CAPITULO I

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Si las palabras superaran los hechos, seriamos todos mojigatos disfrazados de seres perfectos.

Lo consumible es inevitable y lo incorrecto se vuelve correcto con lo irracional; eso me decía mil veces en mi inhóspita mente mientras recorría apaciblemente el camino hasta la casa.

El monte denso me atravesaba las botas y el viento mis huesos; más mi mente aún estaba en aquel corral, en aquel momento, en aquellos bufidos acompañados de gruñidos, en aquellos murmullos trémulos y en aquellos seres bestiales parados en dos patas.

No sé si fue el viento del crepúsculo o las gotas de lluvia que descendían por mi rosto, pero un estremecimiento feroz recorrió mi cara hasta mis manos, aquellas que estaban inquietas por un sentimiento albergado y originado en aquel corral.

Unos ladridos se dejaron oír, indicándome que efectivamente los animales eran muy diferentes a nosotros. Las ropas tendidas se mecían con ímpetu, y a unos metros de ella se dejaba ver una moderada casa de madera rodeada por el monte y algunos árboles que se mecían con el viento. El humo de la chimenea se perdía en la oscuridad de la noche, las persianas iluminadas y el silbido de una tetera indicando su resultado; dieron bienvenida al ser mortal dotado.

Una nueva expectativa vino a mi cuando el perro paso por mi lado.

Me pregunte si aquel animal era igual a ellos o era diferente porque ellos eran ganado y el no; si talvez existía alguna audacia de malicia en su ágil cuerpo y si también sabia de mi ahora descubrimiento.

Lo seguí con la mirada hasta el piso de madera en donde se hecho amenamente; giro su hocico a la izquierda y meneo por ultima vez su cola antes de cerrar los ojos. Me quede parado algunos segundos esperando algo que jamás llego y que
ni siquiera sabía que era.

Solté un suspiro y pasé de largo hasta la puerta. Saqué mis botas, que ahora estaban llenas de barro y de algunas pajas, eso me recordó una vez más lo peligroso que era ahora respirar cerca de ellos; dirigí mi mirada templada pero expectante una vez mas al animal al costado mío, este por el contario se encontraba en un sosiego de sueño.

Un movimiento detrás de la puerta me saco de mi cavilación, y al segundo voces y risas se dejaron oír. Gire la perilla de la puerta y finalmente entre en aquella casa llamada "hogar".

Las luces de las lámparas y una risa aguda me recibieron, suspire y me dispuse a sacarme el abrigo; lo doble y lo deje debajo del estante de zapatos. Un ruido vino del segundo piso y a los segundos se dejaron oír pisadas que provenían de las escaleras; una tos aguda y al segundo un carraspeo.

Mis ojos se movieron al origen proveniente de aquellos sonidos.

Aquel cuerpo mediano y casi encorvado se hallaba bajando las escaleras. Este hombre al darse cuenta de mi presencia alzo un poco las mejillas y las cejas.

—¡Oh vaya!, si eres tú Lucian. No sabía que había anochecido tan rápido como para que ya estes acá. Me imagino que la lluvia te agarro de improvisto, ¿No es así?, me temo por ti, pero ya sabes, estos cambios de clima, están más allá de todo. Incluso diría que solo lo hacen para fastidiarnos la vida. Pero que se va hacer hay que sobrevivir con todo y, sobre todo, pero ¿Qué haces ahí parado muchacho?, pasa, pasa— La manía de ese señor por hablar era casi tortuosa y hostigosa.

No entiendo porque los hombres cuanto más envejecen más habladores se vuelven, su necesidad por la compañía les vuelve mas insufribles, es como si corrieran de la soledad, pero no de la muerte.

Tan solo le hice una afirmación con mi mirada y este me regreso una observadora.

—Como siempre tan callado y modesto. Ojalá y eso no sea contagioso, porque ya sabes que me enfermo de cada cosa, y con esto de la vejez y el tiempo que no espera, es toda una osadía ir a la granja; pero me repongo siempre. Y no creas que me olvide de ti, tu eres mi gran apoyo; eres eficiente, audaz, vigoroso. Incluso diría que, hasta temible, todo lo que las experiencias dan en la vida de un hombre. Pero ya sabes que como te dan, te lo quitan demasiado rápido, así que ten cuidado. Mucho cuidado Lucian— me lo dijo en un tono pretencioso y alzando un poco los hombros me dio una mirada poco conocida para mí.

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⏰ Última actualización: Jun 01 ⏰

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