de acodarme bien para dormirme aunque sea por unos minutos—. Me levantas para comer...—le dije antes de cerrar mis ojos y caer en un profundo sueño......

Nuevamente un resplandor, seguro de sol, me hizo despertarme, aunque aún no abría los ojos por pereza. Aun así comencé a tentar la cama, sin encontrar a Dante en ella, por lo que abrí los ojos de golpe haciendo que casi me diera un paro cardiaco ahí mismo.

Ya no estaba en la casa abandonada en donde estaba escondida, sino en mi antigua habitación del manicomio, totalmente sola, lo cual hizo que me alertara con miedo y gritara.... Como seguro fue de esperarse no tardaron en entrar varias enfermeras junto con dos guardias, seguro por si acaso antes de ellas ir a revisarme.

— ¿Qué ocurre Katleyn? —preguntó la enfermera la cual se había encargado antes de mí.

— ¿Qué hago aquí? —Pregunté aterrada—. No debería estar aquí, ¿Dónde está Dante?, ¿Quién me trajo aquí? —solté de golpe mientras ella me miraba extrañada.

— ¿Dante?, no conozco a nadie con ese nombre— soltó ella aterrándome más.

—El Doctor Evans— dije para ser más precisa, pero ella negó sin entenderme—. El que reemplazó al doctor Jomes...

—El doctor Jomes está en su oficina, de hecho lo mejor es que vaya a verlo, nunca antes habías hecho una crisis así antes— soltó ella dirigiéndose como si nada, seguro al darse cuenta que no era una amenaza.

— Por favor, antes de que se vayan— le dije llamando su atención—. ¿He salido en algún momento de aquí? —pregunté aterrada de su respuesta.

—No, ha estado aquí todo el tiempo— respondió haciéndome palidecer—. No se preocupes señorita, sea lo que sea que creyó vivir, seguro solo fue un mal sueño—soltó antes de irse, sin poder creer y entender nada...

------------------------------------------------------------

Nota de autora: Graciasss chicas por leer esta novela, y los 6k leídos que no creí que tendría en este nuevo proyecto, espero sigan leyendo y les siga gustando.

SCHIZOPHRENIA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora