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Capítulo 35: Mañana se acaba esto
Eva Jenell
Me tomó de mis muñecas y alzó mis manos colocándola encima de mi cabeza para sujetármela con una de sus enormes mano, mientras que su otra mano me tomaba del cuello para mantener mi cabeza fija, y se inclinaba para que su boca atacara la mía en un beso desesperado y lleno de pasión y lujuria. Me arquee contra él y jadee cuando empezó a besar mi cuello.
—¿No te cansas, príncipe Dunkel? —gemí complacida mientras me mordía el labio inferior, joder, aún sentía que me dolían las piernas tras las última acomodada de matriz que me hizo en el baño, pero no iba a mentir, ya todo mi cuerpo estaba caliente y pedía más.
—Mañana se acaba esto —susurró buscando mi mirada, su nariz rozando la mía—. Entonces disfrutemos a cada segundo.
Volvió a besarme, su lengua abriéndose paso a mi boca derritiéndome, me estremecí por completo y entonces su mano fue a mi cintura, acariciando lentamente mi curvatura hasta ir hacia mi trasero para apretarme contra su cadera donde podía sentir la bestia de sus pantalones clamando por ser liberada.
—Podría morir en tu cuerpo —susurró con voz ronca sobre mis labios—, me enloquece este lugar.
El ascensor se detuvo y entonces nos separamos cuando las puertas se abrieron, una señora mayor se subió pareciendo indiferente mientras andaba el celular, se bajó en el siguiente piso; donde yo me bajaba, así que también iba a salir cuando de repente él me tomó de la muñeca.
—Ven conmigo a mi habitación.
Era muy tentadora la idea, pero ¿qué le diría a Aurora?
—Estoy muy cansada. —respondí, él no pareció feliz de que me le negara, pero no me importaba, aún así o pensé un poco y pregunté:— ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Claro —respondió con curiosidad.
—¿Carmelo y Francia son hermanos? —pregunté.
—Sí —respondió.
—Es que los vi... de una manera inapropiada —solté—, pero cuando lo enfrenté y dije que se lo diría a Aurora, me chantajeó con que le diría de ti y de mí a Aurora.
Eros soltó un bufido.
—De seguro malinterpretaste todo, ellos son muy cercanos —replicó Eros—, no digas estupideces.
—No son estupideces, sé lo que vi... —empecé a decir, pero él pareció de repente irritado y dijo:
—Basta, no digas idioteces.
—¿Entonces soy buena para una follada pero cuando te digo algo importante son idioteces? —refuté— tengo cerebro, no invento cosas por inventar.
Él giró los ojos pareciendo ya enojado.
—Tu misma lo has dicho, es solo sexo entre tu y yo, e inteligente no creo que sea tu mejor cualidad, ahora deja de inventar estupideces.
—¡No puedo creer que te comportes como un idiota cuando te estoy diciendo algo de tu hija!
—No eres su madre —replicó—, eres mi amante así que no te metas en asuntos familiares, ubícate.
Sentí un nudo en mi garganta que empezaba a apretarse cada vez más.
—La cagaste —susurré enojada—, la has cagado hasta el fondo, Eros.
—Vale —se encogió de hombros enojado—, no quiero que te me acerques más, nena.
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La venganza del rey (+21) [Editando]
RomanceEva descubre que su novio la engaña de la peor manera; embarazó a su hermana, así que despechada decide emborracharse y acostarse con un desconocido que conoció en un bar. Semanas después de graduarse, su mejor amiga la convence de irse de vacacion...