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El mismo sentimiendo de seguridad y comodidad del viernes pasado se instala en su pecho nuevamente.

Camila agredece que sus padres no estuviesen en casa, porque de lo contrario habrían escuchado el ruido.

--Hola, preciosa--

Lauren tiene una sonrisa atrevida, unos lentes de sol en su nariz y una remera blanca que llega hasta sus muslos.

--Hola, Lauren-- menciona, mientras se alza en puntillas para besar su mejilla y subir del lado del acompañante.

Chocolate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora